De momento es solo una hipótesis, pero va cobrando más y más fuerza con el paso de los días. La negativa de PP, PSOE y Ciudadanos a que los socios territoriales de Podemos tengan grupos propios en el Congreso de los Diputados está complicando sobremanera que se reediten sus alianzas con el partido liderado por Pablo Iglesias en caso de que se repitan las elecciones generales. Hasta ahora, Barcelona en Comú, Compromís y las Mareas critican a otros partidos por este bloqueo, pero entre bambalinas no esconden su descontento con Podemos.
No cabe duda de que las confluencias de En Comú Podem (Cataluña), Compromís-Es el moment (Valencia) y En Marea (Galicia) funcionaron en las urnas. En las tres comunidades autónomas Podemos y sus socios cosecharon resultados que superaron las expectativas previas. Sin embargo, su aterrizaje en el Congreso no está siendo como esperaban, ni mucho menos. Los acuerdos entre Podemos y estas formaciones lideradas por Ada Colau, Mónica Oltra y Xosé Manuel Beiras se sustentaron en una base fundamental: cada una de las candidaturas tendría grupo propio en el Parlamento.
Acuerdo imposible de cumplir
Aquella promesa de Podemos a sus aliados se está revelando imposible. Carolina Bescansa ha sido la representante las negociaciones para formar la Mesa del Congreso. En todas sus reuniones con PSOE y Ciudadanos se ha encontrado con un muro insalvable. El reglamento de la Cámara es interpretable por los nueve miembros que conforman la Mesa, pero tanto las dos formaciones citadas como el PP han dejado claro públicamente que no están por la labor de que Podemos y sus socios dispongan de cuatro voces diferentes en los debates parlamentarios. Parece evidente, por tanto, que no habrá forma de que los diputados de “las fuerzas del cambio” -así los califica siempre Iglesias- se repartan en cuatro grupos.
En estos primeros días de la XI Legislatura ha quedado al descubierto que los socios territoriales de Podemos no están contentos. Poco a poco va creciendo su descontento por no poder cristalizar en los escaños sus voces diferenciadas. Y, aunque culpan sobre todo al PSOE de la situación, están empezando a reflexionar sobre la conveniencia o no de concurrir de nuevo con Podemos a las urnas en caso de que se celebren otras elecciones generales. Es precisamente en Cataluña, entre los miembros de Barcelona en Comú, donde empieza a haber más dudas sobre si sería positivo o no reeditar un pacto similar al de las elecciones del 20 de diciembre. No puede olvidarse que la formación liderada por Colau toma sus decisiones de forma asamblearia y colegiada, de forma que se respetan los tiempos propios. Sin ir más lejos, hace unos días, antes de que hubiera acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP, se especulaba con nuevos comicios en Cataluña; cuando el propio Iglesias dio por hecho que la coalición se reeditaría allí, la formación salió al paso para desmentir esa opción .
Para colmo, hasta ahora las diferentes soluciones que ha ofrecido Podemos no convencen a sus aliados. Iglesias ha apostado por la creación de un grupo único, tildado de “confederal”, que englobe a los 69 diputados de las cuatro candidaturas. Desde Compromís ya han apuntado la posibilidad de que parte de sus diputados se sumen a los dos representantes de Unidad Popular/Izquierda Unida para intentar formar otro grupo propio, lo que supondría una ruptura entre los candidatos que acudieron a las urnas en una misma lista.
La tensión entre Podemos y sus socios todavía no ha estallado, pero ha habido momentos cuanto menos controvertidos
La tensión entre Podemos y sus socios todavía no ha estallado, pero ha habido momentos cuanto menos controvertidos. Esta misma semana a Pablo Iglesias le preguntaron en repetidas ocasiones durante una rueda de prensa si era capaz de decir cuántos diputados tiene Podemos, los 69 que suma con todos sus socios, los 42 que se contabilizan sin ellos u otra cifra diferente. El silencio fue su respuesta.
Ataques al PSOE
Eso sí, por ahora los miembros de estas confluencias se están dedicando a mostrar su unidad con Iglesias y a lanzar furibundos ataques contra una misma diana: el PSOE. Los partidos de Colau, Oltra o Beiras consideran que el partido encabezado por Pedro Sánchez es el gran culpable de que ellos se queden sin grupo propio en el Parlamento. Especialmente virulentos están siendo los ataques de Ada Colau contra los socialistas.
Este mismo viernes Colau acusaba al PSOE de “traicionar a sus votantes” y “pactar” con el PP y Convergència, mientras le reprochaba que “con nosotros (En Comú Podem), que somos el cambio, no quieren hablar ni de que tengamos un grupo propio (en el Congreso) a pesar de que ganamos las elecciones” en Cataluña. Tanto en declaraciones a la Cadena Ser como en su página de Facebook, Ada Colau afirmaba que está “sorprendida y decepcionada por la actitud de los socialistas” e indicaba que no se esperaba una cosa así pues el PSOE manifestó que “quería ser la fuerza del cambio para echar al PP”.