La coloración de los invertebrados marinos se debe a varios factores, como la reproducción y el cortejo, la alimentación, la simbiosis, la luz solar, la depredación, etc. Asimismo, los colores se dividen en dos grupos: el camuflaje (crípticos) o el de advertencia y ataque (aposemáticos).
La importancia de los colores y la alimentación está basada fundamentalmente en los carotenoides, que son pigmentos sintetizados por todos los organismos biosintéticos, acompañados por la clorofila de los cloroplastos (plantas y algas). Sin embargo, los animales invertebrados obtienen los carotenoides a base de la dieta.
La importancia de la coloración se traduce, por tanto, en las funciones de defensa, de señal sexual y de defensa antioxidante contra la luz ultravioleta.
Es también relevante, a la hora de definir los colores, la exposición a la luz solar, que es una reguladora fundamental de la temperatura del mar. Gracias a ella, plantas, algas y microorganismos marinos pueden realizar la fotosíntesis y aportar oxígeno al mar.
Los colores están, por ende, muy relacionados con la profundidad del mar. Así, el rojo desaparece rápidamente en los primeros metros, mientras que el azul es el color que encontramos a mayor profundidad.
Los colores en la simbiosis se aprecian en toda su extensión en la familia de invertebrados marinos de los cnidarios, que suelen tener algas asociadas en sus tejidos (zooxantelas), que aportan nutrientes y otros pigmentos para vivir en simbiosis.
De esta asociación mutualista surgen los brillantes colores verdes, amarillos, marrones y azules. Otro tipo de simbiosis se produce en el comensalismo, es decir, cuando un animal imita los colores de otro que le transporta para favorecer su supervivencia.
Basados también en los colores están el camuflaje y el ataque, que tienen una importancia doble, pues permiten evitar la depredación y propicia el depredar sin ser visto. El camuflaje de la defensa suelen basarse en una exposición de colores vivos y brillantes que anuncian un posible ataque con sustancias tóxicas y urticantes.
La coloración en la reproducción de los invertebrados marinos presenta una gran diversidad entre los sexos (dimorfismo sexual), de tal manera que los machos suelen exhibir coloraciones más intensas, exuberantes y brillantes que las hembras. Estas se producen fundamentalmente a base de pigmentos carotenoides y melánicos, junto con reflejos iridiscentes en los tejidos de la piel.
A continuación, descubra el rosa en los colores del mar.