El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha visitado al contingente español desplegado en Mogadiscio, capital de Somalia. El viaje, que se ha mantenido en secreto por motivos de seguridad, se enmarca dentro de la ronda de visitas que el ministro viene realizando en los últimos meses a las tropas destinadas en misiones internacionales, a las que está agradeciendo su esfuerzo antes del término de la legislatura.
Los trece efectivos españoles desplegados en Mogadiscio forman parte de la misión internacional EUTM-Somalia, puesta en marcha por la Unión Europea para adiestrar a las tropas somalíes en la lucha contra el terrorismo y la piratería. Además, otros dos oficiales de las Fuerzas Armadas -uno, en Nairobi; el otro, en Bruselas- completan el operativo que forman esta misión.
Pedro Morenés, que ha aterrizado en Somalia a las 13.10, hora local (11.10, hora española) se ha entrevistado con el jefe de la operación, el general italiano Antonio Maggi, y con el coronel jefe del contingente, César Sáinz de Santamaría. Acto seguido se ha reunido con los efectivos españoles, a los que les ha agradecido su trabajo en el operativo.
Esta es la segunda visita que Morenés realiza a Mogadiscio, después de que el 6 de mayo de 2015 aterrizase por primera vez en la capital somalí. El avión militar en el que ha volado el ministro, procedente de Yibuti, lo ha hecho en vuelo táctico: no volaba a gran altitud para no ser detectado, por motivos de seguridad.
Un foco yihadista y de piratería
La situación que se vive en Mogadiscio es una de las más inestables del mundo, con un Estado fallido y la presencia creciente de los yihadistas. El grupo terrorista Al Shabaab, que ha jurado fidelidad a Al Qaeda, ha extendido sus tentáculos aprovechando el vacío de poder en el que está sumido el país. Se calcula que casi 14.000 personas, de un modo directo o indirecto, colaboran con la organización.
Además, Somalia actuaba como foco de actuación de la piratería. Hace una década, los delincuentes actuaban casi con impunidad en el Cuerno de África, hasta que el incipiente Gobierno somalí pidió ayuda a la comunidad internacional, que tomó cartas en el asunto. El grueso de la piratería, aunque todavía presente en la región, ha desaparecido o se ha reconvertido en las filas de Al Shabaab.