Alberto Garzón utiliza la metáfora del “fichaje” para explicar lo que él considera una penosa frivolidad de Podemos. Según la versión de Podemos, el partido nunca negoció con Izquierda Unida una candidatura de unidad popular sino la incorporación de independientes a la lista encabezada por Pablo Iglesias. Según IU, las negociaciones para una candidatura conjunta iban por buen camino hasta que Podemos decidió romper la baraja.
En un encuentro con la prensa celebrado este miércoles, Garzón ha reivindicado los esfuerzos de IU para establecer un bloque netamente de izquierdas y criticó a Podemos por haberse convertido en una “maquinaria electoral”. Es esa maquinaria electoral la que ha hecho que Podemos cambie su discurso y haya girado al centro. Es también el motivo del fin de las negociaciones entre ambos partidos, precipitado este martes a través de un comunicado del partido morado.
Las consecuencias podrían ser letales. “La decisión de Podemos beneficia al bipartidismo, al sistema y a que nada cambie en última instancia”, ha lamentado Garzón. Este martes fue, por tanto, un “día de felicidad” en “Génova y Ferraz” que “van a aplaudir todas las oligarquías”.
Garzón sabe que la división de la izquierda y la ley electoral es un cóctel explosivo para las expectativas electorales Podemos e IU. Según fuentes de IU, esa división podría haber hecho ganar al PSOE “30 o 40 diputados”. Sin embargo, el entorno de Garzón cree que su partido tiene un electorado fiel en comunidades como Madrid, Andalucía, Asturias o Aragón que seguirá prefiriéndoles a Podemos. Su estrategia a partir de ahora será afilar el perfil de izquierdas de IU frente a un Podemos que se considera transversal y explicar a todo el mundo el chantaje al que creen que Pablo Iglesias los ha sometido.
“Yo no tengo manager ni gente que vaya a negociar por mí mi cláusula de rescisión”, advirtió Garzón. “Si se estuviera negociando mi fichaje ya lo hubiera aceptado o rechazado hace tres meses”, ha añadido.
Según Garzón, IU acudió el martes a la sede de Podemos a tratar de cerrar un acuerdo político tras el que vendría la concreción técnica en cuanto a las listas, el tipo de campaña electoral o el nombre. Los representantes de IU salieron contentos de la reunión, pero después Podemos puso fin a la negociación de forma unilateral, según la versión de Garzón. “Estamos y estábamos dispuestos a hablar de todo, absolutamente de todo”, ha dicho Garzón. Los que impusieron “líneas rojas” fueron los de Iglesias, que no quieren renunciar a su nombre en la papeleta y tampoco reconducir lo ya decidido en sus elecciones primarias.
Según Garzón, la ruptura de las negociaciones deja en el aire los pactos entre Podemos e IU en Galicia, donde ya hay un preacuerdo entre ellos y los nacionalistas de Anova, y en Cataluña, donde Pablo Iglesias negocia con Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida.