Los 62 diputados que consiguió Artur Mas el 27 de septiembre no le han servido de mucho. Aquella noche electoral el hoy presidente en funciones de Cataluña quedó preso de un partido que este domingo ha decidido rechazar su investidura. La CUP ha seguido fiel a su guion y no ha traicionado su promesa electoral.
Durante estos tres meses, el futuro de Mas ha dependido de los 10 diputados de la CUP que Junts Pel Sí necesitaba para poder gobernar. En estos casi 100 días Mas ha vivido un vía crucis, con constantes intentos por halagar al partido antisistema. Ese calvario se puede resumir en estos doce hitos.
1. El 27-S: los soberanistas no suman
El 27 de septiembre, el independentismo ganó en escaños, pero Mas perdió su plesbicito: JxS se quedó a seis escaños de los 68 de la mayoría absoluta. Fue una victoria amarga.
El verdadero 'ganador' de aquellos comicios fue la CUP. Su papel resultaba fundamental para formar un gobierno que continuara con el 'procés'. Mas quedaba en manos de los 10 diputados de la formación antisistema para poder repetir como president.
Junto a la CUP, hubo otro partido que triunfó aquella noche. Ciudadanos se hizo con 25 escaños -segunda fuerza- y casi triplicó los parlamentarios de 2012. Los de Albert Rivera asumirían en el Parlament el cometido de liderar la oposición al soberanismo.
Inés Arrimadas instó ese día a Mas a dimitir. “Artur Mas sólo puede hacer una cosa y es dimitir e irse a su casa. Dimitir, dimitir y dimitir”, dijo en la sede del partido naranja en Barcelona. La candidata de C's sólo contemplaba un escenario: "Pedimos unas nuevas elecciones, unas nuevas elecciones en las que los catalanes elijan a partidos y programas para gobernar el futuro de los siete millones y medio de catalanes".
2. Mas declara en el TSJC
El 15 de octubre, Mas declaraba ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por desobediencia al Constitucional. La convocatoria judicial coincidió con el 75 aniversario del fusilamiento del expresidente Lluís Companys, y Mas no dudó utilizó aquella casualidad para enardecer la mitología independentista.
Hasta 400 alcaldes de municipios catalanes arroparon al presidente de la Generalitat a su llegada al Palacio de Justicia para testificar como imputado. Aunque ante el juez echó balones fuera, en la calle se vendió como un héroe y se declaró “único responsable del 9-N”. ¿Su objetivo? Salir reforzado como líder independentista y redoblar la presión sobre la CUP.
3. Mas en la Diputación Permanente por el 3%
El 23 de octubre, Mas comparecía a petición propia ante la Diputación Permanente del Parlament para dar explicaciones sobre la trama de corrupción del 3% que asola su partido. Hizo una defensa cerrada del sistema de contratación pública para disipar sospechas sobre los cobros de comisiones por adjudicaciones que investiga la Guardia Civil en el marco del caso 3%.
Fue la segunda vez que Mas se vio obligado a rendir cuentas en apenas dos meses. No en vano, ya tuvo que hacerlo a principios de septiembre después de los registros practicados por la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción en la sede de CDC.
4. La declaración de Forcadell
El 26 de octubre, la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana Carme Forcadell era elegida presidenta del Parlament. Durante su discurso de inauguración, de marcado tono independentista, no dudó en subrayar el “carácter excepcional” de la nueva legislatura. “Cerramos la etapa autonómica, desde ahora mismo empieza un Parlament soberano que quiere representar a un pueblo libre”, declaró la número dos de la lista de CDC y ERC.
Sus palabras polarizaron la cámara y prefiguraban un nuevo tiempo político convulso. Forcadell finalizó su intervención afirmando que se iniciaba el “proceso constituyente” y con un “viva la democracia, viva el pueblo soberano y viva la república catalana”.
