Hay erratas que matan. Lo saben bien los medios de comunicación y este lunes lo descubrió el PSOE. El fin de semana estuvo repleto de rumores. El PSOE había anunciado que este lunes iba a presentar un documento importante, el punto de partida para la cascada de reuniones que el equipo negociador de Pedro Sánchez ha comenzado a mantener con otros partidos.
Llegó el día y Sánchez se negó a adelantar nada en la entrevista que concedió a Radio Nacional a primera hora de la mañana. Cuando los medios, entre ellos EL ESPAÑOL, conocieron el documento, comprobaron que la mayor parte se trataba de una recopilación de medidas del programa electoral. No estaba todo y parte de lo que estaba era vago, probablemente para favorecer el diálogo "a izquierda y derecha" que reivindica el secretario general de los socialistas. El modelo territorial y el llamado encaje de Cataluña en España ocupaban poco más de una página en la que no se citaban las iniciativas emanadas del Parlament.
Entre las medidas figuraba la siguiente, así enunciada:
"Revisión del Título VIII y los preceptos conexos. Desarrollar concepto de Estado Federal, si quiera mínimamente".
Poco después, el PSOE remitió otro documento en el que desaparecían las tres últimas palabras ("si quiera mínimamente"), que aparecían como consecuencia de una "errata". Según el portavoz del equipo negociador, Antonio Hernando, la expresión pertenecía a "un epígrafe que nada tenía que ver con esto".
La frase y posterior modificación fue comentada en círculos socialistas. El PSOE se ha limitado a incluir una serie de medidas generales, como reconocer "nuevos derechos civiles y políticos", sin explicar cuáles. El PSOE asegura disponer de un rediseño del mapa territorial para asegurar y mantener la unidad y la diversidad de España, pero hasta ahora no ha concretado "si quiera mínimamente" aspectos clave que son de vital importancia para todos sus socios.
1. La reforma de la Constitución
La posición oficial del PSOE incluye la reforma de la Carta Magna. Entre otros asuntos, los socialistas pretenden incluir modificaciones como el orden sucesorio en la Corona (para equiparar en derechos a la mujer), reconocer nuevos derechos sociales o revisar los aforamientos.
Sin embargo, en el documento de 53 páginas no hay concreción más allá de la frase mencionada antes, la frase de la errata. Los socialistas pactaron en 2013 una declaración en Granada en la que iban un poco más allá: prometían reformar el Senado para que tuviese competencias reales sobre cuestiones territoriales, avanzaba en el reconocimiento de las diferencias y esbozaba de forma muy general algunos principios sobre la financiación.
Sin embargo, ese texto fue pactado con otros dirigentes a los mandos: Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE y Pere Navarro en el PSC, y las fuerzas soberanistas no habían acudido a unas elecciones plebiscitarias, según ellos. Tampoco se había avanzado un proceso de "desconexión" de España desde el Parlament. La declaración fue acogida como difusa por el resto de partidos. Dirigentes del PSOE de esa época explican que se trató de una iniciativa destinada a poder decir que había una iniciativa, a pesar de que no fuese la solución.
2. Statu quo
En el PSOE hay no pocas voces que consideran suficiente el actual marco constitucional y creen innecesaria una reforma en profundidad. Entre ellos están antiguos dirigentes y responsables de federaciones consideradas más centralistas, como Andalucía o Extremadura.
Su argumento no es tan diferente al del PP: para abrir el melón de la reforma, hay que saber muy bien en qué sentido ha de hacerse y con qué consensos se cuenta para ello. Reformar los títulos clave requeriría de una gran mayoría parlamentaria que Sánchez no está en posición de asegurar.
Hernando reconoció este lunes que, a pesar de que se trata de un asunto de capital importancia para el PSOE, no está dispuesto a plantearlo abiertamente en este momento. "No hemos querido que ese sea el punto de partida", ha reconocido, entre otros motivos, porque ha de integrar "también al PP". Pero el PP, por el momento, no quiere ni oír hablar de una propuesta similar.
3. El derecho a decidir
Durante varios años, el PSC defendió el "derecho a decidir". La Ejecutiva de Pere Navarro, predecesor de Miquel Iceta como primer secretario de la formación, pidió un referéndum legal en el que sólo votasen los catalanes para decidir si querían formar parte de España.
Su toma de posición fue muy criticada por el PSOE en buena parte de España y respondía a la consulta convocada por Artur Mas, que finalmente se celebró pese a ser impugnada por el Constitucional.
Durante las últimas elecciones catalanas, el partido hermano del PSOE renunció a la propuesta, que también generaba división en el seno del partido. Carme Chacón, uno de los grandes activos, nunca la aceptó. El PSC sigue defendiendo que España es un Estado plurinacional. Es decir, que el PSC propuso lo que hoy pretende Podemos.
4. Recuperar el Estatut de Cataluña
Ximo Puig, presidente de la Generalitat valenciana, dio la campanada en octubre, cuando propuso recuperar los artículos del Estatut de Cataluña tumbados por el Tribunal Constitucional. Puig quería reforzar el término "nación" en la ley autonómica ya que para él no suponía "ningún problema".
Fue el enésimo titubeo del PSOE, que un mes antes se sorprendió por una entrevista de Felipe González en La Vanguardia, con el siguiente titular: "Estoy a favor de una reforma que reconozca Catalunya como nación". González aseguró haber sido mal citado por el rotativo.
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