Conquistó Extremadura en 2011 y la perdió cuatro años después. José Antonio Monago (Quintana de la Serena, 1966) lidera la oposición al gobierno de Guillermo Fernández Vara que “dice una cosa de Miravete para allá y otra de Miravete para acá” y se pone como ejemplo a seguir en la actual España ingobernable. “Me abstuve para que gobernara la lista más votada”, que fue la del PSOE. Y lanza un mensaje a todo aquel que lo quiera coger: “Hay que tener capacidad de renuncia cuando uno no gana”.
El expresidente de la Junta de Extremadura, que continúa liderando el partido en la región, recibe a EL ESPAÑOL en la sede del Grupo Parlamentario Popular en Mérida el mismo día que el rey Felipe VI propone a Pedro Sánchez la difícil tarea de intentar formar gobierno. “Por un principio de lealtad”, José Antonio Monago dice que “cuando uno tiene un candidato tiene que apostar por él” y todavía no sabe si ha llegado el momento de que el suyo, Mariano Rajoy, tire definitivamente la toalla. “Un candidato tiene que dar un paso al lado cuando al final no quede otra solución”.
La propuesta que la semana pasado brindó el líder del PP a Pedro Sánchez, apoyarle en aquellas autonomías y municipios donde los socialistas gobiernan con el apoyo de Podemos a cambio de su propia investidura, no ha sentado nada bien en Extremadura. “Esto no es un canje de cromos”, advierte el extremeño a Génova.
En su quiniela postelectoral hay luz verde en el pacto entre PSOE y Podemos porque “la sangre no va a llegar al río” y lo que hay ahora “es mucho postureo”. Si su pronóstico se cumple, el PP entraría entonces en otra fase, “convocar un congreso nacional” donde habrá “mucho debate. Es verdad que cuando uno no saca el resultado electoral esperado es el momento de reflexionar”.
¿123 escaños es un buen resultado electoral?
Nadie puede decir en el PP que es el resultado que le gustaría, viniendo de una mayoría absoluta. Pero viendo cómo se ha fragmentado el panorama, queda el consuelo de ser la fuerza más votada.
¿Qué ha hecho mal el PP para obtener el peor resultado de su historia desde 1989?
En momentos de crisis, las medidas precisamente no agradan porque son necesarias y dolorosas. Y desde luego en períodos de crisis no hay ningún gobierno que supere su resultado electoral de base. Eso no ha pasado en ningún país en Europa, siempre se produce un retroceso.
La corrupción claro que nos ha pasado factura, pero creo que también nos ha faltado pedagogía. Esto es como cuando tienes que llevar al niño al médico y hay que hacerle una prueba dolorosa. Hay que hacerlo, pero también importa el cómo se explique. Hace falta, sin duda, pedagogía. La gente en ocasiones entiende que las medidas tienen que ser dolorosas pero también quieren explicaciones.
¿Hizo bien Mariano Rajoy en declinar la investidura?
Si no le cuadraba la aritmética parlamentaria no tiene sentido ir a una investidura sin tener los apoyos necesarios garantizados. Es un ejercicio estéril. Creo que a una parte de la oposición le hubiera gustado porque era cocer a fuego lento a quien ganó las elecciones. Cuando no tienes una mayoría, lo sensato es no presentarte. Era algo inédito que tiene que ser habitual.
¿Han desaprovechado los políticos este tiempo desde el 20-D?
La política española está muy polarizada. Es un ejercicio casi de frontón donde algunas posiciones se dan de antemano. Es como un ping-pong. Si tú dices sí yo tengo que decir forzosamente no. Si tú eres el candidato del PP voy a votar en contra, y al revés exactamente igual. Los tiempos han cambiado, y algo podemos decir desde Extremadura. Yo me comprometí a que gobernara la lista más votada, que no fue la nuestra por poco, y nos abstuvimos. Ha sido un caso inédito. Lo previsible hubiera sido que hubiéramos votado en contra del candidato del PSOE. Pero en coherencia de lo que veníamos diciendo meses atrás hicimos eso. La política no tiene que ser lo previsible, sobre todo cuando no hay mayoría. Hay que dibujar menos líneas rojas e intentar encontrar puntos de encuentro.
¿Debería entonces el PP abstenerse si Pedro Sánchez consigue el apoyo de Ciudadanos?
Debería ser al revés. El señor Sánchez se tendría que abstener -y haberlo anunciado- ante la fuerza política más votada. Sería lo sensato. Lo contrario sería ir contra una voluntad expresada en las urnas. Lo contrario conduce a un gobierno breve, que no genera certidumbre y que tendría los días contados. Lo natural y lo razonable es que gobierne la lista más votada. ¿Y el día después? Tiene que ser un ejercicio permanente de diálogo y de apoyos puntuales.
¿Decirle 'no' al rey y seguir siendo el candidato no es contradictorio?
Le dice 'no' al rey porque los números no le cuadran, pero tiene toda la legitimidad del mundo de seguir siendo el candidato. Cuenta con 123 escaños. El señor Sánchez no puede, teniendo un resultado también muy negativo, decir: 'si usted dice no, yo soy la esperanza o el mirlo blanco de la política española'. Hay que aplicarse la misma medicina si hubiera que aplicársela.
