El neurólogo Ignacio Fernández Medrano.

El neurólogo Ignacio Fernández Medrano.

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Así es Savana, el ingenioso proyecto del neurólogo Ignacio Hernández Medrano que lleva la IA a la Medicina

Este emprendedor cuenta cómo hace una década creó una plataforma que impulsa la medicina de precisión. 

16 mayo, 2023 02:27

Neurólogo y emprendedor, Ignacio Hernández Medrano es, en realidad, un visionario que hace casi una década tuvo un sueño al que puso el nombre de Savana: una plataforma de inteligencia artificial que lee y analiza millones de documentos clínicos y los transforma en big data con el fin de conseguir modelos predictivos enfocados a la medicina de precisión.

La persecución de ese sueño de querer transformar el mundo democratizando el acceso a la información médico-científica de millones de pacientes a través de la inteligencia artificial, le llevó a ganar el premio Princesa de Girona en 2019 y solo dos años más tarde, en 2021, entró en la lista Forbes como uno de los 100 españoles más creativos.

Está casado con la actriz María Adánez, con quien comparte sueños y un hijo, Claudio,  compañero de viajes futuros y quien le ayudará a cristalizar sus sueños en las nuevas generaciones.

[Big data para ‘exprimir’ al máximo el historial clínico, premio Princesa Girona]

Nacho, para enfocar el tiro y para que quienes nos leen sepan la importancia que tiene creer en los sueños, ¿cómo fue aquella tarde en la que te atreviste a levantar la mano?

Han pasado ya ocho años de aquella reunión en la que preguntaron si había alguien en la sala que tuviera algún proyecto que pudiera quizá cambiar el mundo, y yo me atreví a levantar la mano y les hablé de nuestro sueño, de Savana, y me escucharon y me llevaron a la Singularity University.

Suena a música celestial, pero aquello fue asumir un gran riesgo.

Sí, di un paso que conllevaba mucho riesgo y lo hice por una visión. Una visión de un mundo que venía, que se aproximaba y que no se parecía en nada a lo que estábamos acostumbrados a ver. Ha pasado casi una década desde aquel día, pero pude ver que, con la llegada de la computación, de los grandes datos y de la inteligencia artificial, íbamos a poder hacer una nueva medicina apoyada en la inteligencia artificial y que iba a ser capaz de entender mucho mejor, a nivel individual, lo que iba a ocurrirle a un paciente.

Esa claridad meridiana te hizo lanzarte a la piscina

Hizo que me tirara desde un trampolín con el riesgo de que no hubiera agua. En ese momento, arriesgué mi posición de neurólogo diciendo lo que pensaba en voz alta, porque era solo una visión tecnológica que se podía haber materializado o no, como tantas otras, y podía haberme equivocado…

Aun sabiendo todos esos riesgos, no dudaste en tirarte de cabeza y te salió bien.

Sí, porque todas las predicciones que hicimos sobre la inteligencia artificial y que se iba a comer el mundo en 2022, se han hecho realidad, y ahora solo se habla de inteligencia artificial en Medicina. Si vas a cualquier congreso, de cualquier especialidad médica, en cualquier lugar del mundo, verás que la charla de apertura o de cierre de ese congreso versará sobre inteligencia artificial y de cómo está impactando a la Medicina.

Portada de la página web de Savana.

Portada de la página web de Savana.

¿Y tú cómo vives haber dado en la diana?

Pues lo vivo desde la curiosidad y no desde el ego. Pienso: menos mal que se ha cumplido el sueño y me ha salido bien, porque si hubiera sido consciente del riesgo que conllevaba hacer una predicción tecnológica de estas características y exponer mi carrera de la forma que lo hice, me habría callado. Pero lo hice, y me salió bien, y es en el punto en el que estamos ahora los humanos… (se ríe).

Pero dejaste a un lado tu carrera, tú eres médico clínico, neurólogo, te gusta la gente, los pacientes, además de los algoritmos y las matemáticas, ¿piensas volver a la medicina? Porque un médico siempre es un médico.

Sí, soy médico y a eso nunca voy a renunciar [se ríe] y la guardia, la urgencia, siempre se echa de menos. Era duro no dormir, pero también era lo más bonito. Te enfrentabas a pacientes graves, urgentes… Es imposible que yo me olvide nunca, por eso cuando llego a un hospital siempre pienso: ¿dónde está la bata?

Hay que decir que Savana ha sido el sueño, además de un neurólogo, de un abogado y un informático. Parece el guion de una buena serie o película americana.

