El extesorero del PP llevaba dos meses en prisión preventiva, acusado de esconder más de 22 millones de euros en Suiza, cuando decidió escribir la carta. “Para Ruz y la Fiscalía”, arrancó de su puño y letra el escrito dirigido a las fiscales y al titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.
Primer párrafo
“Empecé a visitar periódicamente a Mauricio aproximadamente en marzo de 2012. Desde entonces nos hemos visto con regularidad hasta el mes de abril de 2013. En mi última visita me estaba esperando en la puerta de La Razón [Francisco] Marhuenda, que me acompañó hasta el despacho de su presidente".
Según Bárcenas, sus reuniones periódicas con el presidente de La Razón arrancaron en marzo de 2012. La fecha no es accesoria ya que es entonces cuando la Audiencia Nacional decidió reabrir su causa, archivada en verano de 2011 por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Antes, el extesorero del PP realizó un trabajo de campo para intentar que su caso quedara completamente archivado. Primero presionó para que uno de sus enviados, el abogado y exdiputado Jorge Trías, se reuniera con el entonces instructor de la causa, el juez Antonio Pedreira.
Fue Pedreira quien decidió que la policía dejara de investigar a Bárcenas, Merino y Galeote el uno de septiembre de 2011 por falta de pruebas, pero el 15 de marzo de 2012 la Audiencia Nacional decidió dejar sin efecto su decisión. Fue entonces cuando la investigación contra Bárcenas se aceleró, igual que las visitas que relata al directivo de Atresmedia y que éste asegura que no conllevaron ninguna gestión por su parte.
Segundo párrafo
"A lo largo de ese período y con el conocimiento de Rajoy, Mauricio fue mi interlocutor con Jorge Fernández y Soraya Sáenz de Santamaría, así como con el comisario Oliveras [sic] y el Jefe de Gabinete de Jorge Fernández Díaz, actual secretario de Estado de Interior".
Siempre según la versión de Bárcenas, el máximo responsable de La Razón sirvió de nexo en sus negociaciones soterradas con el conocimiento expreso de Mariano Rajoy. En este fragmento, el extesorero hace referencia a sus gestiones frente al responsable policial que localizó sus cuentas ocultas en Suiza y a Francisco Martínez, mano derecha del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz.
Tercer Párrafo
"Bárcenas quería que la policía investigase quién era 'Luis el Cabrón', dado que la policía sabía perfectamente que él no era. Pidieron a cambio que se retirase por parte de Galeote la demanda presentada contra el inspector Morocho en Plaza de Castilla".
En este punto, el extesorero del PP cambia la redacción y comienza a hablar de sí mismo en tercera persona. Según aseguran a este diario fuentes próximas a las conversaciones, la versión aportada por Bárcenas en este asunto concreto se aleja de la realidad. El 23 de febrero de 2009 -dos meses después del estallido de la Operación Gürtel- un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) identificaba al tesorero del PP como “Luis el Cabrón” en la contabilidad oculta de Francisco Correa. Desde entonces, Bárcenas pelea para desvincularse de estos apuntes contables con el argumento de que hacen referencia a otro empresario; el constructor Luis Delso, presidente de Isolux.
Las pretensiones de Bárcenas cristalizaron en una reunión celebrada el 27 de agosto de 2012 en el pub Milford de Madrid. Tal y como reconoció el propio Ministerio del Interior, el que había sido comisario responsable de la UDEF se reunió allí con la defensa de Bárcenas, encabezada entonces por el abogado Alfonso Trallero. El letrado y su socio Miguel Bajo abandonaron al extesorero cuando decidió dar un paso adelante y reconocer la autoría de la presunta contabilidad B del PP, conocida como “los papeles de Bárcenas”.
En aquella reunión –conocida y avalada por el Ministerio del Interior- las posiciones de Bárcenas y los policías se alejaron todavía más si cabe. Dos años antes, fue el propio exsenador quien se encontró con varios responsables policiales en un reservado del restaurante Riantxo de Madrid. Aquel primer encuentro acabó en desencuentro cuando Bárcenas acusó a varios de los presentes de emprender una persecución injusta contra él.
