Resolver algunos casos se antoja casi imposible, pero los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil no se rinden. Sin hacer ruido, continúan buscando pesquisas con la esperanza de alumbrar esas zonas de oscuridad. Una y otra vez abren diferentes líneas de investigación hasta encontrar la solución definitiva. Como dice uno de ellos, no existe el crimen perfecto, sino las investigaciones incompletas.
Esta semana la buena nueva ha sido la detención en Francia del presunto asesino de Eva Blanco, una joven madrileña cuyo fallecimiento violento, en 1997, generó una ola imparable de titulares e indignación que primero creció exponencialmente y después fue menguando hasta casi desaparecer. Este el ejemplo perfecto de cómo un crimen se convierte en mediático durante unos años y después es olvidado por el imaginario colectivo. Pero hay otros muchos casos de cariz similar. Aquí siguen algunos de ellos:
La causa se reabrió en los tribunales en varias ocasiones, todas ellas sin éxito alguno y parece harto complicado que haya una resolución
El crimen de "Los Galindos". En el verano de 1975 los habitantes de la localidad sevillana de Paradas se desayunaron con una noticia trágica. En la finca "Los Galindos", ubicada en dicho término municipal, aparecieron cinco cadáveres en tres días. Los cinco fallecidos trabajaban allí y eran oriundos del pueblo. Dos murieron a golpes, dos fueron quemados y otro pereció por disparos. La causa se reabrió en los tribunales en varias ocasiones, todas ellas sin éxito alguno y parece harto complicado que haya una resolución. De hecho, el caso preescribió en 1998 y los culpables nunca han sido detenidos. Primero se habló de crimen pasional, después de una reyerta por tráfico de drogas, también se habló de una posible pelea por irregularidades administrativas de la finca y hasta se especuló con un motivo de enfrentamiento entre militares al final del franquismo. Pero nada en claro.
El triple asesinato de Burgos. En junio de 2004 se perpetró en La Partida de Bureba (Burgos) un crimen especialmente virulento. El alcalde de dicha localidad, su esposa y el hijo de ambos, de 12 años, fueron brutalmente asesinados. El padre recibió 50 puñaladas, la madre, 17, y el niño, 32. Poco después se detuvo y se acusó públicamente al otro hijo del matrimonio. Pero esta posibilidad se descartó tiempo después. No obstante, el principal acusado fue otro vecino de la localidad, A.R., que mantenía un conocido enfrentamiento con el alcalde asesinado. De hecho, en 2014, a los diez años del crimen, se reabrió el caso precisamente siguiendo esa pista. Ese sospechoso ha sido condenado por otros dos crímenes. Pero, por el momento, no hay sentencia que le haya condenado por el triple crimen de Burgos.
Un par de semanas atrás el Ministerio del Interior anunció el hallazgo de huesos humanos en un lugar muy próximo a la zona donde desapareció el pequeño. Falsa alarma
La desaparición de Yéremi Vargas. Este es uno de los casos más mediáticos de la última década en España. En marzo de 2007 el pequeño Yéremi Vargas, de tan solo 7 años, desapareció en Gran Canaria. Los investigadores de la Guardia Civil consideran que el móvil del caso es de carácter sexual. De hecho, los principales sospechosos son tres pederastas escoceses que hoy están en la cárcel y que estaban de vacaciones en Canarias cuando el niño desapareció. Un par de semanas atrás el Ministerio del Interior anunció el hallazgo de huesos humanos en un lugar muy próximo a la zona donde desapareció el pequeño. Incluso, algunos medios se aventuraron a dar por hecho que se trataba de los restos del niño. Pero no era así, dado que eran huesos de una anciana.
El asesinato de Sheila Barrero. La joven Sheila Barrero, con 21 años, fue asesinada en enero de 2004. Su cuerpo apareció en su vehículo cerca de su pueblo, Degaña, en Asturias. Tenía un disparo en la nuca y estaba medio desnuda. Nunca se ha encontrado el arma homicida. El principal sospechoso fue su exnovio, que llegó a ser detenido. Pero no había nada concluyente en su contra. La Guardia Civil hizo hasta 600 entrevistas en busca del culpable, pero sin lograr ninguna evidencia relevante. También se habló de sicarios profesionales. Finalmente, el juez encargado del caso se vio obligado a decretar el sobreseimiento por falta de pruebas. Y el misterio continúa.
En todos los casos mentados, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han peleado y aún pelean por esclarecer los hechos. En el caso de Eva Blanco la clave han sido los avances técnicos en las pruebas de ADN. En los otros crímenes, tal vez haya una pista que no se siguió o un error involuntario que se cometió. Pero hay solo una verdad que quizás algún día aflore.