[Se ríe]. Así es. Un sueño de tres personas de ámbitos diferentes que vieron el futuro de la Medicina desde la misma perspectiva: acumulábamos tales cantidades de datos en el mundo que, mirando el histórico de datos con las máquinas y las matemáticas adecuadas, se podía predecir lo que iba a ocurrir en el futuro.

Si miro el histórico del tiempo que ha hecho en los meses de septiembre de diferentes años, mas o menos, voy a saber el tiempo que hará en septiembre, y si miro el histórico del tráfico de una carretera en el puente de la Constitución, puedo predecir el futuro de esa carretera en esas fechas. No es otra cosa que observar grandes históricos de datos.

Ignacio Hernández Medrano en una mesa redonda sobre salud digital, en París.

Ignacio Hernández Medrano en una mesa redonda sobre salud digital, en París. @ihmedrano

Este es un gran cambio que se ha producido en la humanidad, Nacho, ya que antes solo podíamos acumular datos de cosas muy concretas.

Efectivamente, podíamos acumular datos de fenómenos astronómicos, meteorológicos y poco mas, por tanto, podíamos hacer predicciones a futuro muy escasas. Teníamos pocos datos y las matemáticas no podían apoyarse en los ordenadores porque estos eran todavía muy débiles.

Pero ahora, de repente, tenemos muchos históricos de datos y máquinas capaces de procesarlos.

La suma del big data y el aprendizaje automático, el machine learning, esa confluencia hace que, en todos los mundos, en todos los sectores desde 2014-2015, se active enormemente la capacidad de predecir. Puedo predecir el precio de la naranja en Italia, la estrategia de un equipo rival de fútbol, un fenómeno bursátil… todas las grandes instituciones del mundo empiezan a contratar a empresas especialistas en machine learning y big data para predecir lo que va a suceder.

Soy Netflix y puedo predecir que capítulo de una serie te va a gustar; soy Amazon y puedo predecir lo qué vas a comprar, y así, sucesivamente, explota la inteligencia artificial por sus capacidades de individualización predictiva.

Y si aplicamos estos datos históricos de muchos pacientes, podremos predecir quién va a responder a un tratamiento concreto.

Así es, en eso es en lo que estamos. Esta es la visión que se ha materializado y hoy hay miles de artículos médicos que utilizan el big data y la inteligencia artificial para hacer predicciones en pacientes… Y está funcionando. Se publica, se utiliza todos los días.

Cuéntanos un caso bonito de lo que significa esta visión Savana en el presente.

Te voy a contar un caso que sé que te va a gustar, porque, además, ilustra muy bien sobre lo que estamos hablando. Te diagnostican un cáncer y tener cáncer ya hace que aumente el riesgo de que tengas trombos y como tienes ese riesgo, el oncólogo te pone un anticoagulante para hacer que tu sangre se vuelva más líquida. El problema de ponerte un anticoagulante es que éste tiene el efecto secundario de que puedes hacer sangrados y estos pueden ser graves.

Imagínate la situación: no tienes ya bastante con tu cáncer que encima te ponen un anticoagulante, con toda la buena intención, y resulta que el efecto secundario es que sangras. Bueno, bien, pues el paciente aparece en la consulta y le dice a su médico: 'Ayer estuve en urgencias porque sangré'. Y el oncólogo piensa: '¿Y ahora qué hago?, ¿quito el anticoagulante, lo dejo…?'

Esa decisión, como otras tantas decisiones tomadas en medicina, no se toman basadas en datos estadísticos o matemáticos, se toman basadas en el buen hacer del médico, desde su intuición y su experiencia.

Y es ahí donde aparecen varios oncólogos que, liderados por el doctor Andrés Muñoz del Gregorio Marañón, se ponen en contacto contigo.

Así es. Nos preguntaron si nosotros seríamos capaces de analizar los datos de miles de pacientes con cáncer y ver con quien se debería continuar el tratamiento de anticoagulación y con quien no. Y así, cuando el paciente entre por la puerta y me cuente que ha tenido sangrados, ya tengo una herramienta, ya no voy a ciegas…

Imagen de archivo de un médico utilizando gafas de realidad virtual para practicar en el laboratorio.

Imagen de archivo de un médico utilizando gafas de realidad virtual para practicar en el laboratorio. iStock

Pero montar todo esto proceso es muy caro, ¿quién se ha sumado a ese carro? ¿Es difícil encontrar laboratorios que se comprometan con ideas tan nuevas?

