John R. Sylliboy se sienta a contraluz delante de una cristalera horizontal que enmarca una zona de Madrid que sabemos que va a ser completamente reconstruida. La embajada de Canadá corona la última de las cuatro torres y las personas que pasan por ella son testigos de una vista en constante cambio, un lienzo inmenso que se va pintando un poco más cada mañana.
Sylliboy procede de una nación Mi’kmaq de Nueva Escocia, en la costa este de Canadá, y es líder internacional en la promoción de los derechos de las personas dos-espíritus. En 2009, en su comunidad se suicidaron cuatro jóvenes de este colectivo, y esto le inspiró desde entonces a dedicarse a luchar por una cultura de género más sensible a las identidades diversas, tanto entre los Mi’kmaq como a nivel internacional.
Relata pausadamente que, aunque sólo lleva un día en la ciudad de Madrid, ha podido visitar ya el barrio de Chueca y alaba un arroz madrileño con setas, aunque encontró el barrio LGTBI demasiado tranquilo, explica, se trata del mismo proceso que vivió en el barrio gay de Montreal, “nuestros barrios se suelen convertir en barrios elegantes, eso es debido a nuestra demografía”.
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Antes no viajaba tanto como ahora, cuando lo hace por todo el mundo para defender los derechos de las personas dos-espíritus. Hay que puntualizar que éste, two-spirits es un término panindígena contemporáneo utilizado ya internacionalmente por el colectivo LGTBQIA+, para referirse a un continuo de identidades diversas de género y sexualidad de las personas indígenas.
John R. Sylliboy es profesor del Departamento de Estudios Integrados en Educación de la Universidad McGill de Montreal en Canadá y ha realizado diferentes estudios acerca de las personas two-spirits, investigando sobre las experiencias de coming out en las comunidades indígenas, ayudando a “revitalizar el idioma Mi’kmaq” y colaborando en la elaboración de “un Plan de Acción Nacional para erradicar el racismo sistémico y la violencia contra las personas indígenas con identidad de género diversa”.
En su explicación, menciona que el vocablo sobre que ha venido a comunicar a España es un término paraguas. Él mismo lo desconocía hasta que un amigo de la familia se le acercó un día y le dijo “Enhorabuena, John, por salir del armario y mostrarte como un two-spirits".
Yo escuché la palabra y no estaba muy seguro de lo que significaba. Ya había dicho que era gay en mi casa, gay o bisexual o lo que me había sentido en cada momento, pero yo no usaba aquel término, así que me dije a mí mismo ‘tengo que conocer mejor el lenguaje’”.
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“El término dos-espíritus”, añade, “se creó en el año 1990, en el seno de la comunidad indígena LGTB, para describir a los que sentimos esta dualidad y vivimos una espiritualidad no secular alrededor de nuestro propio género, con un significado más allá de los términos masculino y femenino”. Explica cómo inicialmente “este término sirvió mucho a aquellas personas que estaban iniciando su proceso de cambio de género porque es un término muy fluido”.
Una identidad colectiva
Respecto a su uso actual, explica, “se trata de reconciliar, nada más“. Para él, “todos los espíritus y cosas vivientes están conectados unos con otros. Hasta los microorganismos lo están con otros organismos, las plantas con los animales, los animales por los humanos, y los humanos entre ellos, en un estado de flujo constante.
Lo que determina el bienestar de todos es aquello que define nuestros valores y creencias y la cohesión social de los individuos siempre está evolucionando para cubrir las necesidades individuales y sociales de todos”, añade con una seriedad admirable.
“Para nosotros, todos tenemos una identidad colectiva con la Tierra y con los demás espíritus, desde los insectos a las aves”, elabora. “No es algo religioso aunque sí que existe una parte ceremonial que tiene que ver con el lenguaje, e incluso con los sonidos, por ejemplo el de los tambores… Quién eres en cierta manera está siempre relacionado con estar junto a los demás, todos los seres”, añade.
Como señala, la historia de su país ha sido afectada “por un colonialismo a menudo racista y heteronormativo, que ha intentado borrar parte de nuestra historia”. Señala cuán enorme puede ser considerada esta comunidad dos-espíritus, y habla de hasta un “10% de la población”, es decir, decenas de miles de personas de “América del Norte, pero también de América Central y Australia, donde por ejemplo existen otros términos. Tenemos una responsabilidad con las comunidades de todo el mundo, con las naciones tribales”.
Para ello, explica, “necesitamos más identidades”. ¿En qué sentido el lenguaje puede resultar importante? Explica cómo “crear nuevas palabras está relacionado con el wellbeing (bienestar). Con llegar a encontrarse bien, con encontrarse en paz y en armonía".
"También con procesos de curación, porque el poder de una palabra permite entender y reasignar identidades culturales. Entender que siempre han estado ahí para que no sean borradas ni escondidas, y para que las personas que se sientan así sean protegidas y afirmadas”, cuenta.
Como él añade, “el parentesco entre todas nuestras comunidades es muy fuerte y el componente cultural de quiénes somos siempre ha estado y estará ahí, por eso se entiende el concepto en todas sus comunidades. En nuestro caso, siempre nos ayudamos unos a otros cuando hay crisis y cuando hay cosas buenas que celebrar lo hacemos juntos”.
“Mi primera lengua construyó mi primera visión del mundo y creó mi primera forma de ser. Mi primera y más personal visión del mundo proviene de mis creencias, a través de su lengua sus prácticas culturales. A mí me gusta pescar, por ejemplo.
Cambié de escuela cuando tenía entre 12 y 13 años y ahí es cuando empecé a ir a una escuela en inglés y comencé a enfrentarme al posible racismo, porque nunca sentí el racismo dentro de mi comunidad logicamente”.
En este sentido, su intención no es generar polémica, sino ofrecer más posibilidades: recuerda una frase de su madre, “Me dijo: ‘John, tú solo recuerda esto estás aquí para hacer amigos no enemigos’”.
“Algunas personas”, señala, “me preguntan cómo se puede vivir sin apenas recursos… yo recuerdo a mi madre y cómo nos enseñaba inglés con las palabras que aparecían en las cajas de cereales y en catálogos de publicidades, para prepararnos para cuando nos fuera necesario hablar este idioma”.
Para Sylliboy, autor de un reciente documental presentado en el Atlantic festival de Canadá sobre el concepto Dos-Espíritus, este término, entendido como “la intersección entre identidad cultural y sexualidad tiene mucha importancia”.
“Desde nuestra perspectiva, quién eres, cómo eres y cómo se te nombra, es algo muy importante. La noción de “2” implica que seas parte de una cultura indígena, y que lleves en ti esa espiritualidad, e incluye también una sexualidad diversa, lo cual se ha documentado por la tradición oral durante siglos, y ahora adquiere por fin una especial importancia”.