De los estudiantes modélicos suelen tenerse las expectativas altas cada vez que se piensa en su futuro. Son alumnos ambiciosos, con un horizonte optimista en el que no ven los obstáculos como eso, precisamente, sino como retos por superar en el camino a la excelencia. A Igor Klymenko, de 18 años, le llegó uno de esos grandes desafíos el 24 de febrero de 2022, cuando Rusia comenzó la invasión de Ucrania y él, por entonces en secundaria, se vio obligado a terminar sus estudios refugiado en un sótano.
Allí, Klymenko no solo completó el curso a distancia, acompañado por otras ocho personas que trataban de hacer vida normal pese al ruido constante de las explosiones. También dedicó su tiempo libre a perfeccionar un dron detector de minas que le ha valido el premio al Mejor Estudiante del Mundo, un galardón que otorga 100.000 dólares al alumno que consiga alcanzar el olimpo académico.
El premio, organizado por la organización Global Teacher Prize, se dirige a todos los estudiantes del mundo, mayores de 16 años, que además de destacar por sus logros académicos, impulsen proyectos "con impacto real en el aprendizaje, en la vida de sus compañeros y en la sociedad". Klymenko compitió con otros 7.000 jóvenes prodigio pertenecientes a 150 países, resultando ganador en la ceremonia que tuvo lugar en la Asamblea General de las Naciones Unidas hace un año.
Ahora, el joven cursa online la carrera de Automatización de Tecnologías Integradas por Computadora, en el Instituto Politécnico de Kiev, y se prepara para ceder el testigo a uno de los jóvenes que vuelven a competir este año por convertirse en los rostros de la excelencia de 2023.
Los nuevos sobresalientes
La edición actual del Global Student Prize abrió su plazo para recibir candidaturas a principios de este año y lo cerró a mediados del pasado mayo. Ahora, la organización pone nombre a los 10 finalistas al premio, que han destacado gracias al impacto de sus aportaciones "en áreas desde el medio ambiente hasta la igualdad y la justicia, y desde el empoderamiento de los jóvenes hasta el fin de la pobreza".
Si el objetivo del ganador de la edición pasada fue abordar el problema mundial de las minas terrestres —algo que en su Ucrania natal va a tardar más de 50 años en resolverse—, ahora son otros los proyectos que destacan por su originalidad y su potencial impacto. Entre los finalistas destacan historias como la de Victoria Rojas, que desde Argentina ha desarrollado una "red de jóvenes que busca romper con la barrera de la desinformación democratizando el acceso a las oportunidades".
Su proyecto compite con otros como el de Kenneth Chong, malasio promotor de un sistema capaz de purificar el agua en hasta un 99,99%; o Ravinder Bishnoi, inventor de un dispositivo que puede crear corredores verdes para ambulancias "en países con mucho tráfico como la India, donde un número significativo de personas pierden la vida debido a los retrasos de las ambulancias", explican desde la organización.
Sobre la participación de estos jóvenes brillantes en los premios, también añaden que "en una sociedad global que enfrenta desafíos cada vez mayores, la determinación y la perseverancia son cualidades esenciales para los líderes del futuro. Muchos de los estudiantes más excepcionales de hoy han tenido que superar barreras importantes para llegar a la educación superior y lograr sus objetivos: obstáculos como problemas de salud graves, desventajas socioeconómicas, discriminación, etc.".
El año pasado, además del ucraniano Igor Klymenko, los otros finalistas fueron Gitanjali Rao, de Estados Unidos; Kenisha Arora, de Canadá; Lucas Tejedor, de Brasil; Mathias Charles Yabe, de Ghana; Maya Bridgman, de los Emiratos Árabes Unidos; Nicolás Monzón, de Argentina; Alesyah Asa, de Malasia; Anagha Rajesh, de la India y Nathan Nguyen, de Australia.
El ganador de 2021 fue Jeremiah Thoronka, estudiante de Sierra Leona e impulsor de un proyecto que transforma las vibraciones de los vehículos en corriente eléctrica.