No es fácil, claro, pero tuvimos suerte. Dimos con un gran laboratorio, Pfizer, que quiso colaborar y juntos hicimos un equipo y hemos creado el algoritmo.

¿Y lo habéis validado? En ciencia nada vale nada si no se valida…

Exacto, la ciencia es muy puñetera, porque lo tiene que validar un tercero, alguien diferente a ti, sino, no vale, así que cogimos el algoritmo y se lo llevamos a la sociedad española de oncología médica, y les dijimos: no queremos saber nada, usadlo, validadlo en un registro de pacientes y mirad a ver si funciona…

Y ¡funcionó!

[Sonríe orgulloso]. Nos llamaron y nos dijeron que, no solo funcionaba, sino que daba exactamente el mismo resultado que nosotros le habíamos prometido con nuestras matemáticas, Big data e inteligencia artificial. Ese algoritmo existe y fue presentado en el Congreso Americano de Oncología.

Esto es, que se utilice en las consultas.

Sí, y a esto es a lo que nos dedicamos.

A cambiarle la vida a millones de personas.

No hay ninguna pregunta a la que no puedas responder si tienes los datos suficientes…

Savana ya tiene presencia en muchos países.

Como estamos centrados en la investigación médica y esta está muy concentrada en los países más potentes que son: Reino Unido, Francia, España y luego los adyacentes, Bélgica, Suiza y Austria. Y también al otro lado del charco, en Argentina, Brasil, Colombia, EEUU, Canadá…

En esta aventura que empezasteis con vuestros ahorros y que ha llegado tan lejos, están muchos de los mejores médicos que han colgado la bata para unirse a Savana, pero también están los mejores matemáticos, programadores…

Y los mejores lingüistas, que de eso no hemos hablado aún. Es muy importante que en todo este proceso de análisis de datos haya un tratamiento lingüístico previo, porque como los médicos escriben de una manera compleja y hay que transformar las palabras en números, que es muy complicado. Este trabajo lo desarrollan lingüistas computacionales.

Tenéis un equipo muy compacto y muy mezclado, ¿cómo habéis hecho la selección? Porque Savana le cambia la vida a las personas.

La pasión por la misión. Es raro que se venga alguien por su propio interés. Por desarrollo profesional, sí, por dinero…

Por supuesto que tienes que ofrecerles unas condiciones dignas a las personas que quieren trabajar aquí, pero nosotros no competimos. A Savana vienen a pescar de Inditex o Amazon. Tenemos ingenieros muy buenos y el que está aquí lo está porque, al final, los años pasan y las oportunidades que tienes de contarle a tu hijo que has hecho algo por cambiar el mundo no son tantas.

Si estás motivado con esa idea, aquí te vas a hartar, sino es eso lo que buscas, mejor no vengas porque este no es el sitio. Siempre hay gente así, no son la mayoría, pero los que encuentras, esos son para siempre.

Imagen del neurólogo Ignacio Hernández Medrano.

Imagen del neurólogo Ignacio Hernández Medrano.

¿El equipo ha crecido mucho desde entonces?

Hemos crecido bastante [se ríe]. Empezamos los tres fundadores con los ahorrillos que teníamos, y enseguida contratamos a las dos primeras personas y poco a poco, hemos alcanzado las cien personas.

Y Savana en qué punto está.

Esta expandiéndose por el mundo entrando cada semana, en las geografías que hemos comentado, en un hospital nuevo. Es momento de que la red crezca. Tiene el respeto de la comunidad, es útil, es real, es médico, serio, robusto y metodológico. Hemos estado ocho años para demostrar la credibilidad científica…

Y ahora que la tenéis…

Es el momento de crecer, crecer, crecer y hacerlo por todos los países, y a cuántos mas lleguemos, mas fuerte será la red…

¿Dónde quieres llevar Savana?, ¿cuál es el horizonte?

Al final, tiene que haber un momento, que no está tan lejos, porque el sueño no está tan lejos… Y visualizo ese momento donde lo que hacemos en Savana sea completamente normal, donde no te plantees otra medicina que, cuando tú entres por la puerta y digas: hola, muy buenas, soy fulanita y estos son mis antecedentes.

