Los agentes especializados en delincuencia financiera llaman a la práctica 'pitufear'. Y se basa en utilizar a una cadena de colaboradores para ingresar de forma constante y por ventanilla pequeñas cantidades de efectivo que sirvan para blanquear fondos sin ser detectados. La estrategia comenzó a utilizarse en España por las mafias de América Latina. De ahí el verbo apócrifo, elegido por la escasa estatura de los muleros, que formaban largas colas a las puertas de las empresas de mensajería para enviar divisas.
Sin embargo, no solo las mafias utilizan esta fórmula. Según las últimas investigaciones judiciales y las revelaciones de EL ESPAÑOL, el Partido Popular utilizó esta práctica para financiar su formación en Valencia, en Madrid e incluso en su contabilidad general, controlada por el ex tesorero Luis Bárcenas. Según la documentación que desvela hoy este diario, el pitufeo -instaurado casi como rutina- se produjo incluso la mañana en la que España sufrió el peor atentado de su historia en la sucursal bancaria más cercana al partido.
En España, el caso más mediático de pitufeo fue protagonizado por la tonadillera Isabel Pantoja, que durante meses ingresó en pequeñas cantidades en efectivo el dinero detraído por Julián Muñoz del Ayuntamiento de Marbella. Eso le costó ingresar en prisión por blanqueo de capitales. La misma técnica se utiliza, por ejemplo, para captar muleros por medio de la red, personas que se avienen a recibir transferencias financieras con distintas excusas para después, reembolsar ese dinero en una cuenta distinta o enviarlo con una empresa de mensajería a cambio de una comisión.
En el caso del Partido Popular, el sistema parece mucho más sencillo. Hasta 2007, bastaba con que las aportaciones fueran anónimas y no rebasaran el límite legal marcado por la Ley de Financiación de Partidos. Para ello, bastaba con trocear los ingresos. Después, el partido utilizó en varias ocasiones a empleados de confianza para protagonizar los ingresos con nombres y apellidos.