"La repetición no es buena, pero la promoción automática tampoco", recuerda Daniel Turienzo (España, 1987), maestro y coautor, junto al también profesor Jesús Rogero, de Educafakes. 50 mentiras y medias verdades sobre la educación española (Capitán Swing, 2024). En España, según la OCDE, alrededor del 22% de los estudiantes de 15 años han tenido que volver a cursar algún año de su educación.
Es decir, como recuerda Turienzo al otro lado del teléfono, "uno de cada cuatro alumnos ha repetido". Algo que, dice, demuestra que "es una medida que se está aplicando para todos cuando debería ser muy, muy exclusiva". El problema del sistema educativo español estaría, en cambio, en que "aún no hemos sido capaces de plantearnos qué alternativa tenemos".
A fin de cuentas, durante años, aquí la excepción se convirtió en la norma. Y todo, asegura Turienzo, porque el debate no se centra en lo que se tiene que centrar. Esto es, por un lado, "asumir que la repetición tiene que darse solo en casos muy excepcionales" y, por otro, plantear "qué medidas queremos diseñar para aquellos niños y niñas que empiezan a mostrar dificultades" en sus estudios.
Al preguntarle sobre esas "medidas" de las que habla tiene claro que comienzan con "tutorías en pequeños grupos", "refuerzos" dentro y fuera del aula. Pero también de "desdobles, tutorizaciones o apoyo y orientación a familia". Porque, insiste, la educación no va por libre, tiene mucho que ver con las "políticas sociales" de lo que pensamos.
Un 'mal francés' muy español
Nada de lo que propone Turienzo es nuevo, en realidad. Hay ejemplos de países europeos que han conseguido dejar atrás los niveles de repetición que tiene España. Y menciona dos casos de éxito, Francia y Portugal, aunque hace especial énfasis en nuestros vecinos galos.
"El caso de Francia es muy curioso, porque todos los sistemas que se diseñaron a imagen y semejanza del sistema educativo francés forzaban mucho la repetición", indica. Y recuerda que cuando se habla de repetir curso, "internacionalmente" se hace referencia al "mal francés". Sin embargo, el país galo ha "implementado medidas" que han conseguido "reducir drásticamente" y "en muy poco tiempo" la repetición.
El sistema educativo español, por tanto, bebe mucho del de nuestros vecinos. Eso sí, Turienzo señala que en nuestro país se da una situación "curiosa". Y es que "cuando se lleva a pruebas internacionales a alumnos con similares niveles de rendimiento en dos comunidades autónomas, en una puede que repitan mucho más que en la otra".
Eso sucede a pesar de que en los resultados de la prueba, los chavales tienen "el mismo rendimiento a nivel de competencias". Turienzo pone de ejemplo a Castilla y León: "Tiene un nivel de rendimiento muy alto. Sin embargo, tenemos una repetición también muy alta". Algo que confiesa que es "llamativo".
Esta situación se ve "perfectamente" cuando se comparan Cataluña y Aragón. "Son dos comunidades que tienen un rendimiento similar en PISA —aunque no tanto en la última edición, de 2022, sino en las anteriores— y, sin embargo, en Aragón repite mucho más".
Por eso, zanja, "no está muy correlacionado el nivel de competencias con el de repetición". Lo que sí marca el rumbo del sistema educativo sería la inversión. En los indicadores internacionales, "España promedia como se esperaría". Y lo explica: "No tenemos un rendimiento espectacular, hay que asumirlo; pero ni el nivel de nuestra población adulta ni el de nuestra inversión en educación nos permite que el promedio sea mejor".
Turienzo insiste en que los resultados del último informe de PISA, de 2022, de España son "similares" a los de "Alemania e iguales a los de Francia y a los de la UE en su conjunto". Además, nuestro país se encontraría "por encima de Italia, Noruega o Estados Unidos".
Cuestión de abandono
Uno de los indicadores que suelen preocupar más es el abandono escolar temprano, que se sitúa en el 13,6%. Este porcentaje, explica Turienzo, hace referencia a "los alumnos que no han recibido formación en el último mes de ningún tipo y solo han cursado hasta la ESO".
Este abandono escolar temprano, asegura el maestro, es "una cuestión multicausal que se relaciona primero con el mercado laboral". Y lo explica: "En la época del boom inmobiliario, este actuaba atrayendo al alumnado, que dejaba de estudiar para trabajar en sectores como la construcción o la hostelería. Sin embargo, desde la crisis de la Covid-19, vemos que la educación vuelve a ser un valor refugio y se estudia porque el mercado laboral es muy competitivo".
Precisamente por la complejidad de este problema, dice, "no se puede remediar solo a través de la educación". Pues "supera al sistema educativo". Y es que no todas las autonomías funcionan de la misma manera: "Euskadi está a la vanguardia europea con cifras en torno al 5%, mientras en la Región de Murcia uno de cada tres jóvenes abandona los estudios".
Además, insiste, hay cuestiones políticas. "Muchas veces los niños no abandonan los estudios, sino que nosotros los expulsamos", lamenta. Y recuerda que, por ejemplo, actualmente se está viviendo un verdadero "drama" con la "ausencia de plazas en la FP".
Porque "tenemos a niños y niñas que quieren seguir estudiando después de la ESO, pero no hay hueco para ellos en la Formación Profesional". Esto es por lo que "deberíamos echarnos las manos a la cabeza". Y concluye: "Hemos conseguido lo más difícil, que es que quieran seguir estudiando, que vean que la educación es importante… pero no les estamos dando los mecanismos que necesitan".