Los metan en un ordenador y el ordenador diga: pues muy bien, por todo lo aprendido de todo el histórico, incluido datos genómicos y datos microbiómicos, los comparen y sepan exactamente la probabilidad que hay de que a ti te ocurra una cosa u otra, que respondas a uno u otro tratamiento. Ese día en el que la medicina esté apoyada en la computación, por matemáticas computacionales individualizadas. Ese es el horizonte.

Una medicina de precisión, pero hay otras empresas haciéndolo.

Esta visión no solo la hemos tenido nosotros, hay otras empresas, como bien dices, haciéndolo, pero casi todas se han centrado en el genoma o en las pruebas de imagen. Sin embargo, Savana fue la primera a la que se le ocurrió hacerlo con los datos de historia del paciente. Podemos ser una bisagra para todos aquellos que lo están haciendo con otras piezas de información. Creemos que podemos ser el esqueleto sobre el que pilotan el resto de capas de datos para hacer una medicina predictiva individualizada.

Hasta que no sea completamente normal que te atiendan con esa inteligencia artificial sosteniendo al médico en sus decisiones, la misión no estará completa.

Así es. Por eso esta misión la vamos a empujar empresarialmente todo lo que podamos. Si tenemos que asociarnos con otros que estén transitando el mismo camino, pero de modo diferente como he comentado antes, lo haremos si esto significa crecer más rápido y nos ayuda a reclutar más hospitales en Asia. Siempre lo hemos dicho: lo importante para nosotros es llegar muy rápido, lo antes posible. En nuestro caso, lo empresarial siempre va por detrás de la misión.

Y después de Savana, ¿qué?

[Risas] Me lo planteo a veces, no tengo respuesta, aunque sí tengo ideas. Hagamos brainstorming . Hay varias cosas que tengo en la cabeza, concretamente dos, que tienen que ver con la salud y el planeta, con la ecología porque, al final, no tenemos que olvidarnos de que estamos al borde de un cataclismo ecológico. El otro día tuve una reunión con los reyes y en mi turno de palabra no sabía muy bien qué mensaje quería lanzar en esos minutos que tenía para hacerlo, y les dije: One Planet Health.

Este es el siguiente paso.

Sí, el concepto de la salud planetaria, porque la salud del planeta es la nuestra. Nos estamos cargando los bosques y esto nos ha traído el Covid y no se va a parar aquí, va a ir a mas, y van a venir enfermedades, plagas…, lo tenemos ya encima. Por eso, el concepto de salud planetaria, unir la salud humana a la ecológica es la mejor idea en la que enfocarse ahora. Y esta es una idea que no me importa compartir, porque creo que las ideas crecen cuando las compartes.

Y ya que no te importa compartir, cuéntamela.

Las empresas farmacéuticas hacen un trabajo muy importante, pero están todo el rato tirando de recursos de la naturaleza, utilizan la botánica, las plantas, y sería justo que, en algún momento tuvieran la oportunidad de devolverle una parte de lo que le sustraen a la naturaleza, en función de sus ganancias o de cuanto la utilizan, claro está.

Hablas de si tendría sentido un mercado, una plataforma donde las farmacéuticas se responsabilizaran y devolvieran en ayudas apoyando proyectos de ecología?

Por ahí estoy empezando a pensar que igual viene algo interesante…
El planeta es la casa de todos cada vez caminamos mas cerca de la conciencia colectiva y esta se va abriendo a admitir que solo somos un animal mas. El día que lo entendamos, el día que asumamos que todas las especies que habitamos en el planeta estamos al mismo nivel…

No sé si será demasiado tarde, ojalá los soñadores comprometidos como tú abran esa gran ventana, pero dime Nacho, cuál es tu gran sueño.

Creo que no hay una misión mayor que intentar dejar el mundo en el que vivimos mejor de lo que lo hemos encontrado. Me gustaría tener, en algún momento, la oportunidad de dedicarme a la gente que hace proyectos de ecología y poder colaborar desde la perspectiva de la salud. Cosas pequeñas, concretas, muy humildes, pero que dejaran huella…

Ese no es un sueño difícil de cumplir para ti.

[Se ríe] y esto me gustaría hacerlo con mi hijo Claudio, que él lo viera, que él respirara ese espíritu de lo que significa ayudar, de presentarte humildemente ante la gente y solo querer aportar lo que sabes sin ninguna pretensión mas. Me encantaría poder tener el tiempo y los recursos para estar al cargo de una plataforma así, una plataforma soñada que creo que no arreglaría muchas cosas, pero sí dejaría buenos testimonios. Es una forma de cristalizar mis sueños en las generaciones futuras.