Ciudadanos ha celebrado en Aragón al menos cuatro elecciones o recogida de avales en 2015 que presentan irregularidades: los avales y las primarias para la candidatura a las Cortes de Aragón, las primarias para el Ayuntamiento de Zaragoza y las primarias para el Congreso. Los indicios denotan la facilidad con la que se pueden dirigir elecciones donde votan unas docenas de personas.
Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, quiere imponer primarias obligatorias como condición a otros partidos para pactos postelectorales. El modelo de primarias implica aceptar una disidencia interna que por ahora no ha permitido Ciudadanos, al menos en Aragón. Las preferencias de la ejecutiva nacional y la coordinadora local han triunfado de un modo aplastante primaria tras primaria.
La información a la que he tenido acceso procede de entrevistas y charlas con 19 afiliados y ex afiliados del partido en Aragón. Sólo cuatro han aceptado aparecer con su nombre en este reportaje. Los afiliados que han preferido el anonimato lo han hecho por dos motivos: temor a quedar como traidores con el aparato y temor a hipotéticas represalias verbales (una persona dijo por ejemplo que su hijo tenía en la universidad un profesor cercano al aparato). La información de las irregularidades la conoce sin embargo la dirección del partido desde abril, cuando un grupo de afiliados locales lo denunció con un informe. Ese documento se envió a todos los cargos nacionales del partido en Barcelona y a la prensa local. Fran Hervías, secretario de organización de Ciudadanos, admite que lo recibió. Ningún medio se hizo eco.
Ciudadanos destituyó al coordinador anterior en Aragón, Orlando Suárez, en octubre de 2014. Desde la sede central de Barcelona se nombró una nueva junta gestora de cuatro miembros. La coordinadora escogida fue Susana Gaspar, que llevaba unas semanas de afiliada. “Me quejaba, di un poco de guerra y quizá por eso me escogieron”, dice. Gaspar es sobrina de Fernando Coca Gaspar, un célebre constructor aragonés que veranea cerca de Carmen de Rivera, diputada de Ciudadanos en el Parlament catalán desde 2009. “Eso no tiene nada que ver con esto”, dice Gaspar. Chusi Coca, hija de Fernando, trabaja también en comunicación del partido en Zaragoza. Según Hervías, optó por Gaspar porque la conoció “en una reunión de la agrupación en Aragón”. La recomendación de Carmen de Rivera no existió, dice Hervías.
Gaspar fue elegida luego candidata a la presidencia de Aragón. “Es normal que se presentara y ganara porque es la que todos en Aragón conocen porque se ha movido más”, dice Hervías. En esa junta gestora estaba también Rodrigo Gómez, hoy candidato al Congreso por Zaragoza. Gaspar es también ahora miembro de la ejecutiva nacional de Ciudadanos.
La lista de emails sospechosos
La junta saliente de Orlando Suárez envió en octubre de 2014 un documento a Barcelona con una lista de 31 nuevos afiliados al partido. 28 de esos 31 tenían asignada la misma dirección de correo electrónico, vinculada a José Luis Juste. De los otros tres, miembros de una misma familia, uno tenía asignado el número de móvil de Juste. He llamado a diez de esos presuntos afiliados: ocho no han respondido y los dos que lo han hecho han dicho que nunca habían sido afiliados de un partido. Susana Gaspar, coordinadora de Ciudadanos, me ha dicho: “Esa lista es un excel que alguien ha sacado, pero no sabemos de dónde”. Hervías no recuerda haber visto la denuncia con la lista.
Juste es hoy diputado en las Cortes de Aragón por Ciudadanos. No era en octubre de 2014 un militante reciente de Ciudadanos en Aragón. Llevaba desde “principios de 2013 afiliado”, según dice.
Juste no quiso aclarar por teléfono nada sobre las direcciones: “Solo contestaré a eso en persona”, me dijo. En enero de 2013, Juste era vicepresidente en una comisión “para profundizar en el aragonesismo” de otro partido, el Partido Aragonés Regionalista (PAR). Ciudadanos parece dar menos importancia al nacionalismo o regionalismo de sus cargos públicos en comunidades fuera de Cataluña. De hecho, según Hervías, “el PAR tiene posturas que no están dentro del ideario de Ciudadanos”. Hervías explica que por ese motivo evitó un desembarco masivo de ex altos cargos del PAR en Ciudadanos: “No se aceptó a medio centenar de afiliados procedentes del PAR porque habían ocupado cargos de dirección o habían sido concejales”.
El censo de afiliados a Ciudadanos creció rápido en Aragón entre 2014 y principios de 2015: de poco más de 200 se pasó a 600. La mayoría de las votaciones de primarias en Ciudadanos se hacen por internet y se ganan por un puñado de votos. Las afiliaciones en masa son un sencillo modo de controlarlas.
