Es difícil adivinar a qué ritmo fluyen las ideas en la mente de Íñigo Errejón (Madrid, 1983), pero a veces habla tan rápido que cuesta digerir sus palabras. Es el secretario político de Podemos, el número dos de Pablo Iglesias y una pieza fundamental en el engranaje de un partido que se va haciendo mayor con cierta dificultad.
Las encuestas no son esperanzadoras. Errejón reconoce que "el momento" para el que nacieron, como hasta hace poco definían en Podemos al 20-D, ya no es sino una etapa en el camino del cambio. En el Ocho y Medio, un mito a medio camino entre librería de cine y cafetería, Errejón reivindica que su partido se ha "manchado de España". "Lo digo como algo bueno", tranquiliza después de piropear a Rajoy, en quien ve un "tono de Estado" y una "prudencia" que no encuentra en Albert Rivera.
Muchos se preguntan por qué no utilizan ya el término "casta".
Con casta describíamos un comportamiento pequeño y endogámico por el cual los representantes se han emancipado de los representados. Desgraciadamente, es algo que atraviesa a los partidos. No quiere decir que los millones de personas que confiaron en el PP y en el PSOE sean casta. Por supuesto que no, pero sus direcciones han tenido ese comportamiento, muy similar entre los partidos. Y sus miembros acababan después en sitios similares.
En Sevilla o en Zaragoza hay quien ve esa misma endogamia en la dirección de Podemos.
Podemos ha tomado decisiones y ha sido un año muy acelerado, pero tenemos una cosa buena: contamos todos los pasos antes de darlos. Todo estaba en la hoja de ruta aprobada en Vistalegre. Dijimos que en este año había que correr y combinar democracia y participación con eficacia y capacidad de seguir hablando a los que todavía están fuera. No queremos formar un partido para los que ya se sumaron en las europeas, que son los imprescindibles, sino para seguir sumando.
Las primarias y las listas
¿De qué sirve la participación si después saltan a los primeros puestos personas que no concurrieron a las primarias?
Dijimos que íbamos a trufar las primarias con dos criterios más: las alianzas plurinacionales, en Valencia, Cataluña o Galicia, y las incorporaciones de la sociedad civil. Más del 90% de los puestos de nuestras listas salen de primarias.
La democracia interna implica honestidad para abrir unos canales y que la gente los pueda utilizar siempre que quiera, no abrirlos y cerrarlos cuando nos venga bien, como los partidos tradicionales
Las participación en esos procesos, donde se puede votar por internet, es ínfima: menos del 20%.
Creo que hemos hecho participar a la gente alrededor de 12 veces. Entre los inscritos hay quienes participaron en las europeas y no sé si lo siguen haciendo. La democracia interna implica honestidad para abrir unos canales y que la gente los pueda utilizar siempre que quiera, no abrirlos y cerrarlos cuando nos venga bien, como los partidos tradicionales. Y asumimos que no todo el mundo va a participar siempre. Hace falta tiempo, ganas, información y manejo de las redes.
¿Qué ha pasado con el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo y el exvocal del Poder Judicial José Manuel Gómez Benítez? Se anunció su incorporación a las listas, pero finalmente no están.
Sumarse a las listas del cambio tiene costes para las personas que lo anuncian. Mientras en el caso de los demás partidos te subes a una escalera mecánica de por vida y salgas elegido o no te van a enchufar en algún sitio como Telefónica, Endesa o Repsol, en nuestro caso va a ser mucho más complicado. El trato va a ser un poco más áspero que cuando eras fiscal o catedrático. Con Podemos vas a tener que volver a tu puesto de trabajo, algo que no es tan fácil.
Es poco probable que precisamente a estos dos casi candidatos les coja por sorpresa.
Una cosa es saberlo y otra experimentarlo. Si Julio Rodríguez se incorporase al PSOE, no veríamos el esperpento del Consejo de Ministros en el que Soraya [Sáenz de Santamaría] no sólo no le concedió el permiso, sino que lo sancionó. Abrir brecha con tu propia piel por delante se nota.
En cuanto a los planteamientos belicistas, no somos sospechosos de simpatizar con Rajoy y sin embargo estamos más cerca de él. Hemos visto un poco más de prudencia y tono de Estado en Rajoy que en Rivera
Carolina Bescansa reconoció que Podemos no está en condiciones de liderar un Gobierno y Pablo Iglesias que estaba cansado. Ahora, tanto usted como Iglesias critican a Ciudadanos, un partido que sale mejor que usted en las encuestas. ¿Llegó Podemos demasiado pronto y ahora se desinfla?
Hemos abierto, con muchos más, la puerta al cambio político. Eso es irreversible. Por esa puerta ha entrado más gente y no está mal que eso suceda. Sobre esos tres ejemplos que menciona, lo de Carolina fue un error y lo de Pablo fue el resultado de compatibilizar la campaña con el Parlamento Europeo. En cuanto a Ciudadanos, nos parece estar percibiendo un endurecimiento de las propuestas y además hemos empezado a coincidir en las instituciones. Ciudadanos le ha prestado los votos a Susana Díaz o a Cristina Cifuentes. En cuanto a los planteamientos belicistas, no somos sospechosos de simpatizar con Rajoy y sin embargo estamos más cerca de él. Hemos visto un poco más de prudencia y tono de Estado en Rajoy que en Rivera.
