Eduardo López-Collazo (Cuba, 1969) es director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Desde su propia experiencia, este físico nuclear y doctor en Farmacia nos muestra el camino hacia la sostenibilidad con diez sencillos consejos.
1. Destierre las ideologías o credos
Este es, quizás, el primero y más importante de los consejos. Para abordar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible debemos apartar el cáliz de nuestros dogmas y partidismos ideológicos. Hablamos de salvar a la especie humana y su casa: nuestro planeta.
2. Nada es una migaja
Todos los granos de arena cuentan. Aleje la idea de que sólo los grandes proyectos harán una contribución considerable. Las acciones cotidianas individuales suman.
Así que apueste por el transporte público, apague las luces innecesarias, reduzca el uso del plástico, evite el desperdicio de agua, desnaturalice las expresiones y bromas que discriminan, desprecian y encasillan a las personas, vigile por la igualdad en su entorno.
Pero, sobre todo, piense en el planeta como la casa de todas las especies que lo habitamos.
3. Más ciencia y humanidades
La ciencia prevé el futuro y resuelve los problemas del presente. El humanismo nos ayuda a integrar el desarrollo tecnológico y las soluciones científicas, sin perder nuestra esencia.
De poco nos servirán los avances tecnológicos si no somos capaces de ponerlos al servicio del desarrollo sostenible, evitando la pobreza, el hambre, la insalubridad, la destrucción de ecosistemas y las acciones que contribuyen al cambio climático.
4. Promueva una vida saludable
A priori parece una obviedad, más las verdades palmarias son las primeras olvidadas en nuestro moderno estilo de vida. Mantenerse saludable es, probablemente, la manera más natural de no poner estrés en los recursos existentes.
Esto incluye una dieta sana, actividad física, mantener la mente activa y el compromiso social. Y ahora que la salud mental está teniendo la visibilidad que no había tenido nunca antes, no menosprecies las enfermedades mentales, estas existen y no son una vergüenza que debamos ocultar.
5. Elimine la frivolidad
¿Qué tendrá que ver esto? Pensaréis algunos. El siglo XXI nos lanzó a la comunicación instantánea, nos acostumbró al ahora y aquí, a la exposición y a la vanidad. Sin embargo, la pandemia demostró nuestra fragilidad y nos ubicó realmente en el lugar que ocupamos.
Dejemos a un lado lo que no es necesario: viajes de negocios que pueden cerrarse telemáticamente, colecciones de ropas para exhibir en redes sociales, eventos superfluos y redundantes, y ese largo etcétera que alimenta con imágenes nuestros Instagram, Facebook y Twitter.
6. Apueste por la educación
La educación está basada en la ciencia y los valores humanísticos. Es esencial para las nuevas generaciones de las que emergerán los futuros dirigentes de nuestro país.
Si crecen aupados por el conocimiento científico en un entorno con valores humanísticos se reducirán las tendencias negacionistas, que tantos problemas y retraso han provocado en la historia de la humanidad. Debemos enseñar a los jóvenes aquellas preguntas ya respondidas para evitar la repetición de los mismos errores.
Esto no sólo incluye la noción precisa de nuestro entorno, también se debe insistir en la igualdad de género, el consumo responsable, entender al diferente, dialogar y desechar cualquier atisbo de superioridad con base en características físicas o habilidades especiales.
7. Consolide hábitos que reducen nuestro impacto
Un conjunto de pequeñas acciones nos puede ayudar a reducir, considerablemente, nuestra huella. Aquí va una lista de algunas: Usa bombillas LED, aísla las puertas y ventanas, adquiere equipos electrónicos con certificado de eficiencia o reduce el gasto de papel al imprimir documentos de manera innecesaria.
También puedes reciclar el agua para la jardinería, instalar duchas de bajo flujo, correr en espacios abiertos en lugar de en una cinta eléctrica, reutilizar las botellas de plástico y reciclar todo lo posible. No estaría de más cocinar sólo lo que vayas a consumir y beber agua de la pila cuando esta es de calidad.
8. Evitar la deforestación
Puedes participar apoyando y promoviendo diferentes acciones globales. Evitar la deforestación de bosques y selvas no sólo contribuye a mantener el equilibrio de los ecosistemas, también nos mantiene respirando y reduce la aparición de enfermedades víricas con potencial capacidad para devenir pandemias.
Las selvas son pulmones para los seres vivos del planeta. Su destrucción incide directamente en nuestra calidad de vida al menos de dos formas. Por una parte, reduce el oxígeno disponible y, por otra, nos expone a virus ignotos que se han desarrollado en las especies que lo habitan.
9. Piense en verde
Es más que necesario llevar a cabo esta forma de pensar sobre todo a la hora de emprender e innovar. De nada nos servirá grandes avances ni emprendimientos novedosos si no tienen en cuenta la sostenibilidad de los recursos finitos y disponibles.
Miremos hacia las energías limpias, emprendamos para crear ciudades y comunidades sostenibles, cuidemos la vida submarina y evitemos la desaparición de más especies.
10. No existe plan B
Recuerde que el planeta es de todos. Esto, creo, no hay ni que explicarlo.