¿Cuándo debe un candidato dar un paso al lado?
Un candidato tiene que dar un paso al lado cuando al final no quede otra solución. Pero no sé si ha llegado ese momento. Por otro lado, también es muy legitimo decir: ¿Por qué lo tengo que dar yo y no otros? Aquí nadie, salvo Podemos, estamos para tirar cohetes.
Si PSOE y C's aceptan el tripartito que propone el PP y la única condición que ponen es que no sea el presidente Mariano Rajoy, ¿el PP debería aceptar?
Es una falta de respeto a una formación política que presenta un candidato que votan los españoles. Sería injusto que eso se planteara, como sería injusto que el PP dijera que no siguiera al frente del partido socialista el señor Sánchez. Él es el candidato del PSOE y sería una falta de respeto establecer quién tiene que ser el número uno en su formación.
En las negociaciones todos los partidos tienen que ceder, ¿qué ha hecho el PP?
El PP ha mostrado voluntad de ceder. Rajoy ha dicho que está dispuesto a hablar de la reforma laboral y está dispuesto a negociar la reforma educativa. Son dos grandes reformas. La laboral le inquietaba al PSOE; en la educativa es necesario que haya puntos de encuentro y de consenso, que no sea una reforma de parte, que casi siempre tiene fecha de caducidad. Son dos elementos muy importantes. Se puede decir lo que se quiera de cara a la galería, pero si formamos parte de la Unión Europea, un país tiene obligaciones.
Esperanza Aguirre estuvo dispuesta a que Antonio Miguel Carmona fuera alcalde a cambio de que no lo fuera Manuela Carmena. ¿Podría Rajoy ceder ante Sánchez a cambio de que el PSOE no pacte con Podemos?
No sé si eso está en el esquema de Mariano Rajoy, me da la impresión de que no está en su cabeza. Pero hay que hacer un ejercicio de madurez ante los españoles. Cuando me tomo un café con mis paisanos, me dicen constantemente: 'a ver si os ponéis de acuerdo'. Esa es la obligación que tenemos. No te dicen: 'este sí, este no'. Me dicen: 'poneos de acuerdo'. Ese es el sentir de la calle.
Disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones, ¿sería un fracaso para la clase política?
Es una solución democrática si no se puede conformar un gobierno. Se va a perder un tiempo precioso que casi es un lujo perderlo porque los mercados se inquietan y los inversores están expectantes. Y lejos de generar confianza, generas más desconfianza. Pero si no hay más remedio, habrá que convocar elecciones. El problema es que se barajan otra vez las cartas y podrá salir otra vez matemática imposible de cuadrar. Ese es el riesgo.
¿Cuánto resta la marca Mariano Rajoy al Partido Popular?
Este país es muy dado a entronar un rey una mañana y destronar otro por la tarde. Yo no creo en los mirlos blancos. Muchas veces se pueden cuestionar nombres y hacer una quiniela, pero desde luego no creo que haya esos mirlos blancos que llegan a la política y consigan ser una ilusión colectiva. Mariano Rajoy ha sacado un resultado, el mejor de la fuerza política en España. No es el que nos hubiera gustado a todos, pero es nuestro candidato. Por un principio de lealtad, y creo que es importante en estos momentos, cuando uno tiene un candidato tiene que apostar por él, porque nadie tiene legitimidad ni garantía en este momento de ser mejor apuesta.
Y si Pedro Sánchez consigue gobernar, ¿Mariano Rajoy debe ser el líder de la oposición?
Debe serlo, claro. Ese es el compromiso. Uno se presenta a las elecciones para gobernar el país o para estar en la oposición, y lo tiene que hacer con la misma humildad. Se ayuda a un país estando en el gobierno y estando en la oposición. A nadie se le cae los anillos por ello.
Si se convocan nuevas elecciones, ¿el PP podría presentar otro candidato o deberá ir con el mismo?
Es una cuestión que tendrá que decidirla los órganos del partido. Es mucho aventurar, pero ese es un proceso que se tendrá que abordar en el seno del partido. A mí me da la impresión de que seguirá siendo Mariano Rajoy.
El próximo líder del PP, ¿se debe elegir a través de un congreso abierto o con el 'dedazo' de siempre?
Aquí 'dedazos' ha pegado todo el mundo. Algunos que decían que iban a consultar a las bases se inscribían cuatro y el apuntador por internet y votaba el 2% del censo. Nadie ha sido elegido en estos momentos por un sistema asambleario. Nadie. Ni Podemos ni C's ni el PP, que tiene sus normas, ni el Partido Socialista. ¿Hay que dar más participación? Sí, habrá que modificar los estatutos en el próximo congreso nacional para que haya una mayor apertura y en el proceso pueda participar la gente más directamente, pero no hay un sistema perfecto.
