A Miguel Vila comenzaron a decirle que tenía que acudir al Congreso de los Diputados "con el pelo recogido". Después, "con pantalón de pinzas". Más adelante, "con zapatos, con camisa…" Fue durante su etapa como operador de cámara del servicio audiovisual de la casa, donde trabajó entre 2009 y 2014. Las advertencias comenzaron cuando fue identificado como uno de los responsables del comité de empresa que había logrado organizar a los trabajadores.
"Hay una situación de precariedad laboral entre los subcontratados de esta cámara: camareros, televisión, limpieza…", explica en una suntuosa sala en la que ahora se sienta como diputado por Burgos. "Entré en septiembre de 2009 con un salario muy bajo que no llegaba a los 900 euros. Los había que cobraban menos del salario mínimo", explica. Nueve meses después, se presentó a las elecciones sindicales y tras ser elegido decidió dar "la primera batalla" por "la igualdad de salarios". "De los 10 operadores que éramos, cinco cobraban menos de 600 euros y otros cinco 800 y pico por un trabajo a tiempo completo, distribución irregular y disponibilidad", lamenta.
Ahí comenzaron los toques de atención. "Empezaron a presionarme por mi manera de vestir y aspecto físico", explica. Decidió demandar a la empresa y meses más tarde, a cambio de retirar su denuncia, sus compañeros pasaron a cobrar los complementos que les correspondían, siempre según versión. Fue una pequeña gran victoria como ciudadano anómimo. Ahora aspira a lograr otras como legislador.
Hoy, Vila tiene 31 años y se pasea por la cámara con un jersey, una camiseta que sobresale, unos vaqueros y unas deportivas New Balance. Es él el que enseña al personal de Podemos, nuevo en la cámara, los atajos de la casa y dónde están los baños, entre sonrisas curiosas de bedeles y ujieres.
En política comenzó con el "No a la guerra", en 2003, un movimiento capitalizado por el PSOE, partido del que se distancia. "No creía que el PSOE fuese una herramienta para el cambio y no les voté, aunque sí me alegré de que el PP de Aznar y la guerra perdiera las elecciones, claro", reconoce.
En 2011 acudía cada tarde del Congreso a la Puerta del Sol para mezclarse entre los participantes en el 15M. Entonces votó a Izquierda Unida. Aunque estuvo en Izquierda Anticapitalista, el partido del que forma parte Teresa Rodríguez, dirigente andaluza de Podemos, pronto se dio cuenta de que era la formación de Pablo Iglesias la que mejor podía servir al "cambio" y a la "ciudadanía", dos palabras que usa continuamente.
Del "No a la guerra" capitalizado por el PSOE a Podemos. ¿Ese viaje lo ha hecho mucha gente?
El PSOE dejó de ser una alternativa de cambio hace algo más de 10 años. Es verdad que con el movimiento del "No a la guerra" se posicionó en contra, pero el problema es que el PSOE dice unas cosas en campaña y hace otras al llegar al Gobierno. También pasa en el Parlamento Europeo, donde votan en el 80% de los casos con el PP. El PSOE ya no es una herramienta del cambio político porque cuando está en el Gobierno hace la política que beneficia a la minoría de privilegiados. Desde que nació Podemos se ha producido un trasvase muy importante de votantes del PSOE que son socialistas honestos que creen que es necesario un cambio político. Y creo que va a seguir produciéndose porque el PSOE sigue haciendo lo mismo.
¿Cree que se puede llegar a algún entendimiento con el PP?
Vamos a trabajar para que el PP no vuelva a gobernar. Esta legislatura ha sido perdida en términos sociales y sus políticas han colocado a España a la cabeza de las desigualdades en la UE. El PSOE lo que tiene que hacer es decidir si apuesta por el cambio real o por la continuidad. De momento, en la Mesa del Congreso le han regalado la mayoría al PP.
¿En alguna reforma de las importantes que necesita el país en los próximos años pueden ponerse de acuerdo con el PP?
Tenemos la mano tendida a todo el mundo. Con el PP creo que será más difícil que con otros porque ha mostrado que no comparte ninguna de las cosas que Podemos defiende ni en materia social, ni económica, ni de regeneración política.
Ahora mismo el Congreso se parece bastante más a las calles y las plazas y las va a representar mejor que antes.
¿Dónde estaba cuando el 15M?
