La cúpula de la Fiscalía General tuvo que escuchar "con frecuencia" mensajes de insatisfacción y malestar por la forma en que las dos fiscales asignadas al caso Gürtel, Concepción Sabadell y Myriam Segura, actuaban el procedimiento y por la "falta de control" sobre ellas del fiscal jefe anticorrupción, Antonio Salinas.
Así lo han señalado fuentes del Ministerio Público conocedoras de la preocupación que generó el caso Gürtel tanto en miembros del Gobierno como en el PP, especialmente por la situación del ex tesorero Luis Bárcenas. En ambas instancias se tenía la impresión de que ese proceso judicial había sido orquestado por el ex dirigente socialista Alfredo Rubalcaba, el ex fiscal general Cándido Conde-Pumpido y el ex juez Baltasar Garzón para hundir al Partido Popular. Anticorrupción sería el brazo ejecutor de tal estrategia.
El ministro que mostró más interés en el caso Gürtel y en el futuro procesal de Bárcenas fue el titular de Interior, aseguran las fuentes consultadas. Jorge Fernández Díaz aparece mencionado en los folios manuscritos por la esposa de Bárcenas, Rosalía Iglesias, tras el ingreso de su marido en prisión en junio de 2013. En esos papeles Iglesias enumeró el catálogo de recursos de los que el matrimonio dispondría para comprometer al PP y al Gobierno, entre ellos "sms cruzados con J.Fedez [sic] y una llamada a un teléfono directo".
De Fernández Díaz provenían precisamente los comentarios quejosos por el "sectarismo" de las fiscales de Gürtel y el "daño" que el procedimiento estaba causando al partido y al Gobierno. En una ocasión el ministro llegó a mostrar a altos cargos del Ministerio Público su alarma porque le habían llegado noticias de que las fiscales iban a pedir la prisión del ex tesorero del PP. En aquel momento eso no era cierto y así se le transmitió al responsable de Interior.
Pese a esas gestiones, el ministro nunca planteó la sustitución de las representantes del Ministerio Público "ni lo hubiéramos aceptado", señalan fuentes de la Fiscalía General y de Anticorrupción. Desde estos órganos se recuerda que Sabadell y Segura siguen actuando en el caso Gürtel, fueron ellas las que pidieron al juez Pablo Ruz la prisión incondicional del ex tesorero del PP y también fueron ellas las que se opusieron reiteradamente a las peticiones de libertad de la defensa.
La cabeza de Salinas
En uno de los sms que Bárcenas envió a Mariano Rajoy antes de entrar en la cárcel, el ex tesorero del PP instaba al presidente del Gobierno a "tener en cuenta" un nombre que habría sido propuesto para el cargo de fiscal anticorrupción. "Perdón por la insistencia", escribió Bárcenas, "pero es necesario. Tienes un nombre que te dio tu interlocutor. Cualquier otra cosa es mantener la situación como está o empeorarla, viendo el comportamiento sectario".
La petición de Bárcenas de cambiar al fiscal anticorrupción fue ignorada. No se transmitió ningún nombre para sustituir a Salinas
Fuentes del Ministerio Público aseguraron a EL ESPAÑOL que "nunca" se propuso por parte del Gobierno un nombre para sustituir a Antonio Salinas. De hecho, en diciembre de 2013 el entonces fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, propuso la renovación de Salinas para un tercer mandato al frente de Anticorrupción. No hubo otro candidato al cargo. Desde la Fiscalía no se alentó la concurrencia de aspirantes alternativos ni se indicó a Salinas que no optara a la permanencia, sino que, por el contrario, se le sugirió que sería renovado.
El Ejecutivo aceptó al cabo de un mes la propuesta de Torrres-Dulce y nombró a Antonio Salinas, aunque fuentes gubernamentales admiten que en el Consejo de Ministros hubo un intenso debate sobre si debía continuar o no al frente de Anticorrupción.
Salvo Fernández Díaz, ningún otro ministro ni tampoco el presidente del Gobierno transmitieron a la Fiscalía mensajes sobre el caso Gürtel o específicamente sobre Bárcenas.