Cada vez son más las noticias que denuncian que las desigualdades se acentúan, que no lograremos cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a tiempo y que la pobreza persiste. Aunque algunas organizaciones y personas nos mantenemos optimistas, hay iniciativas que demuestran que el cambio es posible.

Desde hace casi 40 años, en CODESPA trabajamos en la cooperación al desarrollo con una visión clara: generar oportunidades reales y duraderas para las comunidades más vulnerables. Fruto de nuestra experiencia y aprendizaje, ideamos el Método CODE, una metodología propia que promueve un impacto sostenible y transformador a nivel social, económico y medioambiental.

Básicamente, se trata de poner nombre a lo que llevamos haciendo desde 1985, diseñar soluciones adaptadas a las necesidades específicas de cada región. Este método está compuesto por cuatro fases: crear estrategias basadas en necesidades locales, obtener la participación de los más vulnerables, dar conocimientos, servicios financieros y acceso al mercado, y empoderar a las personas y establecer una estrategia de salida.

Todas ellas están pensadas para maximizar el impacto y fomentar la autonomía de las comunidades y cada persona que forma parte de ellas.

En países como Angola y la República Democrática del Congo (RDC), donde abundan los recursos naturales pero las crisis humanitarias y económicas son una constante, esta metodología busca no solo atender las necesidades inmediatas, sino también construir un futuro más resiliente para las comunidades.

En la RDC, un país marcado por los conflictos armados y la pobreza endémica, trabajamos con comunidades rurales para mejorar la seguridad alimentaria y los ingresos mediante el desarrollo del sector agropecuario.

A través de iniciativas como las escuelas de campo y los grupos solidarios de ahorro y crédito, los productores reciben formación en prácticas sostenibles, acceso a servicios microfinancieros y oportunidades de comercialización en mercados de zonas urbanas. Hasta el momento, más de 15.000 agricultores han mejorado su producción en un 40% y reducido pérdidas poscosecha.

El acceso a microcréditos ha sido otro pilar de este esfuerzo. Este permite a muchas familias diversificar sus fuentes de ingreso y fortalecer su capacidad para enfrentar crisis económicas y sociales.

En las regiones más vulnerables de Angola, como en las que habitan las etnias khoisan y vatwa, promovemos el desarrollo de bancos de semillas, programas de cría de pequeños animales y formación en gestión agrícola y microempresarial. La participación activa de las comunidades desde el inicio, asegura que las soluciones estén alineadas con sus necesidades y valores, mejorando su calidad de vida considerablemente.

El verdadero éxito del Método CODE no reside solo en los resultados inmediatos, sino en su capacidad para generar cambios duraderos. En la RDC, las cooperativas locales y las redes de apoyo institucional han asumido un papel protagonista para garantizar la continuidad de los avances. En Angola, comités de gestión comunitarios lideran las iniciativas, asegurando su sostenibilidad.

El impacto es tangible: más de 7.500 familias han mejorado su seguridad alimentaria, incrementado su productividad agrícola en un 25% y generado ingresos sostenibles. Estas comunidades no solo han transformado sus propias vidas, sino que también están liderando el cambio en sus regiones.

En el panorama global que nos ocupa, iniciativas como estas nos recuerdan que el desarrollo sostenible no es solo una meta, sino una realidad alcanzable cuando se trabaja con y para las personas. Angola y la RDC son prueba de ello.

***Baptista Pedro es representante de CODESPA Angola; Franck Mbemba, de CODESPA República Democrática del Congo; Rafael Díez, de programas de CODESPA para República Democrática del Congo; Maribel Guerrero, de programas de CODESPA para Angola.