Paula Toledano (Madrid, 1981) responde con firmeza y sin dudarlo a qué Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) está vinculada: "El 4, el 8 y el 17. Con el 5 y el 13 siempre también, de forma transversal”. Esta abogada, ahora directora de Filantropía en Beka Finance y patrona de Unidos en Red, tiene muy clara su relación con la Agenda 2030.
Su historia filantrópica comenzó hace tres décadas con su progenitor de por medio. "Mi padre era piloto de Iberia y hace 30 años alguien le pidió que llevara a República Dominicana unas medicinas para unas monjitas”, explica Toledano. Era, asegura, una época en la que la ayuda humanitaria aún no tenía el desarrollo que hoy conocemos.
Según narra, en los años 80 su padre "se ofrecía y les llevaba libros y medicinas, hasta que ocurrieron el huracán Mitch y el George", los dos huracanes tropicales más fuertes de la era moderna que tuvieron lugar en 1998 y afectaron gravemente a la República Dominicana. "Mi padre participa en una campaña de ayuda en la radio con Gomaespuma, el dúo de humoristas, para recaudar fondos", señala Toledano.
A propósito de esos 250.000 kg de ayuda que lograron recaudar, cuenta, “el presidente de Iberia le dio a mi padre 15 días y un Jumbo, por así decirlo, para que los llevara hasta allí a ayudar a subsanar el impacto de los daños”. Para esta abogada, uno de los objetivos prioritario de su padre al realizar estas acciones era recordarle a su familia que existían otras realidades.
Así, de manera natural, nació la Fundación Santos Toledano. En un primer momento, Toledano explica que su progenitor acudió al presidente mundial de Cáritas, Paul Josef Cordes, para encontrar una organización en América Latina realmente comprometida. Así contactó con un grupo de misioneros en Perú que llevaban 27 años actuando en el país.
De ese primer encuentro surgió la colaboración con monseñor Javier del Río en la región de Pachacútec en Callao (Lima). En aquella zona, el dictador peruano Alberto Fujimori había ubicado a unas 50.000 personas que vivían en condiciones de extrema pobreza. Ahora, la cifra asciende a 300.000.
Formación para la integración
El 12 de enero de 2004 comenzó el proyecto de la Universidad Laboral de Pachacútec con la concesión de 216 hectáreas en Ventanilla (Callao), propiedad del Estado peruano. “Desde su inicio, esta universidad tuvo el apoyo de empresas privadas y organismos de cooperación internacional”, cuenta Toledano. Llegó a convertirse en "una universidad técnica que ha permitido que miles de jóvenes peruanos puedan formarse y adquirir un trabajo digno".
Han realizado estudios de informática, diseño gráfico, instalación de gas… En este sentido, el ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico), sobre empleabilidad, tiene mucha importancia. "Consiguió con este proyecto, de una forma muy tangible, formar a la gente y ayudarles a tener un trabajo”, destaca.
"Mi padre no lo llegó a ver, pero el desarrollo del proyecto en Latinoamérica ha sido increíble"
Después, el centro avanzó ampliando la formación que ofrecía con “cursos de cocina del chef peruano Gastón Acurio o una Escuela de Hostelería, a través de un convenio con el Hotel Marriot", narra Toledano. Una manera de perpetuar ese saber gastronómico peruano tan valorado en todo el mundo.
Posteriomente, también nace el Instituto Superior de la Microempresa y el Instituto Superior de Electrónica, tras una alianza con el grupo Endesa y Repsol-Gas. Asimismo, este modelo se terminó replicando en Arequipa, ciudad al sur de Perú.
“Mi padre no lo llegó a ver, pero el desarrollo del proyecto en Latinoamérica ha sido increíble. Hemos logrado llegar a tener una guardería para las madres que estudian; con la ayuda de Cáritas Arequipa se les da a los niños necesidades básicas y formación”, cuenta. A partir de 2012, Toledano se fue a vivir a Latinoamérica, intentando replicar el modelo en Colombia y México.
