El inminente acuerdo entre PSOE y Ciudadanos ha precipitado los ritmos de la negociación para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Albert Rivera ha convocado a su Ejecutiva este domingo y ha ofrecido al PP abrir una negociación paralela a partir del martes. Por su parte, Sánchez ha comunicado por carta su disposición a reunir a Podemos e Izquierda Unida en otra mesa de diálogo.
Las ofertas de PSOE, a su izquierda, y Ciudadanos, a la derecha, sugieren que el acuerdo entre Sánchez y Rivera es un hecho. Pero la suma de ambos grupos es de sólo 130 escaños, lejos de la mayoría absoluta (176) y la simple.
Reunión sectorial
El documento de su acuerdo, que probablemente se conocerá el lunes, será la base sobre la que socialistas y Ciudadanos tratarán de ganarse la abstención de PP o Podemos. Los equipos sectoriales de negociación de los dos partidos se han reunido el viernes para abordar los puntos que todavía separan a PSOE y Ciudadanos: reforma laboral, supresión del Senado y Diputaciones y autónomos entre otros.
La negociación será exprés. No hay tiempo material para bajar a la letra pequeña. El PSOE debe consultar cualquier pacto con sus militantes la próxima semana y el Comité Federal debe ratificarlo antes del debate de investidura, que comienza el 2 de marzo. El sábado 5 de marzo es la fecha de la segunda votación.
'Guerra fría' con Iglesias
Sánchez sigue su 'guerra fría' con Iglesias. El candidato socialista ha mostrado su disposición a reunirse en una misma mesa con Izquierda Unida, Podemos y Compromís. Pero lo ha hecho con una carta enviada a Alberto Garzón. Iglesias ha respondido optimista por la predisposición, pero con sus habituales líneas rojas: el acuerdo debe ser de gobierno, concretamente gobierno de coalición sin Ciudadanos, y la negociación debe ser preferiblemente cara a cara con Sánchez. El documento que presentó Podemos esta semana, que incluye aspectos como el referéndum en Cataluña, son hoy por hoy inasumibles por el PSOE.
Si la negociación con Podemos es compleja, ocurre lo mismo con el lado popular. La negativa de Rajoy a brindar la abstención del PP a Sánchez es firme. De hecho, el presidente del Gobierno en funciones se ha desmarcado con varias declaraciones en las últimas semanas reivindicando sus opciones como candidato ante un fracaso de Sánchez.
Rajoy ha ofrecido vicepresidencias a Sánchez y Rivera, mientras confesaba al primer ministro británico David Cameron que habrá nuevas elecciones casi con toda seguridad el 26 de junio. La tarea de cortejar al PP la realizará Ciudadanos, pero el partido de Rivera tampoco lo tiene fácil. La posición de Rajoy es inamovible, pese que Rivera siempre ha manifestado que el tripartito constitucionalista no es una quimera.