Al inicio de la película Matchpoint (Woody Allen, 2005) podemos observar un plano fijo de una pista de tenis en donde se desarrolla un partido. Sin observar a los jugadores y solo enfocando el vaivén de la pelota por encima de la red, comienza un monólogo que ayuda a sintetizar la historia que les quiero contar.
Con Il Trovatore de Verdi, en el fondo, una voz en off emerge para narrar una metáfora entre la vida y un momento específico de un partido de tenis: “Aquel que dijo más vale tener suerte que talento conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo de reconocer a que gran parte de su vida depende de la suerte. Asusta pensar cuántas cosas se escapan a nuestro control".
"En un partido de tenis hay momentos en que la pelota golpea al borde de la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia delante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue adelante y ganas, o no lo hace y pierdes”. En ese momento, la imagen se congela y observamos la pelota flotando por encima de la red sin que el espectador sepa su destino final.
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Eduardo Della Maggiora (Santiago de Chile, 1980), protagonista de esta historia, sabe muy bien de la dosis de suerte que se necesitan para alcanzar un sueño. Pero también sabe del talento que se necesita para perseverar y llevar a buen puerto una idea. Conjuró la suerte y el talento en un binomio potente, capaz de empujar la pelota al otro lado de la cancha y ganar el partido. Además, sabe mucho de tenis, hasta el punto de haber soñado durante su adolescencia en convertirse en jugador profesional
Su sueño deportivo se derrumbó rápidamente por un acontecimiento familiar que marcó su vida para siempre: el fallecimiento de su padre. Fue así como las raquetas se convirtieron de pronto en objetos ornamentales para ser sustituidas por libros, fórmulas matemáticas y horas y horas de estudio en las aulas de la Universidad Católica de Chile, donde se graduó como ingeniero. Años más tarde, comenzó a trabajar en el sector financiero como ejecutivo en JP Morgan.
A pesar de haber alcanzado sus objetivos profesionales con exitosa promiscuidad, Della Maggiora decidió dar a su vida un giro de 180 grados tratando de responder a una pregunta que por su complejidad le llevó a salir de la zona de confort: “Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿cómo podría medir mi vida?”.
Comenzó entonces un proceso de reflexión interna a sus 35 años en las oficinas de JP Morgan con la gran manzana a sus pies. De golpe, el conjuro apareció en una suerte de epifanía. “Una forma de medir mi vida sería entender cómo estoy usando mi tiempo y mi energía para generar un impacto en la vida de otras personas. ¿Qué estoy haciendo hoy día para generar un impacto en la vida de otras personas?”, se preguntó.
Después de renunciar a las comodidades de su trabajo en JP Morgan en Nueva York y pasar seis meses en África haciendo voluntariado con niños y niñas de la región como profesor de matemáticas, Della Maggiora volvió a Chile con una maleta cargada de experiencias que le permitieron abordar los problemas provocados por la desnutrición infantil desde un enfoque innovador, combinando el bienestar personal y su pasión por el deporte, con un impacto positivo en la comunidad. De alguna forma esto podía responder a su pregunta-motivación. La idea estaba sembrada y no se permitía dar marcha atrás.
Así nació en el año 2020 Betterfly, una plataforma InsurTech (tecnología para seguros). La hipótesis de su proyecto estaba clara: los seres humanos estamos diseñados para ayudar. La épica consistía en convertir hábitos saludables en alimentos para niños de escasos recursos o en intervenciones medioambientales en crisis.
El modelo de negocio era disruptivo, pues ponía en el centro la vida de las personas a partir de la prevención, la protección y el propósito. El instrumento era el seguro de vida, pero visto como una oportunidad rentable en vida. Della Maggiora lo llama el efecto Betterfly, es decir, “un hábito saludable a diario puede transformar no solo tu vida y la de tu familia, sino que también las de otras personas de comunidades vulnerables”.
Set y partido para el primer unicornio de triple impacto en América, porque no solo está revolucionando el mercado, sino que su concepción y funcionamiento impacta directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): hambre cero; salud y bienestar; producción y consumo responsable; acción por el clima; vida de ecosistemas terrestres y alianzas para lograr objetivos.
Su modelo de negocio funcionó, tanto que el pasado mes de febrero se convirtió en el primer unicornio social latinoamericano con certificación B y una valoración de mil millones de dólares. La joven empresa cuenta hoy con más de 4.000 clientes corporativos (70% de los usuarios son Pymes) y un equipo que pasó de 30 personas a más de 650 en apenas 18 meses. Además, el impacto social de Betterfly se ha traducido en más de 30 mil niños que han sido beneficiados con programas alimenticios en diversos países, más de medio millón de árboles plantados en distintos lugares y billones de litros de agua recolectados para comunidades con problemas hídricos.
III FORO IBEROAMERICANO DE INNOVACIÓN ABIERTA día 11 from Tad on Vimeo.
Della Maggiora fue uno de los más de 25 panelistas que participaron en las jornadas de trabajo en el marco del III Foro Iberoamericano de Innovación Abierta realizado los días 11 y 12 de julio en Madrid. Un evento llevado a cabo de forma conjunta entre la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) y la Federación Iberoamericana de Jóvenes Emprendedores (FIJE) con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en las dependencias de la CEOE en Madrid.
Durante el evento, Della Maggiora anunció además el aterrizaje de Butterfly en España de la mano de Guillermo Sánchez (CEO Flexoh) dando así el salto atlántico para convertirse en un unicornio con el sello iberoamericano.
Iberoamérica cuenta hoy en día con más de 1000 empresas valoradas en mil millón de dólares y, en los últimos 4 años, han surgido 40 unicornios, es decir, 40 empresas de capital privado valoradas en mil millones de dólares. Esta vertiginosa escalada ha significado que el valor del ecosistema emprendedor latinoamericano se haya multiplicado por 32 durante la última década.
Betterfly ha contribuido al boom Iberoamericano emprendedor con algo más de talento que de suerte para que el destino final de la pelota caiga al otro lado de la pista para que los ganadores de esta suerte echada sean las empresas y la sociedad en su conjunto. La empresa de Della Maggiora es un ejemplo más de que se teje una nueva relación entre las empresas y la sociedad iberoamericana.