Le puedo contar mi caso. A mí me eligieron en un congreso en el que me enfrenté a otros tres candidatos y antes tuve que recoger los avales necesarios. ¿Se puede hacer el sistema más abierto? Sin duda. Yo soy partidario de hacerlo, como también apuesto por listas abiertas. En estos momentos es importante que los ciudadanos puedan elegir en una lista sus preferencias, no por el orden preestablecido.
El PP acaba de liquidar el PP de Valencia tras las detenciones del caso Taula. ¿No se ha reaccionado demasiado tarde ante la corrupción?
Uno también tiene que dar tiempo a la justicia. En este país existe la presunción de inocencia. Hay dos tiempos: el de la justicia, que es lento. Y la razón de los ciudadanos, que es inmediato.
El PSOE en Extremadura gobierna con Podemos. ¿Está dispuesto a ofrecerle su apoyo a Fernández Vara a cambio de que el PSOE de Sánchez apoye la investidura de Rajoy?
No. Eso es un canje de cromos y yo he venido a la política extremeña a hacer un cambio de cromos. Lo que pase a nivel nacional lo deciden los partidos a nivel nacional y a mí no me condiciona lo que tengo que hacer en Extremadura.
Es lo que ofreció Mariano Rajoy en Madrid al PSOE.
Es el ofrecimiento que le hizo a Sánchez, pero yo hablo de la política regional. La situación en Extremadura ahora es complicada. Hay un gobierno de Vara y una situación de impasse porque no están aprobados los presupuestos. Ahora estamos hablando para intentar llegar a un acuerdo sin mirar de reojo qué pasa en Madrid.
Vara es uno de los más reacios al pacto con Podemos. ¿No es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?
Sin duda. Él se abrazó a Podemos al inicio de la legislatura. Hubo muchas conversaciones antes de la investidura en aquellos pactos de la corrala. Hubo mucha sintonía entre Fernández Vara y el líder de Podemos en Extremadura. Decía que tenía muchos los puntos de encuentro con Podemos y estaba dispuesto a hablar de todo con ellos. Se las prometía felices con Podemos. Ahora parece que quiere hablar también con nosotros porque parece que ya tiene bastantes discrepancias con Podemos.
Vara acostumbra a decir una cosa cuando pasa de Miravete para allá y otra de Miravete para acá. Aquí dice unas cosas y en Madrid otras muy distintas. Ya dijo que bajo ningún concepto se podría pactar con el PP a nivel nacional porque, decía literalmente, sería la desaparición del PSOE. Si bajo ningún concepto puede pactar con el PP porque era la desaparición del PSOE, solo le queda Podemos. Y allí a veces dice lo contrario, que con Podemos, no.
¿Está en condiciones de dar consejos de gobernabilidad a Sánchez?
Cada uno da los consejos que quiere, otra cosa es que se los acepte Sánchez. Vara no apoyó la candidatura de Pedro Sánchez, se inclinaba más por Madina. Por tanto, aunque le dé consejos a Sánchez, yo creo que no los oirá.
En Extremadura, ¿Podemos se quiere comer PSOE?
Sin duda. Podemos es una excavadora y donde tiene su montaña es en el PSOE. Esa táctica la va a hacer de manera permanente en todos los lugares regional y nacional donde pueda.
Si finalmente el PSOE consigue gobernar y no se celebran nuevas elecciones, ¿será el momento de que el PP inicie esa regeneración que cada vez se pide más?
Si se constituyeran unas Cortes con un gobierno de izquierdas, en el PP entramos en otra fase, y es que hay que convocar un congreso nacional, no hay ninguna duda, de mucho debate. Pero no anticipemos lo que va a pasar, yo no tengo una bola mágica. Pero es verdad que cuando uno no saca el resultado electoral esperado, es el momento de reflexionar para mejorar y para que sigamos siendo un partido de gobierno.
¿Le gustaría que el próximo líder del PP sea una mujer?
No es una cuestión de sexo, de hombre, mujer, joven, mayor. Al final tiene que haber un compromiso, un modelo de país y mantener unos principios inquebrantables. Hay que entender el mensaje de la calle, que exige cambios importantes. Si eso se hace, saldrá un buen líder. Sea quien sea.
¿Hay alguna región o algún municipio que sirva de modelo ahora a nivel nacional?
Yo tampoco quiero ser modelo, pero nosotros dimos un paso importante que rompía una inercia: abstenernos en una investidura a favor de la fuerza más votada. Da estabilidad al gobierno y fue aplaudido por la sociedad extremeña. Hay que tener capacidad de renuncia cuando uno no gana. Hubo quien no lo entendió y, sin embargo, el tiempo nos ha dado la razón. Eso es lo que hay que hacer: ser menos previsible y adoptar más acuerdos.
Hágame una quiniela. ¿Qué cree que va a pasar?
Es una opinión personal, pero creo que al final el PSOE se entenderá con Podemos. La sangre no va a llegar al río. Son fuerzas de izquierdas que les une algo de manera muy importante: su rechazo hacia el PP. Y eso une mucho. Como dicen los jóvenes, como dicen mis hijos, ahora hay mucho postureo, pero llegarán a un acuerdo. ¿Cuánto durará ese gobierno? No lo sé, desde luego no será pacífico.