El pacto antiyihadista
Eso puede que lo digan porque no compiten por los votos. Sociológicamente son como el agua y el aceite, según muchos análisis demoscópicos.
Es una interpretación, pero valoremos las posiciones. Rajoy ha evaluado diferentes propuestas y no se ha lanzado a toda velocidad a una causa belicista en la que Rivera está absolutamente solo. Cuando ha pedido el envío de tropas ha hecho lo que no se le ha ocurrido ni a Putin, Obama, Francia, la Unión Europea o la OTAN. Nos recordaba al Aznar de las Azores.
Pero Ciudadanos sí está a favor del pacto antiyihadista. Ahí coincide con el PP y con el PSOE.
Nos acordamos de cuando Rivera decía que el pacto era papel mojado. Nadie desprovisto de mala fe puede dudar de nuestro compromiso firme con la unidad de todas las fuerzas políticas y con el Gobierno para combatir el terrorismo. Ahora bien, el pacto antiyihadista abre subrepticiamente la puerta a la cadena perpetua. No creemos que sea muy bueno para la democracia española, pero no sé si será muy eficaz para combatir a señores que quieren reventarse con un cinturón de bombas. No se trata de pegarle una patada al avispero sino de las redes de financiación, la inteligencia militar o el control de armas.
Nadie desprovisto de mala fe puede dudar de nuestro compromiso firme con la unidad de todas las fuerzas políticas y con el Gobierno para combatir el terrorismo
Son medidas que los demás partidos defienden. Contra el yihadismo se lleva luchando años, no días ni meses.
El 15% de las armas que exporta España se las vende a Arabia Saudí. El conjunto de los expertos dice que las relaciones entre Arabia Saudí y el Estado Islámico no son muy distantes.
La moderación de Podemos
¿Aplaudir tanto esa prudencia de Rajoy y su Gobierno entra dentro de esa moderación del discurso de Podemos?
Con Podemos pasa como con los grupos de música revelación: hay una pose un poco esnob y cuando el grupo vende muchos discos, hay quienes dicen: “Me gustaban más sus canciones de la maqueta”. Normalmente lo dicen aquellos a los que no le gustaba esa maqueta. “Me gustaban más cuando desafinaban”, dicen otros. Yo creo que Podemos se ha manchado de España, es cierto.
¿Manchado de España?
Cuando pones en marcha una fuerza política que se llena de gente muy diferente, ese partido se mancha del país. Lo digo como algo bueno. Unos amigos montaron Podemos, pero, de repente, cuando echas raíces en todas las comunidades y ciudades, se acerca más gente y trabajas con más expertos. Es decir: empiezas a parecerte un poco más a España. A cambio, España se ha empezado a podemizar un poco. Ha sido un camino de ida y vuelta. Hay cosas que antes solo decía Podemos y ahora se han instalado en el debate público.
Juan Carlos Monedero sigue en Podemos, pero decidió no estar en la dirección y creo que si le preguntas, te dirá que ahora está más cómodo
¿Empaparse de España quiere decir que alguno de los que está desde el principio tiene que dejar Podemos o pasar a un segundo plano? ¿Echan de menos a Monedero?
No, yo además le veo muchísimo. Juan Carlos sigue en Podemos, pero decidió no estar en la dirección y creo que si le preguntas, te dirá que ahora está más cómodo. Mancharse de España quiere decir que hay ideas del adversario que están bien. Por ejemplo: sería un error dejar solos a los liberales en España, aunque en España hay un tipo de liberal muy raro, que pide que se recorte el gasto público y al mismo tiempo no se baja del coche oficial, como Esperanza Aguirre.
¿A qué políticas liberales se refiere?
Cuando los liberales defienden la competitividad, nos parece bien, pero hay que aplicarlo. Desearía tener un mercado eléctrico en España en el que en lugar de un oligopolio de tres grandes empresas que se ponen de acuerdo para fijar tarifas más altas que en el resto de Europa, pudieran entrar más empresas. Cuando nacimos, era impensable oírnos defender esta idea.
La defensa permanente del PSOE es recordar lo que hicieron en los años 80
Díganos, por tanto, algo bueno del PSOE y del PP...
Del PP me cuesta más, aunque lo he dicho con el yihadismo. Y con respecto al PSOE, es un momento muy difícil para ellos porque lo mejor que pueden hacer es hablar del pasado. Su defensa permanente es lo que hicieron en los años 80. La gente no vota por el pasado.
¿Qué lecciones han aprendido en Cataluña para no repetir en las elecciones generales?
Ahí tengo una contradicción. Nuestro resultado fue malo, pero fueron unas elecciones extraordinariamente difíciles: un choque de trenes, dos bloques que resumían sus posturas en dos letras: con un “sí” o con un “no”. Nosotros decíamos "sí" a que Cataluña siga dentro de España, a que Cataluña pueda decidirlo, a un encaje diferente y una reforma de España.
