SEVILLA

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha profundizado más en el alcance de las negociaciones de su partido con el PSOE. “Estamos haciendo algo serio, estamos intentando formar no un pacto de investidura, sino un pacto de gobierno para toda una legislatura. Una especie de segunda transición”, ha afirmado en una entrevista en el programa ¿Y tú qué opinas? en Canal Sur. El único obstáculo está en que las cuentas no salen para los dos partidos y el único camino que ve es la abstención del PP. Con Podemos, a tenor de sus declaraciones, imposible.

Esa negociación “responsable” para un acuerdo “sensato”, y con calendario de cumplimiento, en la que ya ha habido avances en el campo de la regeneración democrática, la lucha contra la corrupción o política social, sin embargo no es fácil. Rivera ya ha señalado cuáles son los principales “escollos”, que están en la política laboral y fiscal, el contrato único y la bajada de impuestos, por ahora, les distancian.

También hay discrepancias en el papel que deben jugar las diputaciones y el Senado. Donde no hay fisura ninguna es en la unidad de España. Tan es así, que Ciudadanos quiere que el acuerdo que cierren recoja palabra por palabra la resolución que el comité federal del PSOE aprobó el pasado 28 de diciembre.

Si Ciudadanos debe formar o no parte de ese hipotético gobierno, Rivera no ha querido entrar a ese trapo. Aún no se lo han planteado. Por ahora, es el acuerdo lo primero. Pero al ser cuestionado si ve al socialista Jordi Sevilla o a Luis Garicano como ministro de Economía, ha barrido para casa.

Rivera ha cuidado mucho su mensaje para el PP, y en especial, a sus 7 millones de votantes. Sabe que la salida requiere la “participación” de los populares, porque es “necesario”, tanto por aritmética, como por la solidez que daría al proyecto. “El PP tiene que reflexionar y si se incorpora a esta segunda Transición o se enroca”, ha dicho, mostrándose convencido de que es mejor un gobierno “serio” y “centrado”, que no otro de nacionalistas y Podemos.

En su llamada a la abstención de los populares ha recordado que, de haber elecciones, “otro medio año más sin gobierno es una irresponsabilidad”.

“o Rajoy o el caos”

Aunque ha evitado en todo momento mojarse si esa incorporación a la segunda transición del PP debe estar o no capitaneada por Mariano Rajoy (con el que aún no ha hablado), y no ha querido dar consejos, sí ha dejado caer que si fuera dirigente de un partido en el que cada día se destapa una trama de corrupción, se plantearía la dimisión.

Tampoco ha pasado por alto el “pasapalabra” de Rajoy ante la investidura. Una jugada táctica que no comparte por su “irresponsabilidad”, e ideada desde la premisa de que corra turno a Pedro Sánchez y si este fracasa, presentarse en segunda vuelta el PP con “o Rajoy o el caos”.



En los planes de Rivera no entra Podemos ni con calzador. Su abstención podría ser una opción, pero ve “complicado” que tengan ese “gesto de estado y de generosidad”. Ni aunque renunciaran al referéndum y al derecho de audeterminación, los vería cerca del acuerdo. Cree que esta formación está la ruptura hoy por hoy, mientras Ciudadanos está en “reformar España y no romperla”. Les ha afeado su actitud prepotente del reparto de carteras ministeriales y vicepresidencia.

Elecciones

A la vista de la aritmética tan compleja, la repetición de elecciones está ahí. El juego de Rivera, pero también del PSOE, pasa por la misma estrategia. “La gente valora actitudes y la generosidad”, ha dicho.

En definitiva, si la aventura no sale, rentabilizar el intento de acuerdo, la negociación, el diálogo y el querer dar una salida ante el electorado, frente a otros que han preferido provocar de nuevo la convocatoria en las urnas. Pero ha advertido que quien piense en elecciones con la “calculadora” en la mano se puede equivocar, un mensaje directo a los de Pablo Iglesias que, a su juicio, están en esa clave desde que plantearon no un acuerdo, sino un “contrato de adhesión” a Pedro Sánchez.

Estabilidad en Andalucía

Lo que sí ha querido reiterar es que, pase lo que pase a nivel nacional, no tiene por qué pasar factura en los gobiernos autonómicos donde Ciudadanos ha prestado su apoyo a PP o PSOE. No cabe en el juego político de Rivera el “intercambio de cromos” ni la pataleta. En Andalucía se ha dado un “enfriamiento” de las relaciones entre ambas formaciones, tal y como así lo ha reconocido su portavoz andaluz, Juan Marín, a raíz de que la formación naranja haya forzado la comparecencia de Susana Díaz en la comisión de investigación de los fondos de formación.

Un tira y afloja que ahora se tensa de nuevo a cuenta del impuesto de sucesiones pero, que a la vista de lo dicho por Rivera, no pone en riesgo la estabilidad.

Lo que tampoco va a dejar Ciudadanos es de estar en la oposición. Rivera ha recalcado que están “cómodos” y “satisfechos” con la labor que están haciendo y que en ningún momento se han planteado entrar en el gobierno andaluz.