Siempre me ha resultado intrigante el uso de camisetas con mensajes, fórmulas e imágenes icónicas. Por lo general me pregunto si la persona que las usa conoce el sentido de las mismas y es versada en el tema.

Hace poco, en un momento de espera que se hacía infinito en el dentista, entablé una conversación amena con una joven que exhibía la famosa fórmula E=mc² en el pecho. Entonces, cuando el tema iniciado parecía no dar mucho más de sí, le pregunté si conocía lo que significaba la fórmula. Ella, con una sonrisa amplia, me hizo toda una disertación sobre el tema. Era una estudiante de Física.

Al término de su explicación, le comenté el porqué de mi pregunta a lo cual mi compañera de espera agregó: “la mayoría no sabe lo que significa”.

Y esta es la génesis de mi columna de hoy.



Lo primero es decirte que si no conoces qué significa E=mc², no te preocupes, no eres la única persona que le ocurre.

Esta ecuación, generada por el genio de Albert Einstein en 1905, es considerada una de las más importantes en la historia de la física, pero también una de las más incomprendidas por el público en general.

¿Qué significa realmente E=mc²?

En palabras simples, esta fórmula nos dice que la energía (E) es equivalente a la masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado (c²). En otras palabras, la masa y la energía son dos caras de la misma moneda.

¿Cómo funciona esto?

Imagina que tienes una pizca de masa, digamos un grano de arena. A primera vista, parece algo insignificante. Pero, si pudiéramos convertir toda esa masa en energía, ¡liberaríamos una cantidad increíble! De hecho, un grano de arena convertido en energía tendría la fuerza suficiente para hacer volar la Puerta de Sol madrileña entera.

¿Es esto posible?

Técnicamente sí, pero no es algo que podamos hacer en casa. Convertir masa en energía requiere un proceso llamado fusión nuclear, que es lo que sucede en el interior de las estrellas. En este fenómeno, dos núcleos atómicos ligeros se unen para formar un núcleo atómico más pesado, liberando una gran cantidad de energía. Esto es, más o menos, el motor energético de las estrellas.

Pero, la fórmula no sólo tiene implicación en la fusión nuclear, también en lo que llamamos fisión nuclear. En este caso hablamos de la división –fisión-- de un núcleo atómico pesado, como el uranio o el plutonio, en dos núcleos más pequeños.

La masa del núcleo atómico original es mayor que la masa total de los dos núcleos más pequeños que se generan en la fisión. La diferencia de masa se convierte en energía, de acuerdo con la fórmula E=mc². Con esto se construyó la bomba atómica.

¿Y qué tiene que ver la velocidad de la luz aquí?

La velocidad de la luz —como ya te dije, representada como c en la fórmula de Einstein– es un número gigante, unos 300.000 kilómetros por segundo. Al multiplicarse por sí mismo y luego por la masa, incluso una muy pequeña, obtenemos una cantidad de energía enorme.

Ya entenderás por qué un grano de arena bastaría para explotar una extensión considerable de cualquier ciudad.

Si bien la E=mc² es una fórmula seria con implicaciones profundas, también ha sido objeto de bromas y memes. Algunos incluso la han llamado la "fórmula del diablo" debido a su potencial destructivo.

De ella sabemos que fue escrita por Einstein en una hoja de papel mientras trabajaba en la oficina de patentes de Berna, la primera vez que se probó su veracidad a gran escala fue cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima, es la base para crear algunos de los dispositivos más poderosos del mundo y se ha utilizado para explicar fenómenos cósmicos.

Ahora, si te gusta, cómprate una camiseta para exhibir E=mc² en el pecho.