5. El Govern, dividido sobre la "desconexión"
El 30 de octubre, La Vanguardia publicaba que varios consellers trasladaban a Mas su discrepancia con la resolución para iniciar “solemnemente” el proceso hacia la independencia pactada por JxS y la CUP. Según el citado periódico, Andreu Mas-Colell, Jordi Jané o Santi Vila mostraron su disconformidad con el contenido del texto por plantear abiertamente la desobediencia a las instituciones.
De hecho, Mas-Colell fue el único miembro del Ejecutivo en funciones que evitó aplaudir cuando el Parlament aprobó la resolución sobre la desconexión con España el 9 de noviembre.
6. La oferta social de Mas
En distintos intentos por seducir a las bases de la CUP, la coalición de Junts Pel Sí presentó una propuesta con 35 medidas sociales. Paralizar el macrocomplejo hotelero del BCN World o aprobar un salario mínimo y una renta mínima de inserción de 1.000 euros eran algunas de las iniciativas.
La CUP no vio con buenos ojos aquel “plan de choque” de Mas: lo tildó de “insuficiente”. Las cesiones de Mas no sirvieron para desbloquear su investidura.
7. Inés Arrimadas y Anna Gabriel
Dos de las principales rivales políticas de Artur Mas en el Parlament son mujeres. Se trata de Inés Arrimadas, de Ciudadanos, y Anna Gabriel, de la CUP.
Dos estrellas emergentes a las que resulta difícil buscar parecidos, ni ideológicos ni de estética. Pero hay algo que les une: su discurso contra Mas. “Yo también quiero independizarme de la corrupción”, le dijo Arrimadas a Mas durante el debate de investidura.
8. El “vuelva el jueves” y el “no tranquilo” de Baños
El jefe de filas de la CUP ya había reiterado en varias ocasiones que no respaldaría a Mas. Durante el primer debate de investidura, celebrado el martes 10 de noviembre, Antonio Baños, parafraseando una pancarta del 15-M -Si te sientes imprescindible, ve a casa y vuelve mañana-, emplazó a Mas a volver el jueves.
Ese jueves 12 de noviembre la respuesta de la CUP también fue negativa. “Es un no tranquilo, con la mano extendida para seguir hablando”, dijo Baños. “Preferiría un sí intranquilo”, le respondió Mas, amenazando a la CUP con convocar nuevas elecciones.
9. La CUP se reúne en Manresa
El 29 de noviembre, el partido asambleario se reunió en un pabellón de Manresa para debatir si investir o no a Mas. Fue el enésimo portazo a Mas. Entonces, los militantes de la CUP acordaron seguir negociando para encontrar una persona alternativa a Mas. Pero Mas no parecía rendirse.
10. El desastre del 20-D para Mas
El equipo de Artur Mas experimentó un batacazo importante en las elecciones generales. Convergència, que se presentó con el nombre de Democràcia i Llibertat (DL) logró 8 escaños. Perdió la mitad de sus 16 escaños, si bien 6 correspondían a Unió.
Los vencedores del 20-D en Cataluña fueron Pablo Iglesias y Ada Colau, con su marca electoral En Comú Podem. En suma, duro castigo para el president en funciones y retroceso del independentismo, que sumaron poco más del 30% (ERC y DL).
11. El empate imposible en Sabadell
1.515 a favor de apoyar a Mas y 1.515 partidarios de rechazar su investidura. La división en la asamblea de la CUP en Sabadell el 27 de diciembre fue máxima. Tras un debate intenso y una votación de infarto que se extendió durante toda la jornada, las bases de la CUP estiraban todavía más la agonía de Mas y el desgobierno catalán.
12. El desenlace
El no acuerdo de la CUP el pasado domingo elevaba la decisión a la cúpula del partido antisistema. El Consejo Político, integrado por 68 dirigentes, ha decidido por 36 votos contra 30 que sus 10 diputados se abstengan.
Esta negativa supone el no definitivo a Artur Mas, pero no a Junts Pel Sí. Gabriella Serra, diputada de la CUP, ha pedido a la lista unitaria que mueva ficha y presente otro candidato para tener presidente antes del 9 de enero, fecha límite para la investidura según el Estatut.