Junts pel Sí y la Cup consuman su pulso a la Constitución
El Parlament ha roto el juego democrático con su resolución de independencia. Así escenifican los separatistas su desafío.
10 noviembre, 2015 02:35Noticias relacionadas
El Parlament catalán aprobó este lunes por 72 votos a 63 la declaración del “inicio del proceso de creación del estado catalán independiente”. Los 72 escaños favorables corresponden a Junts pel Sí y la CUP y los 63 noes a Ciudadanos, PSC, Catalunya Sí Que es Pot y PP. Horas más tarde, Artur Mas ha explicado por qué debe seguir como presidente de la Generalitat. Son de momento sólo propósitos: no parece que este martes vaya a lograr los votos de la CUP en el primer intento de investidura. Éste es el resumen de jornada histórica a través de 11 imágenes.
1. Una mayoría insuficiente
Los partidos que han votado a favor de la resolución representan a un 47,8% de catalanes y los que han votado en contra, al 48,05%. Las fuerzas que representan al porcentaje restante quedaron fuera del Parlament, entre ellos Unió Democràtica.
Raül Romeva, número uno de Junts pel Sí, ha sido cauto y no ha usado la palabra “mayoría” ni una sola vez en su discurso inicial, preparado de antemano. Igual que en la declaración, ha preferido repetir el adjetivo “masivo”: “Los resultados, se cuenten como se cuenten, sean escaños, votos o porcentajes, ponen de manifiesto que hay una voluntad masiva, clara e incontestable a favor de hacer camino”. Masiva sí, pero no mayoritaria.
Anna Gabriel, que ha hablado en lugar del número uno de la CUP, Antonio Baños, ha buscado una fórmula aún más enrevesada para evitar reconocer que la “mayoría” es insuficiente: la declaración “parte de la mayoría que tenemos” y que es “una mayoría que quisiéramos más inequívocamente independentista” pero que es “en todo caso, la mayoría de la que hemos de partir”.
2. El anuncio de la desconexión
Anna Gabriel se ha dirigido a “todas las naciones del mundo”, a las que ha pedido “democracia y justicia”. Se dirigió también al Estado “con quien, tarde o temprano, tendremos que negociar los activos y pasivos”. Ha sido ella, la 'número dos' de la CUP, la que ha anunciado el proceso constituyente no subordinado y ha pronunciado la frase maldita: “Anunciamos la desconexión democrática del Estado. Porque la democracia es la voluntad de la gente y eso no debe ser revocado ni prohibido”.
Por la tarde, los diputados de la CUP fueron objeto de los guiños políticos de Artur Mas. El candidado a presidir la Generalitat sabe que necesita sus votos para ser investido. “La declaración aprobada es fruto del pacto”, ha dicho Mas: “Cada parte cede en algo para llegar a un todo”.
En su discurso, Mas ha tratado de acercarse a la CUP con detalles sobre medidas sociales como la renta ciudadana en lugar de la renta mínima, los desahucios, la mayor atención a la oferta laboral y la esperanza de que el país nuevo sea más limpio y distinto: “La creación de un nuevo Estado es el mejor modo de hacer nueva política”, ha dicho. Luego, se ha mostrado más duro, hasta amenazar incluso la marcha del proceso soberanista de una forma velada si no es aupado presidente: "Sin gobierno, el proceso se para".
3. ¿Y la mayoría en escaños?
La mayoría en escaños de los dos grupos en favor de la indepedencia es innegable. Pero Joan Coscubiela, de Catalunya Sí Que Es Pot, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, y Miquel Iceta, del PSC, han recordado que sigue siendo una mayoría inferior a los dos tercios necesarios para una decisión tan importante. Este inicio del proceso tiene menos peso parlamentario que la aprobación del Estatut de 2006. La imagen del panel de voto electrónico es la mejor ilustración.
Coscubiela empezó su comparecencia asegurando que hay un partidismo de búnquer en el nuevo Parlamento. "Junts pel Sí y la CUP no tienen derecho a tener paralizado el Parlament. Somos líderes en desahucios en España. Delante de este escenario, estáis dedicando los esfuerzos a otras cosas", advirtió.
4. ¡Es solo el inicio!
El punto más delicado de la resolución era la desobediencia al Tribunal Constitucional. Romeva ha evitado hablar de “desobediencia” y ha querido dejar aparentemente claro que aún hay freno: “El quinto punto nos pone deberes, en el plazo máximo de 30 días habrá que iniciar –repito, iniciar– la tramitación de las leyes del proceso constituyente”, ha dicho Romeva.
Junts pel Sí quiere solo “iniciar” algo, como quien pone los dedos del pie en el agua para ver si está demasiado fría. El gobierno de Rajoy se encargará de que el agua esté helada. La prudencia de Romeva es otra prueba de que el lenguaje de la resolución está más cerca de la CUP.
5. Mujeres con la voz cantante
Si la voz más firme en el bando independentista ha sido la de Anna Gabriel, de la CUP, entre los opositores Inés Arrimadas, de Ciudadanos, ha sido la más suelta. Es la única diputada que no ha leído su intervención y ha arremetido directamente contra el 'president' Mas. "Usted estará contento porque hoy no se habla de corrupción. Están utilizando el sentimiento independentista de muchos catalanes para su salvación. Nosotros no permitiremos que en un momento donde se abre un nuevo escenario político en España, los catalanes nos quedemos fuera".
