Cargar cubos de agua sobre la espalda, recorrer largas distancias bajo el sol, madrugar para recolectar suficiente agua para cocinar, beber y asearse… esta es una rutina diaria para muchas mujeres de zonas rurales del mundo. Ante esto, cada vez más mujeres están dejando de ser solo quienes cargan el agua para convertirse en protagonistas de su gestión y protección.

El acceso al agua es un derecho fundamental, pero en países como Ecuador sigue siendo un privilegio. Tres de cada diez personas no cuentan con agua segura y están propensas a consumir agua contaminada en el país. Esta cifra se duplica en zonas rurales, donde seis de cada diez personas no cuentan con agua limpia y segura.

El acceso al agua y la pobreza están estrechamente ligados. Sin agua no hay salud, sin salud no hay educación y sin educación no hay oportunidades de salir adelante. En comunidades rurales, donde la escasez de este recurso es aún más grave, las dificultades se multiplican.

Por esto, organizaciones como Ayuda en Acción trabajamos por garantizar el acceso sostenible al agua mediante la construcción y rehabilitación de sistemas de abastecimiento, asegurando que las propias comunidades sean las gestoras de este recurso.

Las mujeres han jugado un papel clave en esto. Históricamente responsables de recolectar agua para sus hogares, muchas han pasado de ser víctimas de la escasez a líderes en la protección de este recurso.

Carmen es un ejemplo de este cambio. Es la primera presidenta de la junta de su comunidad 'La Betania', en Azuay, una zona rural de Ecuador que está entre los 2.700 y 3.400 metros sobre el nivel del mar. Es una zona donde la vida de las mujeres campesinas ha estado marcada por grandes limitaciones.

Mediante la construcción y rehabilitación de más de 400 sistemas de agua potable en el país, desde Ayuda en Acción hemos garantizado el acceso sostenible en comunidades vulnerables como las de Carmen.

Gracias a este esfuerzo, más de 167.000 personas cuentan hoy con agua potable. Además, mediante el impulso de la primera Escuela Nacional del Agua, capacitamos a las comunidades en la administración eficiente del recurso hídrico, promoviendo el liderazgo femenino y fomentando la conservación ambiental.

Como Carmen, muchas otras mujeres de la zona encabezan proyectos de gestión del agua y de empoderamiento económico para contribuir a la lucha contra el cambio climático, la desnutrición y la pobreza.

Lideran las juntas administradoras de agua, se organizan y promueven la siembra de árboles para proteger los páramos y las fuentes hídricas, planifican los usos. Son guardianas del agua, lideresas de comunidades. Y gracias a esto, también se han conseguido proteger más de 650 hectáreas de páramos, bosques nativos y zonas de recarga hídrica.

La crisis del agua no es solo un problema de infraestructura o gestión comunitaria. También está fuertemente influenciada por el cambio climático. La deforestación, la contaminación de fuentes hídricas y la sobreexplotación de recursos están poniendo en peligro la disponibilidad de agua en el futuro. Proteger el agua no es solo garantizar su acceso, sino cuidar el medioambiente que la hace posible.

El trabajo sobre la gestión social y ambiental del agua de Ayuda en Acción no se limita a Ecuador. En el mundo, se calcula que carecen de acceso a agua potable 2.200 millones de personas. Así, en México, trabajamos en zonas donde el acceso al agua potable es muy difícil a través de tecnologías naturales que permiten recolectar y almacenar agua de lluvia y residual de manera segura.

En El Salvador tenemos en marcha un proyecto de restauración de manglares y en Mozambique rehabilitamos pozos para la población de Mahelane para que puedan tener acceso a agua potable.

La garantía del derecho al agua debe ser una prioridad internacional, y queremos recordarlo por el 22 de marzo, Día Mundial del Agua. Solo así se podrá escribir un futuro donde el agua sea un derecho y no un privilegio.

*** Andrés Oleas es experto en Gestión del Agua de Ayuda en Acción Ecuador.