Judit de la Fuente está al frente de Biotherm, una de las grandes de la belleza y la cosmética que lleva por bandera el agua y el cuidado de los océanos. Javier Goyeneche es el fundador y cabeza visible de Ecoalf, una marca de ropa que aboga por un ritmo más lento y una producción más sostenible de la moda.
Ambos han coincidido en un proyecto en el que las marcas que representan llevan colaborando dos años: Limpia ríos, salva océanos. Su andadura juntos, cuenta De la Fuente, se “inauguró” en el mes de noviembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus. “Imagínate qué época tan atrevida para iniciar cualquier tipo de andadura”, exclama la directora de Biotherm.
Todo, cuenta, nace con un objetivo común claro: “La preocupación por el medio ambiente y específicamente por encontrar esa vía de devolverle al medio acuático todo lo que nos da”. Y es que, más allá de la idiosincrasia o las particularidades de cada una de las marcas, “ese fin, esa motivación común y ese compromiso” las unió bajo este proyecto, asegura, “tan maravilloso”.
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Fue Biotherm, recuerda Goyeneche, quien se acercó a Ecoalf para ver cómo colaborar. En un primer momento, cuenta, la idea era que la iniciativa Water Lovers de Biotherm y Upcycling the Oceans de la marca de ropa se uniesen bajo un mismo paraguas colaborativo. Sin embargo, de esas primeras reuniones surgió “hacer algo de cero los dos juntos”, explica.
“Consideramos que, efectivamente, para que estén limpios los mares, primero tienen que estar limpios los ríos”, cuenta Goyeneche. Y es que, como explica, “cada día está más demostrado que un porcentaje muy grande de la basura –alrededor del 70%– está saliendo a través de las desembocaduras de los ríos”.
Limpia ríos, salva océanos se plantea como un proyecto a largo plazo, con tres años de duración. O, más bien, como “una prueba piloto para ir limpiando y restaurando y ver si efectivamente demostramos que si los ríos están más limpios, los mares también lo estarán. Y que luego se pudiera replicar en el resto de ríos de España”, afirma Goyeneche.
De la Fuente corrige a su compañero en este camino: “No hablaría de una prueba piloto; creo que realmente es, de verdad, un compromiso muy, muy férreo y una apuesta muy clara tanto por parte de Biotherm como de la Fundación Ecoalf y los esfuerzos en estos dos años y los resultados son motivo de orgullo para ambos”.
Trabajo cooperativo
Limpia ríos, salva océanos se estructura con base en tres ejes básicos. El primero es el conocimiento, que trabajan junto al proyecto Libera. Ellos, dice De la Fuente, “nos ayudan a hacer todos estos análisis desde un punto de vista técnico, a trabajar todos los planes de restauración y recuperación de las áreas más afectadas”.
El segundo eje es la prevención. Aquí, explica la directora de Biotherm, “las autoridades locales son absolutamente clave, porque nos ayudan a sensibilizar a sus municipios y también a integrar todos los residuos dentro de su gestión urbana de residuos”.
El tercer eje de trabajo tiene que ver con la participación, que tiene mucho que ver, según De la Fuente, con “esa ayuda de los grupos de interés desde Ecoalf y Biotherm”.
Pregunta: ¿Qué valoración hacen de los primeros dos años del proyecto?
De la Fuente: En dos años, en la parte de limpieza, hemos movido a más de 800 voluntarios y técnicos, hemos recogido 13 toneladas de residuos, que a mí estas cosas me resultan muy difíciles de visualizar, pero es que estamos hablando de 35 campos de fútbol, 350.000 metros cuadrados. En la parte que tiene que ver más con la restauración, hablamos de 15 acciones que han movilizado a más de 300 voluntarios.
Hay una parte que es el eliminar árboles de especies invasoras, y hemos eliminado más de 600 ailantos, un árbol de origen chino que es una pesadilla invasora. Se han sustituido por más de 200 árboles de vegetación autóctona. Libera nos ha ayudado al final poniendo una serie de nidales también para restaurar el ecosistema de aves también…
De la Fuente asegura que son esfuerzos enormes de un proyecto con una inmensa ambición. A pesar de todo, reconoce, “te da muchas ganas de seguir apostando y de ver cómo podemos juntos, sobre todo gracias al apoyo de estos compañeros en el camino que nos aportan el expertise técnico, de estas autoridades locales y regionales que son tan importantes para esta labor de sensibilización y de concienciación, cómo todos podemos seguir avanzando y hacer mucho más”.
P.: ¿Qué queda por hacer?
Goyeneche: Aquí hay un tema muy importante este año que queda por delante, que es que vamos a repetir algunos sitios donde ya hemos estado y eso va a ser muy importante de analizar. Porque efectivamente se han hecho muchísimas cosas, ahora el problema es qué pasa si volvemos un año después y eso está igual de sucio. Eso sería un disgusto, porque si toda esta limpieza, luego cuando vuelves vuelve a estar igual, evidentemente no hemos aprendido nada y aquí seguimos ensuciando.
En Ecoalf saben lo que es eso de hacer limpiezas y ver que los residuos vuelven a inundar la zona. Pero también lo contrario: “Cuando empezamos sacar basura del fondo del mar, los pescadores recogían 5,2 kilos al día y ahora están en 2,4. Pero los italianos con los que hemos empezado a trabajar están en 5,4 y los franceses en 4,8”. La labor, al fin y al cabo, se acaba notando.