De vuelta a España
“Al final tuve que volver a España por mi hija”, explica la protagonista de esta historia. Si tuviera que reseñar algo que su padre le dejó claro es “el poder que tienen las alianzas: una sola persona puede conseguir cosas inimaginables, pero con la ayuda de varias, todo es posible”.
Siguiendo este legado, desde 2012, para sacar el mayor partido a estos proyectos, pasan a formar parte de Unidos en Red, que tiene un modelo totalmente enfocado al ODS 17 (alianzas para lograr los objetivos). Se refiere con esto a la iniciativa de la filántropa venezolana Mireya Cisneros, pero también de Carlos Slim o Rodrigo Baggio, entre otros.
Cisneros lleva 30 años apoyando a organizaciones latinoamericanas, con un modelo basado en los ODS. "Ha logrado para América Latina una red de empresarios, filántropos y artistas que creen en las alianzas, de modo que identifican proyectos sociales con gran impacto y los aceleran por medio de alianzas estratégicas, comunicación en colaboración e innovación, llevando la tecnología al tercer sector y optimizando la canalización de recursos, para conseguir financiación”, cuenta Toledano.
De esta red forma parte Alejandro Sanz, con la plataforma La Fuerza del Corazón, entre otros artistas y otros empresarios. La nueva estructura en la que se integra la organización de Toledano consigue “hacer las iniciativas de todos los países más eficientes y unificar la burocracia, que quita mucho tiempo”, añade. Y explica que, para ello, ha sido necesario “tener mucha humildad al utilizar la misma marca, bajo un paraguas en el que nos metimos hace dos años”. Así, su potencial de acción se amplía a Colombia, Bolivia, Chile y a todo Iberoamérica.
Beka Finance
Ahora, Toledano trabaja para Beka Finance como directora de Filantropía. “Toda la experiencia que acumulo me lleva a identificar distintos grupos de interés, grandes familias o altos patrimonios que tienen esa inquietud, que quieren, en torno a un proyecto social, generar cohesión o apoyar otras iniciativas de este tipo”. En la mayoría de los casos, estos proyectos de filantropía “necesitan estructura o profesionalizarse”.
Para Toledano, lo más importante es, ya que existe una voluntad de ayudar, “intentar hacer que las cosas pasen”. Bajo su experiencia, “lo más poderoso es todo aquello que se apoya en el ODS 17 y genera alianzas". Por este motivo, aconseja mirar todo el trabajo previo, "como si se tratase de estudio de mercado", añade. Y así, encontrarse con los mejores, "que pueden no ser los más grandes, en base al perfil del filántropo o la familia para que se sientan cómodos”, concluye.
Lo más habitual, explica Toledano, es que los grandes patrimonios comiencen por una inversión pequeña o moderada y, poco a poco, según vayan viendo cómo funciona, decidan invertir más. Algunos de sus clientes buscan “donar sin recibir nada a cambio” y otros están más interesados en la inversión socialmente responsable o basada en los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). Es decir, “inversiones que generen un impacto positivo pero también una rentabilidad”.
Para Toledano, la filantropía "conecta a distintas generaciones con la inquietud social que nos mueve"
"Nuestro país aún no está al nivel de Estados Unidos o Suiza", afirma, donde estos temas están mucho más asentados y profesionalizados, y no es necesario explicar las ventajas de ayudar a otros. En algunos casos, sí que existen “grandes familias que lo tienen estructurado de una forma excelente, al igual que sus empresas”.
Un caso reciente que puede compartir de los que ha asesorado es el de la Fundación Luisa Astrain. La organización, "perteneciente a una familia que buscaba el máximo impacto y han hecho posible un colegio en Perú, proyecto que podrá ser en un futuro además sostenible”, cuenta Toledano. Esta idea es recurrente en la conversación: lo ideal es que los proyectos, aunque necesiten un impulso, con el tiempo se puedan convertir en autosuficientes, para asegurar que puedan ser de larga utilidad.