Trabajando aquí. Lo viví con mucha ilusión. Al principio hasta con incredulidad, porque no había muchos movimientos de ese tipo, sólo algunas asambleas pequeñas. Supuso un revulsivo democrático para este país. La gente decidió dar un paso adelante. Salimos a las plazas y descubrimos que teníamos un análisis similar sobre cómo habíamos llegado hasta aquí y quién nos había traído. Fui todos los días.
¿Con Podemos en el Congreso se cierra una etapa de vacío representativo?
Se cierra un ciclo político que comienza en 2011, cuando la clase política se aleja de la ciudadanía y ésta no se siente representada. Ahora se abre un nuevo ciclo que tiene que ser necesariamente de cambio. Tiene que poner por delante las necesidades de la mayoría y revertir la situación de emergencia social a la que nos han traído las políticas principalmente del PP. Ahora mismo el Congreso se parece bastante más a las calles y las plazas y las va a representar mejor que antes.
¿El 15M no sería necesario hoy, entonces? ¿Es Podemos su heredero?
El 15M ha impregnado la política española y ha forzado muchos cambios en las praxis políticas de los partidos tradicionales. No es que seamos herederos del 15M, pero sí traemos las prácticas que hemos aprendido en las calles y en las plazas.
Aquí he aprendido una cosa: cómo no se debe hacer política, que es de espaldas a la ciudadanía
¿Cómo es esta cámara?
Aquí he aprendido una cosa: cómo no se debe hacer política, que es de espaldas a la ciudadanía. Esta cámara estaba bunkerizada. El ciudadano no tenía acceso y la distancia entre los representantes públicos era palpable y patente. Cualquiera que hubiese trabajado aquí en la posición en la que yo estaba podría haberlo visto. Eran sordos y ciegos a cualquier demanda social y lo trataban como algo marginal y de perroflautas.
Pero el PP tuvo una mayoría absoluta en 2011 y en 2015 es el partido más votado. El PSOE tiene más de cinco millones de votos y más apoyos que Podemos. Alguien les votaría y ellos eran representantes legítimos.
No he dicho que fuesen ilegítimos. A partir de 2011, en vez de satisfacer las demandas de la calle, lo que hicieron fue ridiculizar a todos los que las proponíamos. Una prueba de ello es la reforma del artículo 135 de la Constitución, que hicieron en una tarde de agosto. Me tocó trabajar ese día y les vi aplaudir a todos, tanto los del PSOE como los del PP.
Vila es ahora diputado por Burgos, pero es de Madrid, donde ha vivido toda su vida, primero en el barrio del Pilar y desde hace "ocho o 10 años" en Lavapiés, donde nació Podemos. Tiene las prioridades de Burgos aprendidas: el tren de mercancías, evitar que la AP1 siga siendo privada, la oposición al fracking y una nueva Política Agraria Común, aunque eso se decida en Bruselas. No conocía antes Burgos más que de paso, pero se pasó allí "dos meses" antes de las elecciones y le encanta la imponente plaza de la catedral.
¿Cuáles son sus referentes políticos?
Pablo Iglesias, obviamente [ríe]. En el tiempo que he estado aquí, un buen parlamentario me ha parecido [Gaspar] Llamazares. Era un buen orador.
Considerará una pena que no esté en Podemos.
Bueno… sí. Falta mucha gente para el cambio que esperamos que se sume.
¿Puede haber cambio político en España sin que el PSOE y Podemos se pongan de acuerdo?
Creo que sí, pero para eso tenemos que trabajar incansablemente en nuestra prioridad política: la agenda social y la Ley 25. El PSOE ha dicho que comparte nuestra agenda social, así que tiene una oportunidad de demostrarlo.
Del PSOE y de Podemos se dice a menudo que sus bases quieren pacto, pero sus dirigentes no. ¿Quiere Podemos que se repitan las elecciones?
Nosotros estamos trabajando por que no haya nuevas elecciones. Hemos puesto sobre la mesa la ley 25, la ley de mínimos. El PSOE ni siguiera se ha sentado a hablar con nosotros.
Para un diputado por Burgos, ¿un referéndum sobre la autodeterminación en Cataluña es más importante que la agenda social?
No. Es más importante la agenda social. Creemos que una consulta es importante, pero tenemos como prioridad política la agenda social.
Es la línea roja del PSOE.
Sí, pero nosotros hemos pedido hablar de la agenda social. Y luego han prestado senadores a ERC y el partido de Artur Mas para que formen grupo. Si esas son sus líneas rojas, me parece curioso.
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