¿En qué momento, por ejemplo, tener un seguro conlleva emisiones de gases de efecto invernadero? ¿O ir al médico o realizar operaciones bancarias? No es fácil de calcular cuando se incluye la producción de la electricidad de las oficinas o la climatización de los edificios y estas emisiones que no son directas de la compañía. Y se complica aún más si se tiene en cuenta el transporte de los clientes, los trabajadores y los proveedores. Y todo, como sabe Aline Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad del grupo ASISA, deja huella. 

Las empresas podrían conseguir la neutralidad fácilmente, solo es cuestión de comprar créditos de carbono, plantar árboles en algún lugar y hacer contabilidad inteligente. Pero eso, sostiene Gómez-Acebo, no hace ninguna diferencia. "Llegar a la neutralidad es sencillo, porque sólo tienes que compensar, lo difícil es mantenerla cuando tienes un mal año". Las empresas pueden ser 'neutras' mañana mismo si pagan lo suficiente, aunque los créditos no son baratos. El objetivo sería reducir primero las emisiones tanto como se pueda, y compensar las que humanamente no se pueden.

En el lado de la energía, ASISA dice que casi el 100% de la utilizada en los edificios que son de su propiedad —también opera en otros donde no tiene autoridad— es renovable. Han instalado placas solares con capacidad para producir hasta el 10% de su demanda de energía. "Aparte de reducir emisiones de alrededor de 500.000 toneladas de CO₂, unos 30.000 árboles al año, también es un ahorro económico".

La directora de Sostenibilidad reconoce que hay cuestiones técnicas como las horas de luz, el espacio disponible para placas solares o los picos de demanda que no se pueden controlar. Como no podía ser de otra manera, los hospitales y los centros sanitarios necesitan la seguridad de una fuente de energía estable para operar, por eso siempre tienen que tener un respaldo.

"Aun así, hay muchos aspectos que hemos mejorado", dice Gómez-Acebo, orgullosa del avance que han hecho. Como, por ejemplo, "ventanas, revestimientos, cambio de calderas de gas a bombas de calor por aerotermia…" que, añade, "supone consumo energético, pero este puede ser de origen renovable". 

La salud, lo primero

La salud es lo primero y esto hace que el reto sea aún mayor. Sería inaceptable ahorrar emisiones en perjuicio de los pacientes. Nadie querría en al dentista un babero reusado, o que el personal tenga que reutilizar los EPI una y otra vez. Hay cosas que no se pueden modificar, pero otras, como los materiales que se usan pueden mejorar. 



Gómez-Acebo pone el ejemplo de los uniformes: "Algunos proveedores nos dan uniformes que al tacto es igual, pero están hechos de plástico reciclado. Es una tontería, pero al final cuando tú empleas a 3.000 o 4.000 sanitarios hace una diferencia". Ahí toca el importante punto de los proveedores. A la hora de saber huella para buscar soluciones, lo primero es medir el impacto de toda la cadena, desde los proveedores a los residuos.

Asisa trabaja porque las relación médico-paciente sean lo más fluidas posible Gettyimages



"El gran reto al que nos enfrentamos es la circularidad", explica la ejecutiva de ASISA. "Las cocinas que atiende los hospitales de 200 o 300 camas generan mucho aceite. Hasta ahora lo tirábamos, pero podemos buscar alianzas con otros restaurantes y formar biodiésel", añade.

Esa es la clave de la economía circular, hacer recursos donde sólo parece que hay residuos. Y si consiguen que los proveedores también se involucren, es un beneficio para todos. Mejor organización significa ser más eficiente y sólo gastar los recursos necesarios, lo que amplia los márgenes. Eso es asumir las emisiones indirectas como propias.

ESG: Ambiente, Social y Gobernanza

Así, el grupo ASISA ha reafirmado su compromiso con la sostenibilidad a través de su Plan Estratégico y ha realizado avances significativos en los tres pilares fundamentales de este programa: social, medioambiental y de gobernanza.

En el ámbito social, han centrado sus esfuerzos en el bienestar de sus empleados y en la calidad del servicio a sus pacientes y clientes. En 2023, la empresa creó más de 900 nuevos puestos de trabajo y alcanzó un 87% de empleados con contratos indefinidos. Además, el 72.4% de la plantilla está compuesta por mujeres, reflejando su compromiso con la igualdad de género.

La formación continua es clave, con 31,000 horas de capacitación impartidas y el lanzamiento del Campus de Formación del grupo. Esta plataforma incluye el plan de formación y sensibilización en sostenibilidad. Un estudio de satisfacción laboral mostró resultados positivos, con un 70% de adherencia por parte de los empleados.

La innovación en la atención al paciente es clave. En 2023, se implementaron herramientas para la digitalización para minimizar las ausencias a las citas y gestionar listas de espera. Al final del día, el doctor se pasa la mayor parte del tiempo haciendo trabajo de oficina y eso tiene mucho espacio de mejora gracias a las IA. 

En cuanto a la gobernanza, ASISA ha reforzado sus alianzas estratégicas y ha demostrado agilidad y transparencia en la adaptación a nuevas normativas. En 2023, continuó su participación activa en Forética, liderando el Clúster de Salud y Sostenibilidad, y se unió al Pacto Mundial de las Naciones Unidas, reforzando su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En 2024, ASISA organizó su primera Junta Consultiva neutra en carbono, compensando la huella generada en un terreno forestal en Alcañiz (Teruel). Reducir tanto como se pueda y compensar lo que es físicamente imposible.