Banco Madrid emitió 18 alertas desde 2012 a 2015 al Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac), dependiente del Ministerio de Economía, sobre clientes sospechosos o movimientos de dinero que merecían un control. Entre las alertas saltó el nombre del abogado Emilio Cuatrecasas, el de un brasileño perseguido por la Interpol por homicidio y estafa al Gobierno dominicano, el dueño de una inmobiliaria española acusada de apoyar a un líder del cártel colombiano o una falsa ONG de ayuda a niños creada para blanquear dinero.
En todos estos casos, la entidad alertó al servicio de inteligencia financiera española para que investigara y acudiera a la Justicia en caso de considerarlo necesario, según consta en la documentación remitida por la entidad al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que investiga al consejo de administración del banco por posibles delitos de blanqueo. El magistrado inició una investigación a raíz de una querella interpuesta por un cliente de la entidad tras la intervención de Banco Madrid por parte del Banco de España. Lo hizo el pasado mes de marzo por la denuncia de Estados Unidos de que la entidad y su matriz, Banca Privada de Andorra (BPA), habrían colaborado con dirigentes venezolanos, con la mafia rusa y china para el blanqueo de dinero.
En la información enviada al Sepblac en agosto de 2014 aparece la comunicación realizada por Banco Madrid sobre Emilio Cuatrecasas, cliente suyo a través de la sociedad Emesa S.L., que presentó un capital social de un millón de euros.
"Estructura societaria compleja"
Los indicios que apreció el banco para alertar de su cliente fue la "existencia de una estructura societaria compleja" y el hecho de que la Audiencia Provincial de Barcelona estuviera investigando por diez delitos fiscales a Cuatrecasas, su mujer y la sociedad Emesa S.L. El comité de prevención del banco estimó que debía realizarse un "seguimiento continuo reforzado" de este cliente. "En caso de detectar algún elemento, movimiento o actuación de riesgo o que no fuera en línea con lo establecido como propósito de la relación de negocio se debe comunicar al Departamento de Cumplimiento Normativo", recogía el informe.
Asimismo, se estableció limitar operativas de riesgo de prevención de blanqueo de capitales y "no realizar operaciones de importes significativos ni de ingresos en efectivo, ni de transferencias internacionales a países de mayor riesgo". Aun así, el documento señala que en el momento de su elaboración no se habían detectado operaciones con riesgo de blanqueo, ya que la sociedad se limitó a transferir 300.000 euros de otra entidad de crédito española, para a continuación invertir la mitad del citado importe en un depósito a plazo y la otra mitad en un fondo de inversión.
Buscado por Interpol
Entre las alertas del banco, también se encuentran varios imputados de casos de corrupción como Gürtel o Malaya, respecto de quienes, aun no existiendo indicios de operaciones de blanqueo, por el simple hecho de aparecer en las 'listas negras' como imputados debían comunicarlo.
Banco Madrid, que tuvo que ir a concurso de acreedores después de su intervención, puso el ojo en un brasileño buscado por la Interpol por un delito de homicidio y otro de estafa. Resulta que administraba la sociedad Biocombustibles Energías Renovables Castilla La Mancha S.L, instalada en Toledo. Idelfonso Josue Marcio Santos da Cunha Lisboa Quaresma, que se hizo cliente del banco en 2010, fue detenido tres años después en Caracas, capital de Venezuela, donde, según medios regionales, vivía bajo una identidad falsa.
Tampoco pasaron desapercibidos dos clientes italianos que pretendían abrir cuentas en el banco a través de una asociación sin ánimo lucro denominada "International Children Support España", que estaba en proceso de constitución. Sin embargo, al detectar que podrían intentar utilizar su cuenta en el banco a nombre de la ONG para blanquear dinero, se procedió a bloquear sus cuentas.
En el informe remitido al Sepblac, se explica que el banco captó como cliente al empresario italiano Maurizio Borroni, tras adquirir el Hotel Jorge I de Lugo. Y fue éste quien presentó a Paolo Ghionzoli, representante de ICSE, como potencial cliente, que pretendía traspasar al banco un millón de euros. Sin embargo, después anunció la idea de traspasar 40 millones de euros, lo que llamó la atención al banco. Banco Madrid decidió no seguir adelante con este cliente cuando comprobó que la ONG estaba radicada en Rusia y la componían, además del italiano, una persona serbia, una rusa y otra norteamericana.