Arrimadas también ha sido la única que se ha referido a la crisis del gobierno de Mas que provocó la resolución y que reveló La Vanguardia. Andreu Mas-Colell, uno de los consellers rebeldes, miraba ostensiblemente el móvil mientras Arrimadas destacaba la batalla interna. La líder de Ciudadanos insistió en que el discurso independentista es una manera de tapar casos de corrupción. "Yo también me quiero independizar, pero de la corrupción, de los recortes, de los contratos basura", dijo.
Arrimadas ha hecho casi toda su intervención en castellano, excepto algunas frases en catalán. Cuando abandonaba la tarima, el presentador de TV3 se ha declarado sorprendido porque en la anterior legislatura Arrimadas solía hablar más en catalán: “Es de Jerez de la Frontera y tiene orígenes salmantinos”, ha añadido.
6. La metáfora del 9N
Casi todos los portavoces han recordado qué día era. Pero había dos motivos: el “proceso participativo” o consulta de hace justo un año y la caída del Muro de Berlín en 1989. La metáfora del Muro era fácil: “Usted, señor Mas, pretende construir ese muro en Cataluña”, ha dicho Xavier García-Albiol, del PP, que le ha echado en cara a Mas que no cuenta con una mayoría social. El popular ha soltado la misma retahíla que ha escuchado de su líder, Mariano Rajoy, y quiso mandar un mensaje "de confianza" a los catalanes que se sienten españoles. Terminó con un "¡Visca Cataluña!" y "¡viva España!" que no convenció del todo.
7. Qué pasaría en un referéndum
Catalunya Sí Que Es Pot es el único partido que aún propone un referéndum para 2016. Joan Coscubiela, su portavoz, era el tercer hombre solitario. Acusaba al bando independentista de haber pasado pantalla y al resto de no ser bastante demócratas.
Pero sólo Romeva e Iceta han entrado en la pregunta difícil: ¿reflejan los resultados del 27-S los de un hipotético referéndum? Nadie lo cree. Para Romeva, “si aquí hubiéramos hecho un referéndum, el resultado hubiera sido claramente favorable al 'sí'. Y pueden contarlo como quieran”. Arrimadas le decía que "no" con un gesto del dedo índice desde su escaño.
Iceta es el único que había dado un argumento en contra de un trasvase fácil de votos entre las elecciones y un referéndum: hay matices en ambos bandos, y entre los votantes de Junts y CUP había votos para “dar fuerza a una eventual negociación” que ahora “esta propuesta hace imposible”. No es tan fácil saber por tanto qué pasaría en un referéndum vinculante.
8. El momento del 'show'
Al final de la votación, los ganadores han aplaudido. El grupo parlamentario del PP ha sacado diez banderas: cinco españolas y cinco catalanas. Desde la tribuna de honor, la ex líder Alicia Sánchez Camacho apoyaba también con una banderita española. El grupo Catalunya Sí Que Es Pot ha sido más discreto y sus diputados mostraban un papel donde pedían un referéndum.
9. Rajoy hace lo esperado
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado minutos después de la aprobación de la declaración en el Parlament que recurriría ante el Tribunal Constitucional y se ha mostrado más duro que nunca. "El Gobierno que presido no va a permitir que esto continúe". Es previsible que el Constitucional tumbe una resolución de un Parlamento que pide la desobediencia. La calma tensa es saber cómo devolverán la pelota desde Cataluña.
10. El respaldo de Pedro Sánchez
El líder del PSOE ha cerrado filas en torno al presidente del Gobierno y ha esperado a que Mariano Rajoy terminara su comparecencia desde Béjar (Salamanca) para empezar él su discurso. El secretario general del PSOE ha apoyado públicamente el recurso de inconstitucionalidad anunciado por el Gobierno y ha recalcado que la mayoría de los catalanes “no quiere la secesión”. Además, ha anunciado que “violar la ley es renunciar a la democracia” y avisa a los que “hoy han decidido situarse fuera de la ley: asumen una grandísima responsabilidad”.
El líder de los socialistas volverá a verse con Rajoy este martes en la Moncloa para hablar sobre el desafío secesionista. No hay ningún otro representante de la oposición convocado.
11. El desafío de Artur Mas
En la presentación de su candidatura a la Generalitat -que se votará este martes-, Mas se ha quejado amargamente del gobierno de España en un discurso de más de una hora y media. Ha dicho que España era una “democracia de mala calidad o pseudodemocracia” porque no permitía un referéndum tras los resultados del 27-S. Ha añadido que el gobierno era “prepotente” y tenía “el orgullo imperial herido”, con “tics y reflejos predemocráticos”. Mas también ha lamentado que el presidente Rajoy no haya convocado a políticos catalanes en sus rondas de charlas sobre el proceso soberanista.
Después de la retahíla de quejas, el líder de Convergencia ha tendido ligeramente la mano: “La declaración aprobada no es una declaración unilateral de independencia” y por tanto “si el Estado hiciera una lectura atenta vería que hay margen para el diálogo y la negociación”. Pero desde Madrid creen que “cuanto peor, mejor” y piensan solo en réditos electorales.
No ha parecido que Mas espere con ganas el diálogo para detener el proceso soberanista. El enroque es cada ves más profundo. Tras la sentencia del Constitucional, está por ver qué truco se encuentra para frenar en ambos bandos antes del desconocido artículo 155. Frases como "el Estado español tiene intolerancia a la realidad nacional catalana 40 años después de la muerte de Franco" tienen poco de apertura de mano.
Mas ha sido más atrevido que Romeva con la mayoría independentista: “Tenemos un mandato democrático mayoritario” por lo que “el gran reto del mandato es transformar la autonomía en un estado catalán”. Pero en seguida ha vuelto la ambigüedad sobre la decisión de ir hasta el final: “Obliga a conducir el proceso teniendo en cuenta el resultado”.