Hay al menos tres modos de lograr ese objetivo. El primero es afiliar a amigos. Es la única admisible: “Si hay gente espabilada que da de alta a un grupo de amigos, pues es muy complicado de controlar”, dice Hervías. El segundo método es inflar la militancia con personas reales que no saben que están afiliadas, como la lista de emails vinculada al email de Juste. Ciudadanos dice que eso no es posible porque su sistema detecta si hay emails o cuentas bancarias iguales. De hecho, ya ha ocurrido: “En Extremadura expulsamos a 67 personas así. Consideramos que hay una intrusión, un desembarco masivo”. Si Hervías no recuerda el caso aragonés, es que no existió o no lo ejecutó.
Habría sin embargo un modo más sencillo de evitar estos “desembarcos”: pedir a los nuevos afiliados una fotocopia del DNI o el DNI electrónico. Al contrario que PP y PSOE, Ciudadanos no pide esos requisitos en su formulario.
La tercera forma de controlar las primarias es inventarse afiliados. “¿Puede afiliarse alguien con identidad falsa? Puede ser. No pongo la mano en el fuego por nadie. Pero dudo mucho que haya 100 personas con identidades falsas en Aragón. Me parece imposible”, dice Hervías.
Sin la exigencia del DNI, afiliarse con una identidad falsa es sencillo con un email y una cuenta bancaria (aunque el sistema detecta más de dos cuentas bancarias iguales).
Si ocurrió algo extraño en Aragón, Hervías apuesta por la afiliación por afinidad: “Que haya personas que se han ido afiliando por amistad con otros que ya lo son es normal. Es sentido común. No veo el tema”, concluye.
Los indicios de que alguna de estas variantes ocurriera en Aragón son extraordinarios. El más evidente es la lista de afiliados que no lo eran en realidad. El segundo es el raro comportamiento electoral de las primarias. La polémica aragonesa afecta sobre todo a la provincia de Zaragoza. Los procesos en Huesca -que tiene menos impacto y menos cargos públicos- han sido menos oscuros.
El candidato al Congreso por Huesca es Jesús Tejada, que en una provincia con tres diputados apenas tiene opciones. En Zaragoza conocen a Tejada con dos motes apócrifos: “Jesús y los 12 apóstoles” por su pureza política y “Matusalén” por su edad.
¿Dónde están los afiliados?
El 21 de febrero hubo una Asamblea en el Centro Cívico Río Ebro de Zaragoza. Según la nota de prensa oficial, asistieron “130 afiliados y simpatizantes”. El 2 de marzo los afiliados recibieron un correo donde se anunciaba el inicio del proceso de avales para las autonómicas. Allí supieron el censo aragonés en ese momento: los precandidatos necesitaban 60 avales: es decir, un 10% de los afiliados. Había en Aragón por tanto en ese momento 600 afiliados; sólo un 20% fue a la Asamblea.
Estas reuniones y otras menores son un buen método, según Hervías, para conocer a los nuevos afiliados: “Cuando te afilias, el coordinador te llama y queda contigo. Tomáis un café. Siempre que se afilia alguien, se le convoca a las reuniones. Cuando te llaman, debes responder de forma física”.
No fue el caso de Juanma Castell, que se afilió en marzo de 2015: “Nadie me dijo nada al afiliarme”, dice. Castell descubrió la nueva sede y tuvo que ir un par de veces hasta que encontró a alguien. Sólo a través de Twitter entró en contacto con otros afiliados, al margen de la dirección. Otro afiliado de febrero de 2015, Manuel Baraza, cuenta un caso similar.
El 24 de mayo, el día de las elecciones autonómicas, hubo en Zaragoza 83 personas que fueron interventores y apoderados. Es un número más similar a los participantes en la Asamblea (si contamos la gente que no pudo ir) que a los presuntos más de 600 afiliados del partido. En octubre de 2015, un grupo de afiliados pidió una auditoría del censo de afiliados a la Comisión de Garantías en Barcelona.
Según el punto 11 del artículo 3.15 de los estatutos del partido, el presidente de esa comisión no puede ser un cargo público del partido. Y si quiere presentarse, debe renunciar antes a ese puesto. Hoy el presidente de esa comisión es Jesús Galiano, diputado en el Parlament de Cataluña. Es decir, no debería presidir la Comisión de Garantías según los estatutos del partido.
A pesar de esta escasez de apoderados y de participación real en la Asamblea, en un mensaje de WhatsApp, la coordinadora Susana Gaspar anunció antes del cierre que tenía 400 avales.
Al día siguiente, Alberto Casañal, director de la campaña y también miembro del PAR en años previos, había anunciado en el comité electoral del partido esa misma cifra. A pesar de que lo dijo, Casañal no lo recuerda, pero Gaspar sí. También confirman esa cifra dos miembros del comité: Santiago Oñate y Daniel Luna. Casi el 70% de afiliados se habría tomado la molestia de entrar en la zona, imprimir el formulario y mandarlo rellenado.
No era una cifra real, dice Gaspar: “Cuando tienes a gente que te está tocando las narices, puedo decir lo que me dé la gana para hacer una demostración de fuerza. Hubo gente que ponía en duda si habíamos recibido los avales suficientes. El día en que se cerraron los avales dimos una cifra hinchada: se han obtenido tropecientos, sin saber exactamente el número”.
