Las ventas de coches han caído hasta unos niveles demasiado bajos para lo que sería normal en un mercado como el español. Pese a ello, los que dan el paso de comprar un automóvil se enfrentan a múltiples dudas y preguntas. Las exigentes normativas para reducir las emisiones contaminantes van en contra de los turismos con motores de combustión, aunque siguen siendo los más vendidos frente a los nuevos electrificados.
“Comprar un vehículo se ha convertido en un reto”, asegura Toni Fuentes, director de Coche Global, una publicación que nació en 2018 y se ha convertido en un observatorio de referencia sobre la transformación del sector.
Coche Global es una de las publicaciones de referencia en automoción y movilidad. Fuentes explica las opciones para adquirir un automóvil en un momento especialmente convulso para el sector. Una situación de incertidumbre que se refleja en el Barómetro Auto Mobility Trends, un análisis que anualmente realiza esta web que forma parte de Global Media Group.
P. Coche Global cumple cuatro años en un contexto muy agitado para el sector de la automoción y la movilidad. ¿Cómo se ha conseguido?
R. La verdad es que cuando pusimos en marcha Coche Global hace cuatro años bajo el paraguas de Global Media Group, que está encabezado por Crónica Global, no teníamos ni idea de lo que vendría en el futuro. La transición ecológica del sector sigue adelante como telón de fondo pero con nuevos y enormes desafíos para el día a día del sector como la pandemia, la falta de chips y, ahora, la guerra de Ucrania y sus efectos económicos. La estrategia de ir paso a paso nos ha beneficiado en este contexto tan complicado y nos ha permitido seguir creciendo y crear nuevos proyectos durante todos los años.
Entre esos proyectos se encuentra el Barómetro Auto Mobility Trends de automoción y movilidad. ¿Qué aporta?
El barómetro llega este 2022 a su tercera edición. La idea surgió gracias a una colaboración con la consultora Metyis como el primer estudio de situación y tendencias transversal y con un enfoque de 360 grados del sector. Incluía a fabricantes de componentes y vehículos, la distribución comercial y la postventa, así como a empresas de nueva movilidad. Además, alrededor de Auto Mobility Trends hemos creado un foro de debate y reflexión de toda la cadena de valor del sector en Barcelona, Madrid y Zaragoza con varios partners. El foco de este año se centra en evaluar los efectos de la crisis de los microchips y de la guerra de Ucrania en las empresas y las plantillas de las compañías de movilidad y automoción.
¿Puede avanzar algunos de esos efectos?
Todavía es pronto, pero por lo que estamos viendo en las respuestas que nos envían las empresas el impacto es bastante grande, aunque desigual en función de la actividad y del tipo de compañía. También vemos en todas las ediciones de Auto Mobility Trends que las empresas se han vuelto más resistentes y están mejor preparadas para eventualidades imprevistas y que, además, intentan preservar sus inversiones de futuro, que son su tabla de salvación para dentro de unos años. Pero todo apunta a que este año va a ser bastante complicado para la industria automovilística, tanto en los puntos de venta como en las fábricas, aunque la situación es muy volátil.
En cuanto a ventas de vehículos, ¿qué podemos esperar en 2022?
Estamos viendo que la tormenta perfecta de la que se hablaba se está quedando corta. La tormenta ya es espléndida en el peor sentido posible. Coinciden las fuertes inversiones de las marcas automovilísticas para adaptar su oferta con nuevos coches electrificados con un momento de descenso de las ventas. No se puede fabricar lo que se demanda porque faltan chips, otros componentes o materias primas y ahora también se empieza a percibir una caída del consumo por la alta incertidumbre. Todo ello con los precios desbocados, lo que nos lleva a ver peligrosamente el fantasma de la estanflación. Las administraciones tendrían que actuar ya para reactivar la economía y frenar la inflación.
Entonces, ¿cómo afecta todo ese cóctel de factores al mercado automovilístico?
La tendencia es negativa, con un retroceso importante de las ventas, aunque los pedidos no estaban tan mal. Hoy en día, comprar un vehículo se ha convertido en un reto, tanto para los clientes como para los vendedores. Los comerciales de los concesionarios son ahora la primera trinchera de la revolución en marcha. La típica pregunta de qué coche me compro, que también nos la hacen los lectores de Coche Global, tiene una respuesta poliédrica que no tiene nada que ver con lo de antes. Hay que convencer a los clientes de que compren coches eléctricos o híbridos, pero sin enterrar prematuramente la gasolina y el diésel, pero con unos precios altos, un plan de ayudas públicas muy farragoso y muchas dudas de los consumidores.
En ese contexto, ¿se cumplirán las previsiones de ventas de coches electrificados?
A medida que va pasando el tiempo, se puede ver que la movilidad eléctrica sigue creciendo pero a un ritmo demasiado lento para cumplir los objetivos. Llevamos muchos años de previsiones fallidas de otros gobiernos y otros planes, aunque es cierto que nunca había tanta presión sobre los coches de combustión. El peligro es que los planes de la UE y de cada país no pueden forzar a los consumidores, sobre todo si no tienen poder adquisitivo suficiente. En un futuro no muy lejano podemos ver coches de gasolina y diésel antiguos pero muy cotizados. Todo dependerá de si la electromovildidad va resolviendo sus puntos débiles, como la red de carga, tanto la doméstica como la pública.
Pero todas las fábricas quieren producir vehículos eléctricos. ¿Qué riesgos hay en la industria?
La hoja de ruta de los fabricantes de automóviles va hacia el sorpasso de los coches de combustión por los electrificados con diferentes plazos, hasta 2030 o 2035, a la espera de próximos cambios en los objetivos oficiales en la Unión Europea. Si nos creemos esas hojas de ruta, está claro que las fábricas que no tengan modelos eléctricos tienen fecha de caducidad, aunque a corto plazo se seguirán vendiendo coches de gasolina.
Volviendo al tema de fondo y a la economía doméstica, ¿qué responderías a la pregunta de qué coche me compro?
Después de múltiples consultas sobre ese tema, estoy mejorando la respuesta, aunque cada vez me surgen nuevas dudas. Es curioso ver que en muchas encuestas los ciudadanos muestran su predisposición a comprar un coche eléctrico, pero a continuación expresan su desconfianza de la tecnología y sus prestaciones y su rechazo a pagar un sobreprecio notable a cambio de tener un coche menos contaminante, al menos durante su uso. Es significativo que en España se venden más coches híbridos enchufables que 100% eléctricos, lo contrario que en otros países con mas penetración de la electromovilidad.
¿A qué se debe ese hecho? ¿Son los híbridos una buena opción?
Esa peculiaridad la vemos también en los modelos ganadores del Premio Best Car Coche Global, que en sus tres ediciones han sido electrificados. Hay quien prefiere ir paso a paso, pasar de la gasolina a un híbrido para acabar con un eléctrico. En resumen, el coche que te compres dependerá de tus convicciones y prioridades y tu poder adquisitivo. Quizá no puedes comprarte un eléctrico nuevo, pero sí uno de segunda mano o mediante renting, por ejemplo. Hay que ser abiertos.