Uno de cada cuatro o cinco combatientes extranjeros que se han unido o han intentado sumarse a los grupos terroristas islamistas en Siria e Irak, Al Nusra (rama de Al Qaeda) y Estado Islámico principalmente, proceden de Europa. Los jóvenes de ascendencia musulmana europeos en ambos grupos yihadistas están “20 veces sobrerrepresentados”, ha considerado Fernando Reinares, investigador principal sobre terrorismo internacional del Real Instituto Elcano (RIE) en la presentación del informa “Terroristas, redes y organizaciones: facetas de la actual movilización yihadista en España” este lunes.
“La movilización yihadista nunca ha tenido el alcance que tiene en estos momentos, sin precedentes en todo el mundo”, ha asegurado Reinares. Este experto señala que el terrorismo islamista en Siria e Irak de los últimos años ha transformado el yihadismo en España. El informe, basado en el número de presuntos yihadistas detenidos entre 1996 y 2014, destaca los siguientes puntos:
Multiplicación de yihadistas españoles
Reinares subraya que existe una “eclosión del yihadismo autóctono” desde 2013, cuando se produjo en España la primera detención de un presunto yihadista vinculado por vinculaciones con los grupos terroristas islamistas de Siria e Irak. Hasta 2012, solo un 11% tenía nacionalidad española y únicamente un 5% había nacido en España. En este momento, casi la mitad de los individuos detenidos por actividades yihadistas en España son españoles, un yihadismo autóctono que según Reinares ha emergido en España e Italia.
Aunque el estudio se basa en detenidos y no condenados, Reinares defiende que aunque de las 120 personas detenidas cuyos perfiles han empleado para su informe se mantuviera la proporción de condenas y exculpaciones que en años anteriores a 2013, se podría seguir hablando de la mencionada eclosión de yihadismo autóctono.
“A menudo se da por descontado que la producción de combatientes extranjeros es una cuestión del tamaño de los países y de la población musulmana. No es así. España e Italia tienen una importante población musulmana y no están registrando tantos como Francia o Bélgica”, ha matizado el experto.
Tres focos geográficos para centrar la lucha antiyihadista
Ceuta y Melilla se han convertido en “el principal foco de yihadismo autóctono de España”. Pero la provincia de Barcelona también juega un papel destacado. Es allí donde se han producido el mayor número de detenciones de presuntos yihadistas en toda España. “El foco principal está en Ceuta y Melilla, pero el principal escenario (de actividades yihadistas) continúa siendo Barcelona”, ha señalado.
“El reclutamiento yihadista en España está muy focalizado y los programas de prevención deben diseñarse para corresponder a esta realidad”.
Segundas generaciones
“Los países de Europa Occidental en los que la mayor parte de la población musulmana está compuesta por segundas generaciones, es donde los yihadistas de Siria e Irak han encontrado una población joven, que probablemente está sufriendo una seria crisis de identidad. No se identifican con el país donde han nacido, tampoco con el país de sus padres”, ha considerado Reinares, una de las mayores eminencias españolas en yihadismo.
En el caso español, estas segundas generaciones que pueden conectarse con el yihadismo están principalmente en Ceuta y Melilla. ¿El motivo? “Están rodeadas por una parte del territorio marroquí donde tradicionalmente han existido los núcleos de actividad yihadista más notables del país, como Tánger o Tetuán. (Esta región marroquí) sigue proporcionando al menos una tercera parte de los que han partido de Marruecos para (unirse) al Estado Islámico y en menor medida al frente Al Nusra en Siria e Irak”.
Adiós a los lobos solitarios
“Se acaban los lobos solitarios”, ha afirmado Reinares. Solo el 10% de los detenidos en España desde 2013 no se había implicado en un yihadismo colectivo. El resto estaba en contacto con células o redes y solo la mitad estas redes son nuevas. Algunas se remontan a los años 90 y están relacionadas o bien con yihadistas que estuvieron en España temporalmente y han vuelto o bien con algunos que fueron detenidos y tras su liberación reconstruyeron redes terroristas.
Nueve de cada diez detenidos desde 2013 se dedicaban al reclutamiento de más radicales que se quisieran unir a la causa, pero el dos de cada diez pertenecían a redes terroristas que desarrollaban dentro de España funciones de entrenamiento, “de índole operativa”.
“Estamos hablando de individuos que en el 90% de los casos han estado inmersos en redes con algún tipo de vínculo organizativo con el EI o el frente Al Nusra, normalmente por un intermediario”, ha subrayado.
Radicalizados en casa y por redes sociales
“En España, el primer lugar de radicalización son los domicilios privados”, ha señalado Reinares. Mientras en otros países como Reino Unido o Francia, se pone especialmente el foco en centros religiosos y de enseñanza para detectar posibles imanes radicales o filtración de terroristas, en España este enfoque sería menos efectivo.
“Los españoles tenemos una oportunidad histórica (…): encontrar una fórmula que permita facilitar el acomodo de estos adolescentes y jóvenes (de segunda generación) en nuestras ciudades: en los entornos de los jóvenes: no solo escuelas y centros de culto, sino también la familia”, ha indicado.
El 13% de los detenidos desde 2013 eran musulmanes conversos, frente a una cifra testimonial de un único yihadista condenado que era converso hasta 2012. La labor de comunicación del Estado Islámico, muy fuerte en las redes sociales, es un factor que contribuye significativamente a la posibilidad de la radicalización en domicilios privados.
Niñas y mujeres también
El 10% de los detenidos en España por presuntas vinculaciones con el yihadismo desde 2013 son mujeres, “una faceta muy novedosa”, según Carlota García-Calvo, también investigadora sobre terrorismo global en el RIE.
Su reclutamiento comienza a una edad muy temprana: en el 82% de los casos tenían entre 15 y 29 años: “Fijan el objetivo en mujeres solteras con la función de traer al mundo una nueva generación de yihadistas para el autodenominado Estado Islámico”, señala García-Calvo.
En el caso de los hombres, también son jóvenes, pero no tanto: 6 de cada 10 detenidos tenían entre 20 y 34 años.