Ahora que ya le hemos dado la bienvenida al año 2025, recordar que falta tan sólo un quinquenio para la fecha que Naciones Unidas se ha marcado como meta para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan situar al mundo en una senda sostenible.
Aunque son muchos los factores que entran en juego para que esas 17 promesas se conviertan en realidad, hoy me toca hablar de una que, aunque no lo parezca a simple vista, desempeña un papel clave en este proceso: me refiero a la inspección técnica de vehículos, por su implicación en la mejora de la seguridad vial y la protección del medio ambiente.
Aunque la movilidad es un objetivo transversal, necesario para la consecución de muchos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, hay tres ODS vinculados directamente con la inspección técnica de vehículos. Dos relacionados con la seguridad vial y uno con el control de emisiones que realizan las estaciones de ITV.
Por un lado, está el objetivo 3.6, que se centra en la necesidad de reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por siniestros viales en el mundo. Y el 11.2, que busca proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles.
La ITV es clave para alcanzar estos objetivos porque en este proceso, en una fase de la inspección, se comprueba el correcto estado de todos los sistemas y elementos de seguridad del vehículo.
De hecho, de acuerdo con el estudio sobre la Contribución de la ITV a la Seguridad Vial y al Medio Ambiente, realizado por la Universidad Carlos III de Madrid, desde el punto de vista de seguridad vial, las inspecciones técnicas evitan cada año al menos 15.641 siniestros viales, 13.110 heridos y salvan 148 vidas.
Pero también la ITV tiene un papel clave para alcanzar el objetivo 11, relacionado con ciudades y comunidades sostenibles. Porque, para lograrlo, hay que reducir los efectos medioambientales del transporte por carretera. Los vehículos emiten contaminantes a la atmósfera, tales como partículas, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono, entre otros.
Por ello es tan importante la labor que realizan las estaciones de ITV para garantizar que los vehículos que circulan por nuestras vías públicas lo hagan en las condiciones técnicas adecuadas y cumpliendo con los límites de emisiones contaminantes establecidos, evitando emisiones por encima de los valores permitidos legalmente, dañinos para la salud de las personas y para la biodiversidad del entorno natural, control que se realiza en otra fase de la inspección.
De hecho, de acuerdo con datos del Ministerio de Industria y Turismo, en el último año el 21,5% de los rechazos en la ITV ha sido motivado por un incorrecto funcionamiento de los sistemas de control de emisiones contaminantes, una cifra que ha aumentado en más de dos puntos en el último año y que en la actualidad es la segunda causa de rechazo en la ITV.
El mismo estudio de la Carlos III muestra que gracias a la ITV cada año se evita en España la circulación de 935.556 vehículos con emisiones contaminantes superiores a las permitidas, reduciendo la emisión de 39.370 toneladas de partículas contaminantes y evitando 575 muertes prematuras.
Y, si el total de los vehículos que no acuden a las inspecciones obligatorias lo hubieran hecho, podrían llegar a evitarse 207 muertes prematuras adicionales, tan sólo por exposición a partículas en un año.
Se trata de cifras que dejan en evidencia la forma en la que la inspección técnica de vehículos puede convertirse en un eslabón esencial para lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, pese a su importancia, todavía son muchos los vehículos que circulan por nuestras carreteras sin tener la ITV al día.
Como resultado del análisis de los datos del Registro General de Vehículos y de las inspecciones realizadas según el MINTUR, al menos el 33,2% de los vehículos que debían haber pasado la ITV el año pasado, no lo hicieron; una cifra que ha aumentado un 24,8% desde el 2017, cuando la ratio de incumplimiento en la ITV se ubicaba en 26,6%.
Se trata de un dato que debe despertar preocupación, más aún en un parque de vehículos tan envejecido como el nuestro. Hay que recordar que la antigüedad de nuestros vehículos no para de crecer, superando ya los 15,4 años de media. De hecho, entre el 2017 y el 2023, la edad del parque ha aumentado un 14%, siendo 1,9 años mayor en los últimos 7 años.
Y digo que tiene que despertar preocupación porque los propios datos de la DGT hablan de la relación que existe entre la antigüedad del vehículo implicado en un siniestro vial con el estado de su ITV.
A mayor edad, mayor porcentaje de vehículos con la ITV caducada en el momento del siniestro vial. Pero, además, a mayor antigüedad, mayor número de defectos presentan en la ITV, por lo que estadísticamente son vehículos más inseguros y menos respetuosos con el medio ambiente.
En definitiva, la inspección técnica de vehículos realiza una labor esencial en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, posiblemente los más importantes, ya que son los relacionados con evitar fallecidos. Recordemos siempre que la ITV salva vidas.
***Guillermo Magaz es director gerente de AECA-ITV.