Ruptura con el Estado, proceso constituyente y plan de choque de emergencia social. La CUP ha presentado este jueves ante un auditorio abarrotado sus principales exigencias para pactar con Junts pel Sí e iniciar el camino hacia "una república catalana". La formación anticapitalista ha mostrado su lado más beligerante pero sin concretar ningún aspecto que pueda comprometer la negociación con la coalición de CDC y ERC. La hoja de ruta que se ha presentado este jueves es el resultado de los debates que se han celebrado durante toda la semana en el seno de las asambleas locales del partido de Baños.
Sin citarlo expresamente, la CUP se ha reafirmado en su rechazo a la figura de Artur Mas. "Fiamos el futuro de un nuevo país a su contenido, y no sólo a una persona", ha afirmado Anna Gabriel, la número dos de la formación, nada más empezar. "Nuestro proyecto pasa por encima de partidos y de patios particulares", ha añadido. La formación, sin embargo, ha tendido una mano al president y ha añadido al final del acto que "nadie sobra en este proceso", insinuando que la formación aceptaría la continuidad de Mas con algún papel en el proceso soberanista. "Necesitamos las mejores personas que puedan representar aquí y fuera este camino hacia la independencia".
Construir un nuevo país
La formación anticapitalista apuesta por empezar ya el proceso constituyente y olvidarse de formar un gobierno autonómico al uso, con consejerías y cargos repartidos entre los partidos. "No queremos cargos ni privilegios. Esto va de construir un nuevo país", ha dicho Josep Manel Busqueta, numero tres de la formación. También han defendido empezar inmediatamente, antes incluso del debate de investidura, a desobedecer leyes e instituciones estatales: Desde la Ley Wert o la Ley Mordaza hasta las sentencias del Tribunal Constitucional.
La CUP, que ha sido arropada en el acto por miembros de Junts pel Sí como Lluís Llach o Raül Romeva (recibido entre aplausos y a gritos de president), ha insistido en más de una ocasión en la necesidad de una ruptura unilateral "antes de decidir gobierno o presidente", para empezar a articular un estado "desde abajo". Según la formación, esta ruptura con el Estado sería la mejor manera de escenificar un "punto de no retorno" en el proceso hacia la independencia.
Medidas sociales
La CUP ha defendido también un plan de choque para ayudar a las clases más desfavorecidas, basado en 39 medidas "ineludibles". Estas medidas no se han especificado, pero incluyen la paralización de 10 importantes procesos privatizadores, la inclusión de una "renta mínima vital", una moratoria en los desahucios y asegurar luz, gas y alimentación para toda la población. "Este plan de choque no tiene cabida en el marco autonómico", ha afirmado Eulàlia Reguant.
El partido también ha llamado a ampliar el apoyo al independentismo entre las clases más populares y colectivos sociales que hasta la fecha han asimilado el proceso soberanista a una estrategia de la burguesía catalana. "En Madrid y aquí hay gente que trabaja para asociar este proceso a una sola persona, a una salida hacia adelante de alguien... Sabemos que no es así", ha afirmado Busqueta. "Si no somos más, no podremos ganar".
El número uno de la lista, Antonio Baños, no ha tenido un papel muy destacado en el acto, que ha sido presentado por Anna Gabriel. Baños ha defendido que la CUP será la garantía para que una Cataluña independiente no se convierta en una "mini España". "La construcción de una nueva república no será una transferencia entre las élites", ha afirmado. Para evitar esto, Baños ha propuesto un proceso constituyente en el que se cuente con la participación de asociaciones vecinales y ciudadanas así como del resto de la población.