La vida suele ser compleja. La burocracia, los papeleos, las nuevas aplicaciones móviles... Tendemos a complicar los procesos para revestirlos de autoridad, para conferirles importancia, cuando, en realidad, lo que pretendemos es defender un pequeño espacio del que apropiarnos.
Qué sentido tendrían los burócratas en un mundo en el que no existiera el intrincado sistema para el que ellos –y sólo ellos– son necesarios. ¡Qué decir del papeleo! ¿Y los programadores y desarrolladores con pensamiento binario sólo apto para muy cafeteros?
Tal vez no sean los ejemplos más acertados, pero con la sostenibilidad pasa tres cuartos de lo mismo. O peor aún.
Lo que antes eran dos cubos de basura en casa ahora son cinco contenedores. Y cada uno de ellos instalado en un punto diferente de tu barrio –a los daltónicos se nos empieza a complicar la cosa especialmente–.
Los puntos limpios son esos animales mitológicos de los que todos hemos oído hablar alguna vez, pero nadie sabe a ciencia cierta dónde pastan. Todos queremos usar cremas solares que no contaminen los océanos, pero apenas conocemos marcas adaptadas a tal necesidad y mucho menos dónde encontrarlas.
Y ni qué decir tiene el asunto del comercio justo, tan necesario y tan imposible de cumplir en la realidad a una escala suficiente para ser significativo en el mundo del consumo global.
No recuerdo qué estadista inventó aquello de "la política de las pequeñas cosas", pero la sostenibilidad crecerá desde los detalles o, simplemente, no lo hará.
1. Que todos los electrodomésticos sean AAA+
Esto garantizará el uso de electrodomésticos más eficientes y con menor consumo. Sumados a pequeños actos como usar la lavadora, la secadora y el lavavajillas sólo cuando estén llenos, nunca a media carga, también contribuirá.
2. El fin del plástico
De las bolsas, de las pajitas en los restaurantes y de los envases de comida a domicilio, por ley.
3. No dejar el cargador del móvil enchufado
Ya que seguirá consumiendo energía, algo que se conoce como consumo fantasma.
4. Menos calefacción
En casa, un buen jersey y calzado cerrado en vez de subir la calefacción.
5. Y menos papel
En la cocina usemos servilletas y trapos de tela. Nada de papel.
6. Ducha en vez de baño
Y si tiene hijos pequeños y quiere bañarlos, todos juntos. Ellos lo agradecerán y el planeta también, aunque a usted le toque luego limpiar un baño que se ha convertido en el Aquopolis.
7. El inodoro no es una papelera
Ahora hay papeleras monísimas y sirven para todo lo que tira por el retrete y más.
8. Se acabaron los tickets en los comercios
En todos los comercios. Todo al correo electrónico (siempre preservando que los mayores puedan acceder a ello).
9. Imprima sólo lo necesario
Imprima a doble cara y sólo cuando sea absolutamente necesario.
10. Cámbiese al eléctrico
No limite el uso del coche, cámbielo por uno eléctrico. Y si no puede, intente caminar más cuando sea posible.
*** Mario Díaz es director adjunto de EL ESPAÑOL.