El líder de Ciudadanos y el líder de Podemos protagonizaron el primero de los duelos preelectorales con la vista puesta en el 20 de diciembre. Albert Rivera y Pablo Iglesias debatieron con Jordi Évole como mediador y el programa Salvados de La Sexta como testigo, en el bar Tío Cuco del barrio de Canyelles, en Barcelona.
Invertida la tendencia de no hace mucho en el último sondeo de Metroscopia, los candidatos de las dos grandes alternativas al bipartidismo coincidieron en la necesidad de una subida de las pensiones, matizaron sobre el ejemplo de Dinamarca la reforma del modelo laboral y no coincidieron en absolutamente nada ni en el modelo económico, ni en las relaciones con los bancos, ni en la gestión de la sanidad...
Gran parte del discurso de ambos se centró en la lucha contra la corrupción. Una pelea que para Rivera debe tener tres grandes apartados: "Investigar e inspeccionar con garantías; imparcialidad y transparencia; y no indultar a los condenados por corrupción". Un tridente al que el líder del partido 'morado' añadía "acabar con los aforamientos".
Uno de los grandes debates estuvo en torno a la cuestión catalana, pues según Rivera "el referéndum es para romper España y yo, como catalán que soy, creo que hay que reformar España, hacer que este país valga la pena". Justo lo contrario que el madrileño Iglesias, sin "miedo a la democracia" y partidario de la votación: "Nos comprometemos no sólo a permitirlo, sino a promocionarlo. Y todo referéndum es vinculante; luego ya veremos cómo se puede articular eso constitucionalmente".
Otro de los grandes caballos de batalla, y de los que provocó mayor tensión, fue la gestión de la sanidad. "Yo a un chaval senegalés no le puedo pasar una factura por ir al médico", dijo Iglesias, que se niega a "meter en el mismo saco a un turista alemán y a un sin papeles". Rivera apuntó a conseguir una sanidad como la "del resto de Europa". "Si nosotros gobernamos, nadie se quedará en la puerta de un hospital sin ser atendido, pero diferenciando los servicios garantizados y los que hay que pagar".
El mercado laboral fue otra de las grandes áreas que abordaron ambos candidatos. Rivera defendió el modelo de contrato único: "Tenemos a un 30% de gente trabajando y pobre. Proponemos que no haya diferencia entre contratos temporales e indefinidos, que desde el primer día sea indefinido. Con el sistema actual, que es un fracaso, tenemos de media 13 días por despido, y con nuestro modelo será más alto". El líder de Podemos criticó tal propuesta: "No conviene disminuir la capacidad de los trabajadores para tener condiciones mejores, que es lo que ocurriría con el contrato único". Defendió derogar la reforma laboral del PP y subir el salario mínimo interprofesional, "que es lo que hacen los países serios como Dinamarca".
Jordi Évole también quiso saber si Rivera e Iglesias tenían contratado un plan de pensiones. El candidato 'morado' no cuenta con uno, mientras que el líder de C's tiene uno "paralizado" de la época en la que trabajaba en La Caixa. Además, hablando sobre jubilación, Iglesias propuso "bajar la edad hasta los 63 años", mientras que Rivera, por su parte, no se mojó: "No me atrevo a prometer nada". Con lo que sí se atrevieron ambos fue con una valoración sobre el suelo de los políticos. "Un diputado podría cobrar 3.500 o 4.000 euros, que para una profesión así me parece normal, no como los 12.000 que cobra un eurodiputado", expresa Rivera. "A mí lo que cobra un eurodiputado me parece una barbaridad", respondió el líder de Podemos.