El cambio climático, las devastaciones naturales, la polución, la escasez de recursos naturales y las grandes diferencias económicas nos van llevando a la idea de ser cada vez más sostenibles y con ello la necesidad de proteger el planeta para las futuras generaciones.
Nuestras acciones tienen un impacto diario en la Tierra. Necesitamos actuar y con pequeños cambios individuales conseguiremos un planeta mucho más verde. Se trata de alcanzar un estilo de vida sostenible y reemplazar pequeños o grandes hábitos cotidianos.
1. Menos consumismo: no gastar innecesariamente
Hemos llegado a un punto en el que salir de paseo es igual a ir de compras, todo se adquiere aunque no lo necesitemos. Propongo reflexionar un momento antes de comprar cualquier cosa: ¿lo necesito? ¿Es sostenible lo que voy a comprar?
Debemos reciclar todo lo que sea posible y evitar al máximo aquello que vayamos a tirar. No desechemos la comida, seguro que hay recetas buenísimas que podemos elaborar con las sobras de otros días.
2. Coma alimentos orgánicos y locales
Esto no solo será positivo para el planeta, ya que apoyaremos el cultivo y comercio local, evitaremos los desplazamientos y los transportes de alimentos muy lejanos. Pero también será bueno para nuestro organismo.
Debemos seleccionar preferentemente los alimentos orgánicos a los que no lo son, pues se han cultivado de la manera más natural posible. Y nos ayudará a sentirnos sanos.
Esto es según el principio de la dieta macrobiótica, una dieta más simple, menos elaborada, con menor contenido en proteínas animales, más fácil de digerir y aporta una mayor energía al organismo.
3. Use cosmética sostenible
La cosmética sostenible y con el mayor contenido en ingredientes naturales puede ser igual de eficaz que cualquier otra. Es preferible usar los productos ecofriendly.
Podemos usar aquellos que tengan menor contenido en derivados del petróleo y químicos artificiales, que van a ser del mismo modo ideales para piel sensible. Es necesario evitar los cosméticos que tengan muchos envoltorios -a ser posible los que contengan plástico-, y debemos dar prioridad a los que tienen un envase reutilizable.
Del mismo modo, debemos evitar usar productos de higiene y cuidado personal que no van a ser respetuosos con el medio ambiente. Así como tener en cuenta que los productos que usamos para la limpieza de la casa deberían seguir las mismas características en la medida de lo posible
4. Adiós a los productos de un solo uso
Deberíamos preferir productos que vayamos a usar varias veces -siempre que sea posible-, como pueden ser los algodones reutilizables o usar las muselinas antes que los pañuelos de papel.
Asimismo, si los tenemos que desechar, al menos que sean sostenibles. Por ejemplo, optar por el cartón en lugar del plástico, elegir siempre los materiales compostables, biodegradables y reciclables, como los cepillos de dientes de bambú.
5. Reutilice bolsas y envases
"¿Necesitas bolsa?" Es una de las preguntas que nos hacen a menudo y que también hacemos en las farmacias cuando vienen a comprar los clientes. En este caso, sería mucho más lógico olvidarnos de esta cuestión por ambas partes, tanto si eres cliente como si trabajas de cara al público.
Es más sostenible usar una bolsa de tela -como la bolsa del pan que teníamos cuando éramos pequeños-, ¿por qué la dejamos de usar? Hacemos lo mismo con el carrito de la compra o el tupper de las legumbres.
Debemos retomar estas costumbres cuando vayamos a la compra. Pero no solo eso, al conservar los alimentos en la nevera, olvidemos los envases o bandejas de aluminio y usemos de nuevo los tupper de vidrio que son limpios, no tienen olor, conservan mejor los alimentos y hasta los podemos usar para servir en la mesa.
6. No tire la ropa, apueste por lo vintage
Tenemos los armarios rebosando de ropa. En la moda todo vuelve; las hombreras desterradas de golpe reaparecen en la pasarela, ¿Por qué no la reutilizamos o nos la volvemos a poner?, algunas veces basta con hacer un retoque de modista para actualizarla o para ajustar la talla.
Si no vas a ponértelo regálalo a otra persona que vaya a darle utilidad, pero otra opción es venderla -hay muchísimas apps-.
No participes en el fast fashion, comprar más y usar menos. No lo hagas si previamente no has regalado o vendido lo anterior. Esto no solo será mucho más sostenible, sino que los armarios y el orden en casa lo agradecerá.
7. Reparar todo antes de tirarlo
Hace unos años llevar las cosas a reparar era lo más fácil del mundo, pasando el tiempo, fue imposible llevar a reparar electrodomésticos y otros aparatos cuando ya pasaban unos años de uso por la falta de piezas o personal que lo hiciera.
Por fortuna, la Unión Europea -desde este año-, obliga a que los fabricantes reparen los electrodomésticos al menos durante 10 años, facilitando las piezas que sean necesarias. Debemos aprovechar estar normativa y evitaremos el desecho de muchos de ellos.
Y no solo debemos reparar los electrodomésticos, también objetos cotidianos como los zapatos o los bolsos -cambiando las cremalleras-.
8. Andar más y coger menos el coche
Los coches más antiguos son muy contaminantes, y no sólo contaminan el aire, sino que producen contaminación acústica. Es por ello que deberíamos pasarnos a los coches eléctricos. Pero no todo son los coches, sino que andar es uno de los gestos más sostenibles que podemos seguir entre todos y de manera sencilla.
Cuando andamos conseguimos conocer mejor nuestro entorno, lo preservaremos de esta contaminación y además mejoraremos en salud, en estado de ánimo, disminuimos el estrés y estaremos más en forma. No nos olvidemos del lema "quien mueve las piernas, mueve el corazón".
9. Haga ejercicio o excursiones al aire libre
Son absolutamente recomendables para darnos cuenta de que el planeta necesita ser verde. De esta forma vamos a aprender a quererlo más. Asimismo, está demostrado que las personas que están más ligadas a la naturaleza la cuidan y la quieren más.
Es por ello que debemos recuperar las excursiones a la montaña y el paseo al aire libre, como el senderismo, turismo en pueblos, granjas o campos de cultivo, y enseñemos a nuestros niños que no todo es el asfalto.
Eduquemos en el respeto a la naturaleza y en el conocimiento de todo lo bonito que aguarda. Sin darnos cuenta, todos actuaremos y viviremos de una forma más sostenible.
10. Ahorre agua
El gesto tan simple de cerrar el grifo va a ayudar a economizar en la factura del agua y en la perdida del bien más valioso que nos aporta la naturaleza, no se puede vivir sin ella.
Es un bien escaso y el cambio climático está provocando una mayor escasez de la misma. Los gestos simples como ducharse en lugar de bañarse, poner la lavadora llena y con el programa adecuado, o simplemente algo tan pequeño como no dejar el grifo abierto.
*** Meritxell Martí es farmacéutica y escritora.