Hay dos tipos de personas, las que elaboran listas de lo que deberían haber hecho y las que hacen listas de lo que harán. Vaya, podría añadir cientos de tipologías paralelas, divergentes, análogas o paradójicas…. De hecho, la división que más me gusta es la de gente pro o anti Thermomix. Pero qué le vamos a hacer, tenemos al año dando sus últimas bocanadas –¿o eran estertores?– y puestos a listar, me he percatado de que estos meses han sido de mucho aprendizaje sobre sostenibilidad. O algo.
Desde luego, si echo la vista atrás, no puedo sino agradecer todo lo que este 2021 me ha ofrecido en esta temática. Pero no sólo en el plano teórico, sino en su puesta en práctica. Y sobre todo con una visión holística, medioambiental, social y de gobierno empresarial o, lo que es lo mismo, los valores ESG, por sus iniciales en inglés –o ASG en español–.
No voy a ponerme en plan doce uvas sostenibles, aunque el aprendizaje ha sido no sé si diario, pero de tan intenso mensualizable.
Sin embargo, la atribución de conocimiento a un mes concreto sería tan aleatoria y vaga que prefiero tratarlo como si de un plan estratégico se tratara. Por eso, está dividido en lo que desde el punto de vista ejecutivo serían los cuatro Q o los quarters que tanta inquietud proporcionan.
Q1. Cambio Climático
Podría decir aquello de negacionistas abstenerse. Y no por tema covid, vacunas y demás asuntos pandémicos. Más bien por lo de la tormenta perfecta, con nombre teatral, que ríete tú de la obra, COP26.
Y es que a principios de año, Filomena dejó claro que algo raro sucedía en el planeta, capaz de inmovilizarnos por culpa de la nieve. En realidad, llevaba años restregándonoslo universalmente, pero como no nos tocaba de cerca no nos considerábamos potencialmente vulnerables.
Filomena dejó claro que algo raro sucedía en el planeta, capaz de inmovilizarnos por culpa de la nieve
Hasta que Madrid se paralizó, blanca. Y hasta que sus árboles lloraron ramas, que en algunos lugares recónditos han estado ocupando cunetas hasta bien entrado el año. Doy fe; no me lo han contado.
Q2. Responsabilidad empresarial
En el mes de marzo, desde el grupo de comunicación de Women Action Sustainability (WAS) pusimos en marcha un podcast, que conducimos quincenalmente mi amiga Julia Higueras y yo, con el apoyo de toda la asociación y especialmente de su vicepresidenta, Isabel Rivadulla.
Gracias a esta labor divulgativa he podido conocer de primera mano actividades empresariales que ponen de manifiesto la enorme responsabilidad de las compañías en la transición ecológica. Y ello ligado a cualquier territorio: consumo, ahí donde nos duele a todos, alimentación, movilidad, arquitectura, moda o turismo. Como necesidad planetaria, social, personal, las iniciativas crecen como la espuma.
Gracias al podcast de WAS conocí actividades empresariales que ponen de manifiesto la enorme responsabilidad de las compañías
Me interesan todas. Mucho las estructurales y las objetivadas a largo plazo. Pero me conmueven especialmente las más orgánicas, aquellas que se ponen en marcha de forma natural y que afectan sobremanera.
Es el caso del consumo de cercanía. Lo es también el de los huertos ecológicos, pues impactan sobre la alimentación, y ya sabemos que somos lo que comemos. Cuando además se lleva al ámbito de los destinos exclusivos, como es el caso de Abadía Retuerta Le Domaine, en Sardón de Duero (Valladolid), se consigue influir en el ámbito local, pero trascendiendo nacional e internacionalmente.
Su huerto biodinámico de más de 1.200 metros cuadrados es la base alimentaria de este remanso de paz y vida, que existe desde el siglo XII, y de sus espacios culinarios, entre ellos el restaurante El Refectorio, estrella Michelin y por segundo año consecutivo Estrella verde.
Q3. Inversión consciente
Más allá de la teoría y del interés creciente de los llamados bonos ESG que, según Iniciative Climate Bonds, en 2023 representarán un billón de dólares, he tenido la fortuna de constatar la influencia de la sostenibilidad en el máximo órgano de gobierno de las empresas, los consejos de administración.
En los últimos meses del año, participé en el programa El consejo frente al reto de la sostenibilidad global en la nueva economía, organizado por Altopartners y Valora, que por cierto volverá a convocarse entre los meses de febrero o marzo de 2022.
Tras escuchar a especialistas en economía y sostenibilidad, tuve muy clara la dificultad de supervivencia empresarial sin los ESG
Ya lo intuía, pero tras cinco días de escuchar a grandes especialistas en economía y sostenibilidad, tuve muy clara la dificultad de supervivencia empresarial sin la aplicación de valores ESG.
Asimismo, la necesidad de incorporar a los comités de dirección y a los consejos de administración a especialistas en la materia. Y desde luego la irrupción de una nueva economía donde los informes no financieros son más y más fundamentales, más allá de lo exigido por ley, y más y más demandados por los diferentes grupos de interés, más allá de los accionistas.
Q4. Diversidad, divino tesoro
Si la economía circular es mantra en cualquier sector, y muy especialmente en la moda, el otro gran aspecto cada vez más actualizado y reconocido por empresas y consumidores es la diversidad.
Lo corrobora el que grandes consorcios estén incorporando la figura del CDO (Chief Diversity Officer o jefe de Diversidad). Pero mucho más que el movimiento se demuestre andando.
Chanel ha contratado como onsejero delegado a alguien que se salta lo que hasta ahora han sido normas no escritas de la moda: es mujer y no es blanca
Me ha parecido especialmente interesante que una marca de consumo tan conocida y comme il faut como Chanel haya contratado para el puesto de consejero delegado a alguien que se salta lo que hasta ahora han sido normas no escritas de las grandes enseñas de moda. A saber, es mujer y no es blanca.
El hecho de que Leena Nair naciera en la India y que no provenga del mundo fashion ha sido lo más destacado por la prensa. Pero a mí lo que más me impresiona es su procedencia laboral, especializada en Recursos Humanos. Me hace pensar que, en efecto, un 2022 más humano y sostenible es posible.