No solo el amor está en el aire. La segunda Ley de la Termodinámica dice que siempre que la energía se transporta hay alguna pérdida que queda 'flotando'. Y eso es lo que quiere 'cosechar y recoger' Gonzalo Murillo (Granada, 1983), investigador del CSIC y fundador de la start up Energiot, aunque solo se traten de "pequeñas fuentes de energía que nos rodean".
Eso decía a este vertical hace tres años, en una entrevista como referente del ODS 7 por una energía asequible y no contaminante. Desde entonces ha conseguido hacer crecer la empresa a través de acuerdos con grandes compañías europeas en el sector, han logrado implementar proyectos pilotos en importantes empresas y han validado su valor de marca. Por todo esto, y por su labor como investigador del Instituto de Microelectrónica de Barcelona, recibió recientemente el Premio de Investigación Margarita Salas.
Es cierto que esa energía que se desperdicia es mínima, y cada vez menos, gracias a la eficiencia de la tecnología. Energiot se centra en alimentar dispositivos de bajo consumo, como sensores inalámbricos. Pero es eso lo que quiere aprovechar Murillo, incluso una pequeñísima cantidad de energía, repetidas muchas veces, puede cargar un móvil, un coche o encender un estadio.
La compañía pone el foco en la red eléctrica, millones de kilómetros, solo en Europa, de un cableado viejo, poco eficiente y de difícil acceso, que necesita un mantenimiento constante. Sus dispositivos autoalimentados dan una valiosa información al operador de la red para conocer la situación del tendido en tiempo real.
Murillo expone dos beneficios. Primero, la eficiencia y segundo el impacto: "Nuestra misión es hacer que la red eléctrica sea más inteligente y eficiente, optimizando el uso de recursos en todos los niveles". Y además, añade, la protección de la biodiversidad y la avifauna: "El uso de dispositivos en torres eléctricas que controlan la presencia de aves y evitan que se posen y puedan electrocutarse".
Una sociedad enganchada
La sociedad de hoy en día está enchufada a la electricidad. Desde que amanece hasta apagar la luz antes de dormir, todo el rato se usan dispositivos eléctricos y es la producción de esa energía, con la emisión de gases asociados, los culpables de la crisis climática. Los esfuerzos de la industria se centran principalmente en esa línea.
"Las renovables están ganando terreno rápidamente y algunos expertos estiman que para el 2050 podrían sustituir casi por completo a las fuentes fósiles", dice. Pero no es suficiente.
Es innegable que aun siendo las renovables virtualmente infinitas, toda la infraestructura tiene un impacto para construir baterías, cables, minerales… Por ese motivo, es necesario apuntar hacia la eficiencia y evitar los gastos innecesarios, como la climatización de aires acondicionados y calefacciones.
El Internet de las Cosas (IoT) nos rodea. Es la tecnología diaria, como teléfonos, relojes, auriculares o la domótica de las casas. Y esas pequeñas cosas a las que Murillo espera recargar con la energía sobrante.
Con sus avances, el investigador del CSIC quiere hacer transparente el despliegue del IoT para los que la autonomía energética es una gran barrera: "Podemos tener dispositivos desplegados a nuestro alrededor que se puedan autoalimentar. Luego, con la inteligencia del big data, podemos conseguir optimizar estos procesos y ser más eficientes en los recursos".
Dos velocidades
Los avances tecnológicos han sido necesarios para la evolución de los últimos doscientos años. No solo los grandes inventos como el transporte o los descubrimientos médicos, sino los pequeños dispositivos que hacen el día a día más fácil.
Algunos han aventurado lo que podría suponer si el bienestar digital se acabara. Sería garrafal que internet se cayera para una sociedad que almacena sus listas de canciones favoritas, que ve las series y películas en streaming o que incluso guarda los contactos de sus familiares en la nube. Es la dependencia, cada vez mayor, de la tecnología, aunque no es para todos por igual.
La brecha digital por países es profunda. El sur global tiene un claro retraso en cuanto a electrificación y digitalización y todavía se enfrentan a grandes retos, como la falta de infraestructura y financiación.
Sin embargo, Murillo cree en la globalización a un mismo ritmo: "El norte global tiene una responsabilidad crucial no solo de liderar esta transición, sino de apoyar activamente al sur global para que no quede rezagado". Y aunque ya estén atrás, para solventarlo, el investigador propone algunas ideas como "compartir tecnología, proporcionar asistencia financiera y colaborar en proyectos".
El ODS 7 habla de energía limpia y para todo el mundo. Con los avances que se están desarrollando como la inteligencia artificial o las criptomonedas, las necesidades energéticas cada vez serán más imperantes. Por eso, Murillo menciona que es "crucial" contar con una gestión inteligente de la red eléctrica y un mantenimiento "predictivo", conociendo en cada momento el estado real de la infraestructura.