Acerca de la filantropía
Pregunta.- ¿Cuál es un error común en filantropía?
Respuesta.- Creo que primero hay que estudiar bien lo que existe antes de lanzarse a montar un proyecto, porque a veces hay algunos muy parecidos que están incluso en la misma zona. A lo mejor interesa montar una fundación o quizás se pueden tener los mismos resultados apoyando otra iniciativa que ya lo está haciendo muy bien.
P.- ¿Tiene algún impacto del que no se suela hablar?
R.- A nivel de familia, algo que está probado y que yo he ratificado personalmente es la cohesión. En las familias sirve para conectar de forma muy profunda, muy pura, con cada individuo.
P.- ¿Se refiere a una conexión por la misión común?
R.- Más bien por los valores. A mí me ha servido mucho y también a mis hermanos. Mi padre nos ha transmitido de un modo indeleble sus valores, la palabra solidaridad yo la he vivido, no puedo vivir sin ella. Un proyecto social te conecta con lo que no vemos en el día a día , en realidad te aporta mucho más dar que no dar.
P.- ¿También es una forma de adquirir profundidad de mirada?
R.- Totalmente, enriquece tu persona, conoces otros mundos, otras culturas y realidades de verdad. No solo te alojas en un buen hotel y te vuelves sin darte cuenta de que hay gente que no tiene de nada, ni siquiera agua. Hasta que no viajas, no sabes la cantidad de problemas que existen y no entiendes el mundo.
"La filantropía no sólo es dinero, siempre lo repito. La definición es textualmente amor al ser humano"
P.- ¿Aconseja a sus asesorados ir al lugar al que se va ayudar, supongo?
R.- Para mí es superimportante que lo primero que se haga sea ir a terreno. Yo nunca voy a aconsejar invertir en algo que no he visto: el due dilligence lo hago en terreno con los socios a los que voy a apoyar. No puedo ser tu socio sin ver cómo trabajas.
P.- ¿Cómo es su padre un ejemplo en el recuerdo de su actividad?
R.- Mi padre tenía un convencimiento pleno y de ahí conseguía todo, le daba igual hablar con quien fuera desde la humildad y la transparencia, por eso tenía tanto impacto. Es duro, mi padre iba en el avión, se quitaba el uniforme, se ponía la corbata, iba a ver a los empresarios, se ponía las zapatillas, y se iba a ver a los que estaban allí, a los que ya conocía casi por nombre. Eso era ponerse a movilizar al mundo entero.
Hace apenas un mes Toledano volvió a viajar a Perú y reconoce que ha llorado "mucho visitando los proyectos". Pero asegura que cada cierto tiempo necesita "ir a terreno para darle sentido a todo: es nuestra responsabilidad ayudar a los que no tienen la misma suerte que nosotros, no podemos no verlo".
P.- ¿Tiene alguna imagen concreta en la mente?
R.- Tengo un amigo que cuando en momentos se me hace difícil, siempre dice, ten en la cabeza a aquellos dos abuelitos en Cusco que vivían sin dignidad. Yo me dedico a tocar corazones y a transmitir lo que veo, la gente es libre después de ayudar o no, pero mi responsabilidad es que sepan lo que existe y que se puede hacer bien.
P.- ¿La filantropía es sólo un término relacionado con lo económico?
R.- La filantropía no sólo es dinero, siempre lo repito. La definición es textualmente amor al ser humano. Son habilidades, tiempo, pasión, actitud, contactos… Puedes hacer mucho sin un gran patrimonio, invierte un poco y pruebas. Empezar con una pequeña inversión y luego decides. O puedes ayuda a conectar o a inspirar a otros.
P.- En un resumen personal y libre, ¿qué es para usted la filantropía?
R.- Es lo que une lo tangible con lo intangible. Conecta a distintas generaciones con la inquietud social que nos mueve, lo cual tiene un valor enorme como motor. La filantropía es una forma de identificar los valores familiares. Es curioso, porque las nuevas generaciones de emprendedores de éxito, todas ellas, lo piden.