Dos años después, fueron sus abogados los encargados de transmitir la propuesta. A un lado de la mesa, Alfonso Trallero mantenía la voluntad de Bárcenas de que los informes policiales cambiaran la identificación de 'Luis el Cabrón'. Los responsables policiales, por su parte, acudieron al encuentro enviados por sus superiores y ante la promesa de que Bárcenas aportaría datos certeros sobre el caso. Nada de eso sucedió, así que el asunto quedó en tablas. Según fuentes presentes en aquella negociación, tampoco estuvo sobre la mesa la querella contra funcionario alguno como moneda de cambio. A día de hoy, los informes de la UDEF siguen señalando a Bárcenas como beneficiario de esos presuntos pagos.
Cuarto párrafo
“En el mes de agosto de 2012 recibí una llamada de María González Pico (jefa de gabinete de Soraya) para que presentase inmediatamente un escrito en la dirección general de la policía, pidiendo que se investigase quién era Luis el Cabrón (Pedro Pérez y Mauricio, íntimos)”.
En estas líneas, el extesorero del PP hace referencia a las presuntas gestiones de quien es, de facto, mano derecha de la vicepresidenta del Gobierno: María González Pico. Periodista burgalesa, González Pico es la jefa de Gabinete de Sáenz de Santamaría. Entre sus atribuciones se encuentra, por ejemplo, la relación entre la número dos del Gobierno y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que tras una reordenación ejecutiva en 2011 dejó de estar bajo el paraguas del Ministerio de Presidencia.
En mitad de este relato, Bárcenas deja en su escrito una anotación extraña. Una frase entre paréntesis que poco tiene que ver con el caso “(Pedro Pérez y Mauricio, amigos)”. La acotación, un inciso en el tema principal de la carta, parece un simple apunte sobre la relación de amistad entre Mauricio Casals y el que fuera presidente de la Federación de Asociación de Productores Audiovisuales de España (FAPAE), Pedro Pérez.
Quinto párrafo
“El escrito se presentó, pero la policía pidió opinión a Ruz y este dijo que era improcedente. Se lo pedimos al juez en octubre de 2012 y desde esa fecha, la policía propuso distintos textos a través de Mauricio. Al final, la primera semana de enero de 2013 había un texto consensuado: No podemos afirmar que 'Luis el cabrón' sea Bárcenas (era lo básico). En esos días aparece mi cuenta en Suiza y la policía varía su escrito y se desdice”.
En octubre de 2012, Suiza todavía no había enviado a España la información sobre las cuentas ocultas del extesorero del PP en territorio helvético. La principal preocupación del exsenador era conseguir que su esposa, también imputada en la causa, quedara fuera de las investigaciones. Pero no lo consiguió. Un mes antes de esta fecha, un nuevo informe de la UDEF ponía a Rosalía Iglesias en el foco de las pesquisas por la supuesta venta de unos cuadros a una marchante de arte argentina. La intermediaria reconoció después ante la Audiencia Nacional que el contrato y la transacción eran ficticias, realizadas con el único objetivo de justificar la transferencia de casi medio millón de euros desde Uruguay a España.
Fue en enero de 2013 cuando la Audiencia Nacional tuvo conocimiento de las seis cuentas que Bárcenas escondía en Suiza. Desde la reunión con sus abogados en el Milford, no hubo más contacto de los funcionarios con el entorno del extesorero.
Sexto párrafo
“(Hay correos y mensajes míos con Mauricio, María González Pico y Jorge Fernández)”.
Como despedida, Luis Bárcenas deja un nuevo mensaje entre paréntesis; un aviso a navegantes que el juez no consideró importante. Dos años después de este escrito, no hay cuerpo policial, fiscal o institución judicial alguna que haya solicitado al extesorero copia de estas pruebas.