Por eso, el proyecto no solo se centra en las limpiezas y recogidas de residuos, sino en la concienciación de las personas por donde ha pasado. “Ellas son las máximas responsables de mantener esa zona limpia y de concienciar al resto”, zanja Goyeneche.
P.: Esa parte de concienciación es clave para prevenir que estos residuos lleguen a los ríos y mares.
De la Fuente: Al final este es un proyecto que lo que busca es un fin eminentemente práctico. Si, por un lado, limpiamos, pero, como bien dice Javier, no hay una labor de sensibilización, de educación, de concienciación para reducir significativamente –y en un mundo ideal, que es el objetivo que tenemos, eliminar el abandono de residuos– no hacemos nada. En ese sentido, el proyecto tiene un fin eminentemente educativo: realizamos charlas en colegios, en asociaciones, en universidades… Realmente hay gestos muy sencillos que, inyectados en la educación y en las pautas cotidianas del día a día de todo el mundo, ayuda de forma radical a disminuir la ‘basuraleza’.
Próxima parada: el Tajo
P.: ¿Cómo encaran el futuro de Limpia ríos, salva océanos?
De la Fuente: Estamos aprendiendo. Al final, imagínate, un proyecto de esta envergadura requiere de verdad ir teniendo información sólida para entender, porque hemos empezado por el Jarama, por estos tramos medios y bajos, pero queda seguir aprendiendo y entendiendo cuáles son las pautas que marcan la diferencia, qué necesidades específicas puede tener cada tramo y cómo resolverlo, cómo ayudar, pedir ayuda y buscar ese ‘expertise’ que nos eche una mano porque tenemos toda la voluntad, los medios humanos y no tan humanos para ayudar. Siempre necesitas la ayuda de todos los agentes en el camino.
Ahora, asegura la directora de Biotherm, el proyecto se encuentra en una fase de análisis de todos los datos recabados hasta el momento para intentar extender iniciativas de este calado a otros ámbitos geográficos. En estos momentos, por ejemplo, Limpia ríos, salva océanos ya ha avanzado sus labores de restauración hasta el Tajo.
La limpieza del río se compaginará, en los próximos meses, con “volver sobre zonas que requieren nuevos trabajos dentro del Jarama”, explica De la Fuente. En el Tajo, el gran aliado del proyecto de Biotherm y Ecoalf es la Asociación Paisaje Limpio, que les está ayudando a “montar una barrera” para capturar residuos y así poder entender qué tipo de materiales se está encontrando.
P.: ¿Cuál es el residuo más común con el que se topan?
De la Fuente: Desde grandes objetos hasta plásticos o microplásticos. Es muy interesante porque estamos siendo capaces de retener y analizar esos objetos, desde los bastoncillos de los oídos o microplásticos hasta las toallitas desmaquillantes.
Goyeneche: Ese es el mayor drama. Es tremendo cómo se fusionan las toallitas con la tierra y cuando llegas parece que está limpio, pero empiezas a sacar, a sacar de la tierra, a sacar, a sacar, a sacar… y sacas tochos que miden un metro. Pero están tan, tan metidas en la tierra que no las ves. Parece que está limpio.
P.: ¿Es el residuo que más les llama la atención?
Goyeneche: A mí las toallitas, sin duda, hasta el momento es lo que más me llama la atención.
De la Fuente: Es que te encuentras de todo, la verdad. Pero las toallitas son lo más impresionante, ópticamente. Y volvemos al mismo punto.
Goyeneche: Es como que nunca terminan.
De la Fuente: Y ponerle remedio es tan sencillo… Por eso la parte de educación, de concienciación, es importante. Evidentemente, tirar una toallita por el inodoro es un acto reflejo que las personas no piensan, no son conocedoras del impacto que puede tener ese gesto.
Goyeneche: Lo que está clarísimo es que queda muchísimo por hacer; da igual que metamos otra batida a lo que ya hemos hecho o ampliemos hacia el Tajo o a otro lugar.
P.: ¿Qué pasa con todos los residuos que recogéis?
Goyeneche: Ahí está la parte de Libera como brazo de Ecoembes, que al final son los responsables de la gestión del residuo y de llevarlo a los sitios que lo tienen que llevar y clasificar.
De la Fuente: Lo categorizan, lo caracterizan. Como dice Javier, lo clasifican. Después la ayuda es realmente de los ayuntamientos, de las Administraciones municipales, que son quienes tienen que reintegrarlo en su gestión de residuos urbanos. Tras esto, hay un análisis ahí de nuestros socios de Libera. Y si al final consideran que hay algo que se puede utilizar por parte de Ecoalf.
Goyeneche: Pero de ahí mucho de lo que estamos sacando, desgraciadamente, no se puede aprovechar, todo el tema de de toallitas es imposible.
De la Fuente: Es casi una sorpresa, es un impacto de verdad. Puede parecer una cierta exageración, pero hay que verlo.
Goyeneche: Es un material que no se desintegra y se va quedando como con capas en la tierra. Para los animales y las plantas es un drama.