Un debate sin tongo: los 15 asaltos del combate entre Sánchez, Rivera e Iglesias
Golpes y ataques en un debate de verdad. Sánchez, en medio de Iglesias y Rivera, el más arañado. Pero hubo para todos.
1 diciembre, 2015 00:55Noticias relacionadas
Es difícil encajar una buena bofetada, pero políticamente puede intentarse con la sonrisa nerviosa que este lunes exhibieron Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias en el primer gran debate electoral antes de las elecciones generales. En el organizado por El País ha habido rasguños, mordiscos y miradas amenazantes, pero también el contraste de personalidades y estrategias que caracterizan a los verdaderos debates.
En el plató, al candidato del PSOE le tocó situarse en el centro, terreno ideológico que Sánchez ha tratado de reivindicar frente a candidatos que enmarcó en la derecha y en la extrema izquierda. Pero cuando torcía el cuello hacia uno de los contrincantes, el otro se ponía los guantes para volver a la carga. Ha habido golpes para todos. Estos han sido los 15 asaltos del debate:
1.- Andrés Bódalo (Sánchez contra Iglesias). Es una de las manchas de la candidatura de Pablo Iglesias, que presumió de listas limpias en el bloque sobre la corrupción. En ese momento, Sánchez aprovechó para recordarle que como número 1 por Jaén lleva a Andrés Bódalo, un condenado por agresión a un concejal socialista. Le leyó parte de la sentencia e Iglesias se puso frenético, sin llegar a responder.
2.- La derecha (Sánchez contra Rivera). "No eres de extrema derecha" sino "simplemente de derecha". Es parte de la estrategia de Sánchez: mostrar a Iglesias como un cambio peligroso e inconsistente y a Rivera como una marca blanca del PP. Pero...
3.- "De lo que haga falta" (Iglesias contra Rivera). Nunca una frase como la de Sánchez tardó menos en caducar. Pablo Iglesias tiraba de su mejor ironía para decir que Rivera no es de derecha sino más bien "de lo que haga falta", provocando una carcajada general y desarmando al líder de Ciudadanos. El humor es muchas veces la más letal de las armas políticas.
4.- Libertas (Sánchez golpea a Rivera). La coalición con la que Rivera se presentó en 2009 a las elecciones al Parlamento Europeo fue rescatada por Sánchez para recordar que la marca electoral euroescéptica estaba contra del matrimonio homosexual y mantenía posturas muy alejadas de lo que hoy defiende Ciudadanos. Rivera ya explicó en EL ESPAÑOL que esa decisión fue un error por el que se tuvo que someter a una moción de censura.
5.- El presidente del plató (Iglesias contra Rivera e Iglesias). En cuanto el debate empezó a caldearse entre un Rivera que asociaba al PSOE con el PP y un Sánchez que hacía lo contrario, Iglesias pidió calma y buen tono a sus contrincantes. La primera vez le funcionó y lo hizo parecer calmado y afable. Al final, se le acabó volviendo en contra cuando Sánchez le reprochó que pretendía ser el "moderador". Iglesias acabó enervándose como los demás.
6.- Monedero (Sánchez y Rivera contra Iglesias). Fue uno de los primeros momentos de tensión. Sánchez reprochó a Iglesias que amparase a Juan Carlos Monedero y sus gestos sugiriendo que Rivera consume cocaína, algo que ha llevado al líder de Ciudadanos a plantear una demanda contra el exdirigente de Podemos. Rivera se sumó al reproche de Sánchez e Iglesias dio la callada por respuesta.
7.- Trinidad Jiménez (Iglesias contra Sánchez y Sánchez contra Rivera). La puerta giratoria que criticó Iglesias acabó girando 360 grados hasta golpearle directamente a él. El líder de Podemos criticó que el PSOE permitía que Trinidad Jiménez, exministra de Sanidad y Exteriores, estuviese "en el Consejo de Administración de Telefónica" en la misma silla que ocupó Rodrigo Rato. Pero no es cierto y Sánchez le acusó de confundir "nueva política" con "difamación". Iglesias no se bajó del burro, pero en las redes sociales se comprobó pronto que, al menos en este caso, Sánchez tenía razón. Es más que probable que Jiménez recale en Telefónica, pero no en su Consejo de Administración ni en la silla de Rato.
8.- La Unión Soviética (Sánchez contra sí mismo). Citar a constitucionalistas para acabar asociando a Pablo Iglesias con la URSS porque ampara la autodeterminación no fue uno de los mejores momentos de Sánchez. Un "uhh, qué miedo" de Iglesias bastó para volver a 2015.
9.- Bildu y Batasuna (Sánchez contra Iglesias). No es habitual, pero Sánchez aludió al pacto de Podemos con Bildu (además de Geroa Bai e IU) en la lista al Senado en Navarra para colocar la nube del extremismo sobre la cabeza de Iglesias.
10.- Inda, Marhuenda y Alfonso Rojo (Iglesias contra Rivera y Sánchez). El líder de Podemos está bregado en tertulias y reconoce que a veces debatir con según qué contrincantes es malo para la salud. Por eso en cuanto Sánchez y Rivera alzaron la voz no dudó en invocar a los tres periodistas a los que, según él, se parecían sus contrincantes de este lunes.
11.- El paro (Rivera contra Sánchez). Sánchez hizo toda una reivindicación del legado de Zapatero. Citó la puesta en marcha de la UDEF contra la corrupción, la ley de dependencia o los matrimonios del mismo sexo... pero también citó el paro, que durante la primera legislatura del PSOE fue del 8%. Rivera no dudó en recriminarle que cuando se fue alcanzó el 23%.
12.- El contrato único (Sánchez contra Rivera). El secretario general de los socialistas cargó en varias ocasiones contra el líder de Ciudadanos por su propuesta de contrato, que abarata el despido para parte de los trabajadores.
13.- Autodeterminación (Sánchez y Rivera contra Iglesias). Tanto Rivera como Sánchez atacaron a Iglesias por pedir una consulta sobre la autodeterminación en Cataluña. Aunque el líder de Podemos pediría el "no", para Sánchez y Rivera, firmes partidarios de la unidad de España, la mera convocatoria es un error.
14.- Derogaciones (Rivera contra Sánchez). "No basta con derogar lo que ha hecho mal el PP", advirtió el líder de Ciudadanos. Sánchez se pasó buena parte del debate diciendo lo que iba a derogar, pero a juicio de sus oponentes no tenía más propuestas que esas.
15.- Senado (Iglesias contra Sánchez). El líder de Podemos arremetió contra la propuesta del socialista de trasladar la cámara alta a Barcelona. Lo que quiere Rivera es cerrarlo.