Mientras los actores políticos afrontan una compleja negociación para formar gobierno, el mundo sigue girando. La Transición 2.0 ha dejado, más de un mes después de las elecciones, muchos mensajes de Twitter y WhatsApp, llamadas más o menos largas y mucha incertidumbre. La parálisis del gobierno en funciones y el papel del rey Felipe VI, que lleva más de dos semanas tratando de proponer un candidato a la investidura que acepte el envite, han congelado la acción exterior ante un escenario cambiante.
España se ha encontrado en este proceso con el levantamiento de las sanciones a Irán, que ha obligado a Occidente a reorientar su estrategia en Oriente Próximo, donde Irán y Arabia Saudí pugnan por el liderazgo de la región. Pero la diplomacia española está atada por la situación de transitoriedad. No hay nombramientos hasta que haya gobierno y nadie quiere dar pasos en falso. En estas semanas, el rey ha cancelado un viaje crucial a Arabia Saudí.
Félix Arteaga, experto en seguridad y defensa del Real Instituto Elcano, asegura que Estados Unidos necesita que Irán participe en Siria y se convierta en parte de la solución. Además, sigue pendiente de resolver el conflicto en Yemen, que según Acnur ha provocado casi 300.000 desplazados, y la lucha contra el Estado Islámico. En el lado económico, estos dos países suponen una factura multimillonaria de inversiones. Hace sólo unos días, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo anunció un proyecto iraní para la construcción de una refinería de petróleo en Algeciras.
Podemos, contra Arabia Saudí
En España, las negociaciones para formar gobierno no han impedido a algunos partidos posicionarse. Podemos celebró como una victoria propia la cancelación del viaje del rey a Arabia Saudí. Pablo Iglesias ha sido uno de los líderes más beligerantes con el 'Reino'. Tras los atentados de noviembre en París, dijo en televisión que "España vende armas a Arabia Saudí, que financia a ISIS”. Una semana más tarde, la embajada saudí en Madrid emitió un comunicado de tres páginas para “esclarecer los hechos reales ante estas falsas e irresponsables acusaciones”. Los más suspicaces recuerdan que la cadena Hispan TV, en la que Iglesias presenta su programa de entrevistas Fort Apache, está financiada por Teherán.
La relación con Irán se recupera lentamente tras las sanciones del 2012, que dejaron en el aire buena parte de la intercambio comercial bilateral. Antes de las barreras, el 14% del crudo iraní ‘viajaba’ hacia España. Era el principal destino de sus importaciones en Europa, sólo por detrás de Italia. Alcanzaban los 4.000 millones de euros, frente a los 5.000 del país transalpino. Pero las sanciones pisaron el freno en seco. En 2013, las importaciones españolas se hundieron hasta los 68 millones, según las estadísticas del Icex.
Viajes a Teherán
Ahora, el fin de las sanciones supone un giro de 180 grados. Empresas del sector de la energía, la automoción, constructoras o turísticas, entre otras, han movido ficha. En septiembre, casi medio centenar de empresas viajaron a Teherán acompañadas por los ministros de Industria, Exteriores y Fomento. Algunas, como la agencia de viajes online Destinia, ya han aprovechado el desbloqueo para abrir filial en el país.
Arabia Saudí, que es miembro del G20, es una historia diferente. Allí está el 'paraíso' del petróleo pero, también, el AVE entre la Meca y Jeddah, que están construyendo un consorcio español. Por eso, y porque no hay sanciones, las relaciones comerciales son sustancialmente más altas. En 2013, el último ejercicio con datos publicados, las importaciones desde la península arábiga hacia España alcanzaron los 5.845,08 millones de euros. El 90% de ellas era petróleo.
En cuanto a la alta velocidad, el gran proyecto de España en territorio saudí que debe estar listo en 2017, las empresas concesionarias -entre las que están Renfe, Adif, OHL o Indra- se enfrentan a un problema de sobrecostes y a no cumplir los plazos. Inicialmente, el proyecto estaba valorado en más de 6.700 millones de euros. Esta misma semana se supo que España exportó más armas a Arabia Saudí en los seis primeros meses del 2014 que en todo el 2014. Las ventas alcanzaron los 447 millones de euros entre enero y junio en comparación con los 292,9 millones de euros del año anterior.
Visitar Arabia Saudí
El debate entre la oportunidad y el coste de la relación con Arabia Saudí no es nuevo ante las denuncias de violaciones de los derechos humanos en el país saudita. Pero mientras España decide su futuro, dirigentes de Francia y presidentes como el mexicano, Enrique Peña Nieto, han viajado recientemente a Riad.
El diplomático Bernardino León, hasta hace poco enviado especial de la ONU en Libia, conoce como nadie los entresijos diplomáticos de esa relación. Y asegura que el rey debe visitar el país saudita en cuánto sea posible. "No creo que haya sido una decisión fácil de tomar, pero no tengo la menor duda de que se han estudiado todas las opciones y se ha llegado a la conclusión de que esto era la único que se podía hacer", dice a EL ESPAÑOL. "Es un país fundamental y es un país que sin duda, en cuanto haya una ocasión y tan pronto como sea posible, el rey visitará. Nada ocurre en esa región si no hay una intervención directa o indirecta de Arabia Saudí", añade.
Muchas cosas están cambiando en Arabia Saudí. En lo económico, la posible privatización parcial de su petrolera Aramco sería un negocio de valor incalculable. El país está embarcado en un proceso de apertura, salpicado de episodios polémicos como el de la ejecución del clérigo reformista chií Nimr al Nimr. España busca ahora acomodo en el nuevo tablero: sin el rey Juan Carlos, cuyo impulso personal era decisivo en el reino saudí, y la nueva situación de Irán.
"Más allá de nuestras circunstancias políticas concretas, nuestro interés en política exterior es estar cerca de ellos, cerca de esta región, conocer de primera mano lo que pasa, aportar lo que se pueda aportar y eso se facilita enormemente con una visita real", dice León. "No debemos de olvidar que efectivamente nuestra monarquía, lo hizo el rey Juan Carlos y estoy seguro que lo estará haciendo ya el rey Felipe, es un activo y tenemos que saber utilizar".
La lucha contra el Estado Islámico, la guerra en Siria, la economía y la incorporación paulatina de Irán al tablero internacional anuncian cambios a medio plazo. Arteaga asegura que el peligro de guerra entre ambos es muy bajo, entre otras cosas porque Irán está muy lejos de la capacidad militar de Arabia Saudí. Dos países condenados a entenderse de alguna manera. Una labor que podría facilitar España.
"Si España jugara bien sus cartas podría desde luego hacer ese papel mediador y estaría mejor situado que otros países para poderlo hacerlo", explica León. "Pero eso requiere un trabajo serio, constante, creativo, utilizando todos los medios que tenemos".