La científica estadounidense Eunice Newton Foot (1819-1888) era una mujer multidisciplinar que descubrió y logró entender lo que hoy conocemos como efecto invernadero. Sin embargo, el reconocimiento se lo llevó años después el físico irlandés John Tyndall. Y hasta hace 11 años, todo el mundo creía que él era, por así decirlo, el padre de este fenómeno ambiental.
La meteoróloga y portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Beatriz Hervella, habla sobre Foot como una mujer "de mente abierta, falta de prejuicios y espíritu crítico". La inquietud le llevó a investigar sobre el trabajo de la climatóloga que, desafortunadamente, no recibió su conocimiento en vida. Señala que aquello que silenció a Foot fue "estar atrapada en un cuerpo de mujer, pues en aquel momento era un problema".
¿Qué descubrió Eunice Foot?
Foot fue la primera en explicar que existía una correlación positiva entre la concentración de CO₂ en la atmósfera y la temperatura de la Tierra. Es decir, "a más CO₂ en la atmósfera, una Tierra más caliente, y eso no es otra cosa que el llamado efecto invernadero", señala Hervella. Alertó sobre aquello que podría ocurrir y en lo que hoy nos vemos inmersos.
Foot descubrió la correlación positiva entre la concentración de CO₂ en la atmósfera y la temperatura de la Tierra
Fue en 1856 cuando la científica hizo público su descubrimiento. El 23 de agosto de ese mismo año se celebró la Octava Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), donde se reunían científicos e inventores. En ese momento, las mujeres no presentaban informes, pero no porque estuviera prohibido, sino que se trataba de una norma tácita no escrita. Esto llevó a Foot a delegar en un amigo científico, Joseph Henry, la presentación de su trabajo de investigación: Circumstsances Affecting de Heat of Sun's Rays.
Sin embargo, finalmente, las actas de la conferencia no recogieron su descubrimiento: "No aparecen sus resultados y se piensa que esto sucedió por el hecho de que fue una mujer la que realizó ese descubrimiento", explica Hervella. Pero debido a su publicación un año después en la revista American Journal of Art and Science, se conoce brevemente su investigación.
La científica realizó un experimento sencillo que mostró su avance con respecto a la ciencia del momento: dos cilindros de vidrio, cuatro termómetros y una bomba de vacío. Esos fueron los materiales que utilizó para aislar los gases componentes de la atmósfera y mantenerlos a la luz del sol y a la sombra. "Consiguió dar una explicación de lo que es el efecto invernadero asociado al aumento de concentración de CO₂ en la atmósfera y aumento de la temperatura", cuenta la meteoróloga.
Reconocimiento tardío
Tres años después, Tyndall publicó sus experimentos en los que recogía la información que Foot ya había intentado publicar. Sin embargo, en esta nueva investigación no había ni rastro del nombre de la climatóloga. "Considero que, con mucha probabilidad, sí fue consciente de que estaban dando a Tyndall un reconocimiento que se merecía ella", explica Hervella.
Desafortunadamente, el experimento de la científica estadounidense no se hizo público hasta 2011. Ese año, Raymond P. Sonsoren, un geólogo en esos momentos retirado, encontró entre algunos de los papeles que guardaba en el sótano de su casa, al repasar los anuales y descubrimientos científicos, una publicación que había hecho Foot en 1857 sobre las correlaciones positivas que había encontrado entre la concentración de CO₂ y la temperatura de la Tierra.
"Él mismo publicó ese descubrimiento para destacar y significar que realmente había sido Foot y no Tyndall quién había llegado a esa conclusión previamente", cuenta Hervella. Ese momento fue muy relevante para la visibilidad de las mujeres científicas: "Fue una alegría ver que se intenta devolver el puesto que merecía a esta científica que era un espíritu inquieto, porque no sólo se dedicaba a la ciencia, también pintaba".
Además, Foot también fue una reconocida activista feminista que luchó por los derechos de la mujer. Fue una de las más de las 70 firmantes de la Declaración de los sentimientos, un documento firmado en 1848 en Nueva York, resultado del primer congreso de los derechos de la mujer en Estados Unidos.
Asimismo, al haber tan pocas mujeres científicas que en ese momento pudieran publicar, "esa lucha feminista era inherente a ella, incluso previa a su explicación del efecto del cambio climático", considera Hervella.
"Fue una alegría ver que se intenta devolver el puesto que Foot merecía", destaca Hervella
Visibilizar a las científicas
Aunque todavía se siguen descubriendo casos de científicas invisibilizadas como la química Rosalind Franklin o incluso la física Marie Curie, en la actualidad, la situación ha cambiado. Pero, como explica Hervella, "todavía estamos intentando que las mujeres encuentren espacios de igualdad para su desarrollo profesional dentro del mundo de la ciencia".
Para ello, el movimiento No More Matildas, que surge con el objetivo de visibilizar a las científicas cuya labor no fue reconocida en su tiempo, quiere conseguir una mayor presencia de mujeres en los libros de texto escolares. "Siempre ha habido una reticencia a reconocer el logro de mujeres científicas, y no sólo eso, también a atribuírselos a colegas hombres", destaca la meteoróloga.
Así que hoy es más necesario que nunca que las niñas y jóvenes encuentren referentes como Foot, mujeres que han tenido que romper barreras para ser escuchadas y obtener ahora el reconocimiento que nunca tuvieron.