¿Son más sencillas que las generales?
Lo son. Yo creo que defendimos la única postura razonable pero nada rentable electoralmente en ese momento.
Forcadell no ha sido la presidenta del conjunto del arco parlamentario catalán sino que ha sido la presidenta de una hoja de ruta unilateral que, por cierto, empieza a entrar en una cierta vía muerta
Cometieron errores como ayudar a elegir a Carme Forcadell como presidenta del Parlament. Ahora ya se arrepienten.
Forcadell habría sido elegida de todas formas. Nosotros tendimos la mano. Hicimos un gesto simbólico porque queríamos que la presidenta fuera la presidenta de todo el Parlament. Nuestro mensaje era y es que somos la única fuerza política en Cataluña que puede hablar con todos. Ella ha despreciado la mano que tendimos porque no ha sido la presidenta del conjunto del arco parlamentario catalán sino que ha sido la presidenta de una hoja de ruta unilateral que, por cierto, empieza a entrar en una cierta vía muerta.
Las encuestas y el fracaso
¿Cómo valoran que todas las encuestas les sitúen como cuarta fuerza política?
Ninguna encuesta predijo todo lo que iba a pasar este año. Estamos convencidos de que en las últimas semanas vivimos un clima de remontada. Lo noto en el ánimo de la gente y en las alianzas que hemos cerrado en Cataluña, Valencia y Galicia.
¿Qué resultado sería un fracaso para Podemos? Pongamos una cifra: ¿sería un fracaso conseguir menos de 45 diputados?
Hemos construido una candidatura para ganar las elecciones. Eso significa que no ganar las elecciones no es el resultado buscado. ¿Eso es un fracaso? No. Cuando te fijas una meta tan larga, puedes decir que no has llegado o que has dado muchos pasos. Parecía imposible que hiciéramos todo lo que hemos hecho hasta ahora, pero no me conformo en absoluto. Quiero que haya un gobierno de Podemos que sea capaz de devolverle a la gente todos los sacrificios que ha hecho durante estos años. Todo lo que no sea llegar ahí es hacer camino, aunque no cumplir del todo. ¿Cuál sería para mí un resultado malo? No lo diría en números. Si le bastan los apoyos a los partidos viejos por sí mismos o con una muleta cómoda, no se habría acabado el cambio en España, pero habríamos perdido una oportunidad importante.
¿Y si se da ese resultado tendría que haber dimisiones en Podemos?
Nosotros hemos asumido cuando las cosas van bien y cuando van mal. Cuando en Cataluña tuvimos un mal resultado Pablo y yo firmamos una carta pública en la que asumimos errores por decisiones nuestras.
La única dimisión que hubo fue la de una responsable allí y por motivos personales...
Gemma [Ubasart] llevaba un tiempo estando disconforme con su rol en Cataluña…
En Podemos las bases y los inscritos pueden pedir revocatorios o abrir procesos para decidir quién va a dirigir el partido durante algún tiempo
En todo caso, si hay un mal resultado a nivel nacional, ¿tiene que irse alguien?
En Podemos las bases y los inscritos pueden pedir revocatorios o abrir procesos para decidir quién va a dirigir el partido durante algún tiempo.
¿Podemos tiene más o menos apoyo social que el 31 de enero, día de la marcha por el cambio, quizás el momento álgido de su partido?
Cuando salieron encuestas que decían que podíamos ganar, fuimos prudentes al valorarlas. Tan prudentes como ahora. Nos hemos ido fortaleciendo, tenemos presencia institucional, nos presentamos a las elecciones con un modelo para cambiar España, pero el clima ha cambiado. En enero nuestros adversarios apenas empezaban a tener una estrategia para frenar la voluntad de cambio. Es a partir de ese momento cuando empieza a solidificarse una estrategia más coordinada e inteligente de contención frente al cambio político. Y cuando la ponen en marcha, la notamos.
El próximo Parlamento va a ser muy plural y va a hacer falta geometría variable. Por ejemplo, para cambiar el sistema electoral me veo más con Ciudadanos que con el PSOE
Han pactado con el PSOE y la única forma que tienen de influir es junto a ellos, sea cual sea la correlación de fuerzas. ¿Por qué esa reticencia a decir que se tendrán que apoyar mutuamente?
Porque el próximo Parlamento va a ser muy plural y va a hacer falta geometría variable. Por ejemplo, para cambiar el sistema electoral me veo más con Ciudadanos que con el PSOE.
¿Y para gobernar?
Depende. Vamos a ver en qué cosas concretas nos podemos poner de acuerdo con cada fuerza política. No veo fácil llegar a acuerdos con el PSOE en materia de regeneración.
En comunidades como Aragón o Castilla-La Mancha han apoyado al PSOE. Y es el pacto natural para todo el mundo a la hora de formar Gobierno.
No tenemos ningún problema en entendernos, pero vamos a ver qué dicen los números. En el próximo Parlamento nos vamos a entender diferentes con diferentes y en diferentes cosas. Es sano que eso ocurra.