Era una cifra exagerada: los números oficiales la redujeron a 224, de los que eran válidos 211. Ningún otro precandidato obtuvo los avales necesarios.
Unas primarias búlgaras
Las siguientes primarias que se celebraron fueron las que eligieron a los candidatos al Ayuntamiento de Zaragoza y a los puestos dos a cinco de la lista para las Cortes de Aragón. José Luis Juste fue elegido número tres para las Cortes y Alberto Casañal, número dos para el Ayuntamiento. La número tres para el Ayuntamiento era Sara Fernández Escuer, que también fue miembro del PAR y que coincidió con Casañal en la junta directiva del club náutico de Zaragoza.
A las primarias de Ciudadanos sólo pueden presentarse afiliados con más de seis meses de antigüedad. En las autonómicas y las municipales, siete de los ocho que salieron llevaban menos tiempo en el partido. Los estatutos prevén que la ejecutiva conceda permisos especiales a determinados candidatos en circunstancias especiales. Esos permisos se concedieron a casi todos los representantes públicos del partido en Aragón.
Desde la ejecutiva no lo ven tan raro: “Nosotros tenemos candidatos oficiales del partido. Los miembros del comité ejecutivo que ganó un Congreso dirigimos el partido y tenemos nuestras preferencias a la hora de crear un equipo en cada lugar. Lo que hacemos es apoyar a los candidatos oficiales. Es democrático y ético”, dice el secretario de organización, Fran Hervías.
En los resultados de estas primarias hay otros dos detalles anómalos. El primero es la participación: el porcentaje fue de 79% en las municipales y un 71% en las autonómicas. En las primarias de Madrid, por ejemplo, la participación fue de un 36%.
La diferencia entre los cuatro vencedores para los puestos dos y cinco en ambas primarias y el resto de candidatos es abismal. Los ganadores en el Ayuntamiento sacan entre 177 y 197 votos. Ninguno de los otros candidatos obtiene más de 36. Los vencedores para las Cortes logran entre 185 y 217. Ninguno de los otros candidatos obtiene más de 45 votos. La diferencia en ambas primarias entre los dos extremos de los grupos es 141 y 140 votos.
En las primarias para el Congreso que se celebraron en julio, los precandidatos por Zaragoza necesitaban 78 avales: un 10% por ciento de 780. La cifra indica que en apenas tres meses el partido duplicó el número de afiliados de la provincia, que eran 380 en las primarias autonómicas. Hoy, según Casañal, en la provincia ya hay unos 900 afiliados.
Como en el caso de Gaspar, Rodrigo Gómez fue el único en lograr los avales. Zaragoza reparte siete escaños en las elecciones generales. Antes del verano, era aún improbable que Ciudadanos pasara de uno: según el modelo de predicción de Kiko Llaneras, hoy el segundo de Zaragoza tiene un 48% de probabilidad y el primero de Huesca, un 43%.
El control de los candidatos del dos al cinco no era tan exigente cuando se celebraron las primarias. Sólo los candidatos dos y tres son cercanos al grupo que controla el partido en Aragón: Lorenzo Sancho y Sheila Lahilla. En estas elecciones, sólo participó el 18% del censo en la provincia de Zaragoza.
Casañal y Gaspar achacan la caída increíble de participación a la reducción de interés por el partido entre los afiliados: “Ya no estás al inicio del partido cuando había mucha gente con ganas de participar y además pilla en julio, en verano. Intuyo que será por eso”, dice la coordinadora Susana Gaspar. Casañal tiene una teoría similar: “Hemos pasado dos etapas en los 9-10 meses de partido. La gente estaba por lanzar este proyecto y una vez lanzado baja el ánimo participativo”.
Las sospechas son mucho más sencillas. En las municipales y autonómicas, la necesidad de imponerse en todos los puestos era mayor. En abril el aparato del partido iba sin freno. Después de esas elecciones, desde Barcelona impusieron un certificado de la Casa de Moneda y Timbre que vigila que cada persona vote solo una vez.
Había habido quejas en otros lugares por motivos similares: Ibiza, Pontevedra, Castellón, Málaga, Granada. En Aragón, el riesgo de ser detectados en julio era mayor y la necesidad de imponerse era menor: no había que llenar todos los puestos porque sólo iba a salir el primero.
En una conversación con el afiliado Manuel Baraza, uno de los dirigentes del partido le dijo que todo este proceso oscuro era un mal necesario. El fin aparente era afianzar el partido a cambio de cargos sin hacer un ruido que pudiera molestar al mensaje nacional que dirige Rivera. Un partido que fomenta las primarias como método de participación sabe que son una herramienta que valora la disensión. El partido no prevé la libertad de voto en su grupo en el próximo Congreso de los Diputados. Es un reto difícil de encajar con un partido donde las primarias son obligatorias.