Los porqués de la protesta de la policía contra Carmena
El sindicato mayoritario se queja de un impago y de la reducción de las Unidades Centrales de Seguridad.
17 febrero, 2016 02:00Noticias relacionadas
El concejal de Seguridad, Javier Barbero, y el director de la policía municipal, Andrés Serrano, cruzaban la Plaza de la Villa tras finalizar la comisión en la que habían participado. Recibidos a pitos, fueron acosados por más de un centenar de agentes de la policía municipal que protestaba por el “desmantelamiento de unidades” del que acusan al Ayuntamiento. El equipo de Carmena ha decidido retirar una de las dos Unidades Centrales de Seguridad -popularmente conocidas como antidisturbios-. “¡Llama a las UCS ahora!”, gritaban a Barbero quienes le entorpecían el paso.
Los gritos se tornaron insultos cuando comenzaron a caminar por la calle Mayor en dirección a la Puerta del Sol. Ante el recrudecimiento de la turba, se vio obligado a refugiarse en un bar, donde permaneció hasta que llegó el coche oficial reclamado por su escolta. Varios de los manifestantes zarandearon el vehículo en el que tuvo que huir. “¡Dimisión! ¡Dimisión! ¡Rojo! ¡Hijo de puta!”, se escuchaba todavía cuando el responsable de Seguridad abandonaba el mesón de la calle Bordadores que le salvó de los empujones.
El inicio de la protesta
“La que hemos liado, vamos a salir en todos los telediarios”, decía por teléfono un policía mientras se retiraba de la Plaza de la Villa. Un par de horas antes, alrededor de doscientos agentes municipales convocados por el sindicato mayoritario en Madrid -CPPM- gritaba contra el equipo de Gobierno de Manuela Carmena a las puertas del lugar donde se celebraba la comisión de Seguridad. Dos pancartas de un amarillo chillón rezaban: “Por el cumplimiento de los acuerdos firmados” y “no al desmantelamiento de las unidades”.
“Vamos poco a poco, como las hormigas, pero no nos van a parar”, se escuchaba por el megáfono que conseguía elevarse por encima de las decenas de silbatos que pitaban continuamente. Julián Leal, portavoz de este grupo de trabajadores, confirmaba el grito que se escuchaba por el altavoz: “Esta es la primera manifestación, pero si no dialogan, habrá una detrás de otra”.
La reducción de las UCS o “antidisturbios”
Estas unidades fueron creadas en 2003 bajo el mandato de Alberto Ruiz-Gallardón. Oficialmente 'Unidades Centrales de Seguridad', pero popularmente conocidas como 'antidisturbios', el Consistorio ha decidido eliminar uno de los dos departamentos existentes y reforzar el otro. Los agentes de la unidad desmantelada se reintegrarán en las unidades de distrito, lo que podría suponer una rebaja en su salario.
“Nunca les han gustado”, decía en referencia al Ayuntamiento el portavoz del sindicato que había convocado la manifestación. “Las quieren suprimir por el mero hecho de que quienes las integran llevan un casco y un escudo. Son más que necesarias. En varias ocasiones, la policía es atacada por lanzamiento de objetos. Además, nunca han sido represivas. Siempre han mediado en botellones, fiestas patronales, inspecciones de grandes locales… Han suprimido una unidad y pronto quitarán la otra”, decía el sindicalista Julián Leal.
Javier Barbero, en nombre del Consistorio, ha rechazado el término desmantelamiento: “No se han eliminado. Ya no hay dos unidades. Existe una más reforzada. Queremos fortalecer los 22 grupos permanentes de distrito porque creemos que es necesario. De algún lado habrá que obtener los recursos, ¿no?”, se preguntaba.
Señor Barbero, ¿usted considera represivas las UCS? “Os gusta mucho ese titular. La labor de la policía municipal tiene que garantizar tanto la convivencia como la seguridad ciudadana. Claro que hay que reprimir los delitos. Nunca he dicho lo contrario”.
Los días de verano
Otro de los principales motivos de la concentración, explicaba el portavoz del sindicato, es el impago del complemento económico que el Consistorio prometió a los agentes municipales por la reducción de la jornada de verano de la que no pudieron disfrutar: “Todos los trabajadores del Ayuntamiento de Madrid tienen derecho a esa reducción. De ella han disfrutado prácticamente todos los colectivos, menos la policía. El pago que nos prometieron debía haber llegado en diciembre, pero estamos en febrero y todavía no lo hemos recibido”.
Más tarde, al finalizar la comisión, el responsable de Seguridad entonaría el mea culpa: “Es un tema profundamente doloroso que todavía no hemos podido gestionar debido a problemas administrativos. Lo solucionaremos cuanto antes”.
Los grupos de apoyo zonal
El tercero de los grandes puntos por el que se manifestaron los dos centenares de agentes municipales fue la “supresión de los grupos de apoyo zonal”. En palabras de Leal, portavoz del sindicato, “son unidades que han obtenido resultados brillantes en distritos como Usera, Villaverde o Carabanchel”.
El sindicalista invitaba a los miembros del Ayuntamiento a pasear por estos barrios: “Tendrían que darse una vuelta para comprobar cómo han proliferado la venta ambulante, el tráfico de drogas y los problemas en los parques. Ahora nadie hace ese trabajo”. El Consistorio, por su parte, considera que centralizando los efectivos en las 22 unidades de distrito estos grupos de apoyo zonal no serán necesarios.
¿Diálogo o uniteralidad?
Los agentes municipales convocados se quejaban de la “ausencia absoluta de diálogo” con el Ayuntamiento, lo que el edil de Seguridad niega rotundamente. “Hemos tenido reuniones con los siete sindicatos en conjunto, la última el viernes”, decía Barbero. Pero Leal pedía “un diálogo real”: “No queremos que nos sienten a una mesa para informarnos de las decisiones que ya han tomado”.
Cuando los medios de comunicación le transmitieron esta crítica, Barbero respondió así: “Mantenemos abiertas las vías de diálogo con todos los sindicatos. Lo que no vamos a hacer es dar prioridad a uno sobre el resto, como parece que hacía el anterior Gobierno”.
El próximo 31 de marzo, el responsable de Seguridad expondrá el 'Plan Director' de la policía municipal, en el que quedarán detalladas las novedades que afecten al funcionamiento del cuerpo. Los sindicatos acusan al equipo de Carmena de elaborar el plan unilateralmente. Barbero insiste en calificarlo como “proceso participativo”.