El periodismo tiene muchos espacios, afirmaba el escritor Antonio Tabucchi. Y no le faltaba razón en aquello de que sirve al mismo tiempo para calmar y para provocar.
Y en sus palabras encontramos el espíritu que, este mismo verano, hizo nacer ENCLAVE ODS. Con el apoyo de la Fundación "la Caixa" surgió la oportunidad de retratar las historias de diecisiete jóvenes comprometidos con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El entusiasmo de cada uno de ellos, unido al nuestro propio y a la urgencia de comunicar adecuadamente y con efectividad estos objetivos, hace que nos encontrásemos ayer, en el foro Liderazgo joven para los ODS, con un mensaje cargado de valor. Porque sus historias no solo muestran el compromiso de una generación, sino que los cambios son posibles y que todos podemos contribuir a ello.
María de Paz, que resume el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 10, reducción de las desigualdades con su biografía, resalta la importancia de la implicación en la creación de estos objetivos. Porque no podemos olvidar que es la primera vez en más de dos mil millones de años que a nivel internacional los países se han puesto de acuerdo para luchar contra las desigualdades.
De Paz señala al capitalismo y a la globalización como las dos causas principales de la injusticia, pero identifica dos efectos colaterales positivos. Uno de ellos se refiere al reequilibrio económico mundial: el centro de poder se mueve "de Estados Unidos y Europa hacia los países asiáticos", explica.
Esa segunda parte positiva, para ella, radica en que "la globalización ha hecho que todos los países se hayan unido por primera vez frente a la desigualdad, el gran reto de nuestro tiempo".
Sin embargo, aún existen grandes retos para completar un verdadero compromiso conjunto hacia la consecución de los ODS y trasladar el apremio de su cumplimiento, como subraya Alexandra Mitjans (ODS 17 sobre alianzas para lograr los objetivos).
Mitjans indica que llevamos un retraso de 60 años en el cumplimiento de los 17 ODS. Y considera que no lo conseguiremos "hasta 2094, a menos que pongamos todo nuestro esfuerzo en conseguir lo excepcional". Además, añade que quizá la clave está en lo que le gusta llamar "alianzas improbables".
La globalización ha hecho que todos los países se hayan unido por primera vez frente a la desigualdad
Pero Marta Bautista (ODS 16 sobre paz, justicia e instituciones sólidas) también habla de ese esfuerzo individual. Lo hace por medio de una parábola: la historia de un pueblo en el medio de un valle donde las montañas obstruyen el sol hasta que, tras varias generaciones trabajando con una meta común, la realidad cambia.
A través de esta historia, demuestra que para avanzar son necesarias las personas. Esas que, aunque no luchen únicamente por uno de estos objetivos, usan el máximo de su potencial individual -del modo que creen más efectivo- en aquellas metas en las que más pueden aportar. Al menos, así lo subraya Santiago Jiménez (ODS 11 sobre ciudades y comunidades sostenibles).
Cuestión de educación
Al hablar con los jóvenes emprendedores que forman parte del foro Liderazgo joven para los ODS, la educación siempre aparece como una herramienta necesaria. Pero, como recuerda Irene Larriba (ODS 4 sobre educación de calidad), no puede convertirse en un argumento para posponer los cambios.
Larriba considera que siempre que hay un problema, escuchamos que la solución es la educación. Para ella, todos educamos en nuestros hogares y pensar que algo tendrá efecto solamente en el futuro es reduccionista, pues, explica, "hoy mismo podemos influir en todos, niños y adultos para generar ese impacto cuanto antes”.
El cambio climático se convierte sin duda en un asunto especialmente esclarecedor gracias a las explicaciones de Jorge Moreno (ODS 13 sobre acción por el clima) y Pablo Rodríguez (ODS 14 sobre vida Submarina). Ambos apelan a la responsabilidad de todos, pero también a la de la clase política.
Llevamos un retraso de 60 años en el cumplimiento de los ODS; no se conseguirá hasta 2094
"Existe la visión de que un árbol es la solución a todo y hay muchos casos en los que plantar más es perjudicial", explica Moreno. Quien considera que no es deseable alterar los ecosistemas.
Por otro lado, Rodríguez cuenta que los políticos que niegan hoy en día el cambio climático lo hacen sabiendo que mienten.
Algo que sorprende de todos estos jóvenes desde el principio en su carisma. Y es que están llenos de luz. Y, como Victoria Santiago (ODS 1 sobre el fin de la pobreza) o Ana Carrasco (ODS 5 sobre igualdad de género), son auténticos modelos a seguir.
Para Santiago, es emocionante cuando una persona cambia su proceder, sobre todo si lo hace "porque entiende que no iba por buen camino". Por su parte, Carrasco se muestra consciente de que su ejemplo puede abrir el camino a otras mujeres en su profesión.
No es sólo que se trate de una generación de líderes más acostumbrados a lo audiovisual, es que muchos de ellos no necesitaron luz ni foco para ser fotografiados.
Los ODS siguen siendo poco conocidos en una sociedad a menudo narcisista y desprovista de valores
Talentos científicos como Natalia López (ODS 3 sobre salud y bienestar), Aleix Megías (ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura) o Gonzalo Murillo (ODS 7 sobre energía asequible y no contaminante). Perfiles que investigaban sobre enfermedades -como el párkinson-, el espacio o la energía residual.
El más joven de ellos se muestra muy categórico con el asunto de los plásticos no reciclados, Luis Esteban (ODS 12 sobre producción y consumo responsable). Otros, abnegados y acostumbrados a sostener y mitigar el dolor ajeno con una madurez extraordinaria, como Esperanza Vera (ODS 2 sobre el hambre cero), nos recuerda que "la calle mata" y el sinhogarismo es una realidad aún en nuestro país.
Antonio Espinosa de los Monteros (ODS 6 sobre agua limpia y saneamiento) nos habla de las oportunidades de desarrollo que genera solucionar el problema del agua. Y cómo, en la medida en que estos se solventan, "impactas en igualdad y en educación", explica.
La mayoría de estos jóvenes líderes coinciden en que los ODS siguen siendo poco conocidos -a pesar de su importancia- en una sociedad a menudo narcisista y desprovista de valores.
Y Laura Reboul (ODS 15 sobre la vida de ecosistemas terrestres) propone una solución: encontrar el modo de disfrutar con los cambios, no a pesar de ellos. Porque "lo que no es divertido no es sostenible", enfatiza. Así que, quién sabe, quizá ponerles piel a los ODS sirva para más de lo que creemos.