Se suele resaltar la buena memoria de Mariano Rajoy. Once años después del 11-M de Madrid, el presidente ha demostrado que ha aprendido de los errores del pasado al reaccionar con rapidez y profesionalidad al 13-N de París. De forma escalonada, este sábado de sangre y terror ha hecho todo aquello que José María Aznar obvió tras los atentados de Atocha.
Lo primero, una declaración institucional con palabras de aliento y apoyo: “No hay causa que justifique algo así ni creencia que lo ampare. Estamos en una lucha entre civilización y barbarie. Hoy todos somos Francia. Ganaremos. Nos pueden hacer daño, pero no nos van a vencer. El terror nunca ha podido con Europa".
El Rajoy solidario ha dado luego paso al expeditivo que ha presidido la reunión del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) en Moncloa con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; siete ministros y cuatro secretarios de Estado, entre ellos el JEMAD, el general Fernando García Sánchez, y el director del CNI, el general Félix Sanz Roldán.
En esa hora y media, ha dejado hablar sobre todo al general Sanz Roldán y ha ordenado que la Policía, la Guardia Civil, la Fiscalía y el CNI extremaran la colaboración con Francia, que ha pedido sobre todo extremar el control en las fronteras y en los aeropuertos. La reunión del CSN fue convocada con tanta celeridad al tiempo que cancelaba el mitin de Barcelona que ni Jorge Moragas, su jefe de Gabinete, ni el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, pudieron llegar a tiempo. Ambos estaban en Barcelona a la espera de un Rajoy que ya había decidido deshacerse del manto electoral para interpretarse en hombre de Estado.
JUNTOS EN EL PACTO ANTIYIHADISTA
A continuación ha tenido lugar la primera puesta en escena del Pacto Antiyihadista creado el pasado febrero por PP, PSOE, Foro y UPN. Apenas el bipartidismo con la oposición o a la abstención del resto del Congreso. Según fuentes gubernamentales, este sábado se ha demostrado su utilidad hasta el extremo de que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha pedido su inclusión en el mismo.
En la sede del ministerio del Interior se ha reunido el ministro, Jorge Fernández Díez, con los portavoces parlamentarios del PP, Rafael Hernando, y del PSOE, Antonio Hernando. Allí ya les ha informado el ministro de que uno de los terroristas de París tenía el pasaporte de un refugiado sirio, una noticia que se ha conocido horas más tarde. Para demostrar la unidad y la cooperación entre partidos, el ministro y el portavoz del PSOE se han dirigido a la prensa y han informado de que se había decidido mantener la alerta en el nivel 4 “reforzada en determinados ámbitos”.
Desde el PSOE se resalta que el terrorismo yihadista de 2004 estaba "en la infancia" comparado con el de 2015. Asimismo, desde el Gobierno se subraya que en la actitud de Rajoy este sábado ha influido tanto "la experiencia de 2004 como el desarrollo de las tecnologías, y el hecho de que los líderes mundiales están ahora en permanente contacto en este tipo de situaciones".
Nada que ver con la actuación de Aznar aquel dramático jueves 11 de marzo de 2004. Entonces, el presidente no convocó a ese otro pacto antiterrorista también formado por PSOE (José Luis Rodríguez Zapatero y Jesús Caldera) y PP (Luis de Grandes, Javier Arenas y Angel Acebes). Ese día, a las 11 de la mañana, se limitó a reunir en Moncloa a cuatro ministros (Rodrigo Rato, Javier Arenas, Angel Acebes y Eduardo Zaplana) ya dos altos cargos de Moncloa (el portavoz Alfredo Timermans y el secretario general, Javier Zarzalejos).
Después convocó una manifestación contra el terrorismo de ETA y apenas pidió opinión al jefe del CNI, según explica el propio Jorge Dezcallar en su recién publicado libro “Valió la pena” (Editorial Península).
Rajoy pasó la noche del viernes al sábado pendiente de lo que estaba pasando París. Habló con el primer ministro galo, Manuel Valls, después con los principales líderes políticos españoles- Pedro Sáncehz, Albert Rivera y Pablo Iglesias- y finalmente, a las doce del mediodía del sábado, con el presidente François Hollande. Aún ha tenido tiempo para poner el broche a su actuación de este sábado con una visita a la embajada de Francia en Madrid para firmar en el libro de condolencias y decidir que las banderas ondeen a media asta hasta este lunes a mediodía.
Después ha partido hacia Turquía, donde se reúne el G-20. Mientras viajaba, ha participado en la decisión de convocar un funeral oficial después de que la vicepresidenta confirmara la identidad del fallecido español.