Ni vieja ni linchada. La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha comparecido en la comisión de investigación sobre corrupción abierta en el seno del Parlamento para esclarecer sus responsabilidades políticas en las contrataciones irregulares de la Agencia de Informática y Comunicaciones de la Comunidad de Madrid y ha salido bastante airosa de lo que ella entendía que iba a ser un linchamiento público. Antes de su comparecencia, que ha comenzado a las 13.40 horas, ha vuelto a ser preguntada por el registro que la Guardia Civil hizo ayer en la sede del PP que ella preside. La popular volvió a decir que "financiación ilegal del PP de Madrid, que a mí me conste, no ha habido nunca". Después de que nadie de la cúpula del partido haya salido a dar la cara por ella, Aguirre dijo sentirse respaldada por la dirección nacional del PP. "Hombre, ¿cómo no?".
Entre un aluvión de flashes que no se recordaban desde el Tamayazo, la expresidenta de la Comunidad de Madrid volvía a pedir a la Justicia "celeridad" para esclarecer los casos de corrupción que asolan a la clase política para depurar responsabilidades cuanto antes. "Y que devuelvan lo robado". Antes de empezar su intervención en la comisión de investigación, Aguirre desgranó que la corrupción es un mal instalado en toda la clase política: en el PP, PSOE y Podemos. En el caso del partido de Pablo Iglesias, Aguirre sacó a relucir el caso de Íñigo Errejón, el de Monedero y la supuesta financiación ilegal del partido de "dos regímenes totalitarios como son Irán y Venezuela".
Aguirre salió casi viva de la comparecencia, mucho menos bronca de lo que se esperaba hasta la propia Aguirre, que llegó a agradecer el tono de las preguntas de sus interlocutores. El único punto donde se enrocó fue en la defensa a ultranza de su jefa de prensa, Isabel Gallego, investigada por el caso que la expresidenta fue a aclarar a la Asamblea. “Creo que no ha cometido ningún ilícito penal”, afirmó en dos ocasiones tras las insistentes preguntas de los tres portavoces de por qué seguía manteniendo a la periodista en su puesto si está siendo investigada. Sin embargo, todos los titulares de la jornada los dio Esperanza Aguirre: “De 500 cargos que he nombrado, solo dos me han salido rana”; “tengo más de 9,5 millones de entradas en la red. No necesito que mejoren mi imagen”; “Marjaliza entregó facturas que demostraban cómo financió la campaña de Tomás Gómez”.
Confianza en Salvador Victoria: "De momento, sí"
Ninguno de los portavoces consiguió arrinconar a la expresidenta de la Comunidad de Madrid, que también puso la mano en el fuego por la exconsejera Lucía Figar, investigada en el mismo caso. “Absolutamente”. Sobre Salvador Victoria, mano derecha de Ignacio González, fue más cauta. Es una persona “que tiene toda mi confianza. De momento, sí”.
César Zafra, portavoz adjunto de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, perdió una oportunidad de oro para coronarse como una firme oposición al PP. En un momento de su intervención, la compareciente pidió a la presidenta de la Comisión que su interlocutor se ciñese al guion del orden del día, a lo que el de Albert Rivera respondió: “Yo no regaño a nadie, y menos a usted, que no hay quien la regañe”.
Encarnación Moya, la portavoz del PSOE en la Comisión, tuvo que tragarse el dardo envenenado que Aguirre le devolvió en una pregunta: “El señor Marjaliza entregó al juez facturas que demostraban cómo Tomás Gómez financió la campaña de Parla” y se enzarzó en por qué mantiene con sueldo público a Gallego sin obtener ninguna respuesta. La presidenta del PP de Madrid dio un paso más allá y se atrevió a poner la mano en el fuego por la honorabilidad de su jefa de prensa, Isabel Gallego, directora general de Medios de la Comunidad en la era que se investiga. "Quedará claro que no han tenido absolutamente ninguna cosa", recalcó.
"Vieja, vieja política"
Ramón Espinar, diputado de Podemos, tampoco supo sacar todo el jugo que suponía tener en una comisión sobre corrupción a la presidenta del PP de Madrid, un día después de que la Guardia Civil irrumpiese en la sede de su partido para volcar el ordenador de su exgerente. “Nosotros no le vamos a llamar ni corrupta ni vieja. Usted no está investigada por corrupción. Pero no puede pretender estar en la cima de una pirámide de corrupción sin rendir ninguna responsabilidad política. Y sobre vieja, nosotros lo que decimos es que encarnan la vieja política”. Antes de abandonar la sesión, Aguirre sintió curiosidad por saber la identidad de los nuevos diputados que trabajan en la Cámara y preguntó de qué partido eran y cómo se llamaban. Pero no quiso hacer más declaraciones a la salida, cuando se le vio mucho más tranquila que antes de comenzar.