Cristina de Borbón: "Mi marido custodiaba mi tarjeta de Aizoon, nunca la utilicé"

El abogado de Cristina de Borbón, Pablo Molins, es uno de los últimos en abandonar el edificio que acoge la vista del caso Nóos. Se detiene con los periodistas y dice que la acusación de Manos Limpias contra la hermana de Felipe VI es "infundada y temeraria". "No hay ni un solo indicio de que la Infanta tuviera el control de Aizoon", afirma. Preguntado por el futuro procesal de la infanta, contesta: "Si Miguel Tejeiro dice la verdad no veo por qué deba haber ningún problema para ella".

"Sinvergüenzas, ladrones. Iñaki sinvergüenza, cabrón" han gritado un grupo de manifestantes que aguardaban a las puertas de la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP) en Palma de Mallorca, dónde se celebra el juicio por el caso Nóos. 

López Negrete, abogada de Manos Limpias, ha sido muy dura a su salida del juicio: "Se le ha hecho un interrogatorio a la carta. No ha tenido el valor de contestar a las únicas preguntas de la acusación. Si no tenía nada que temer, debería haber contestado".

Miquel Roca, uno de los abogados que asisten a la Infanta Cristina, hacía balance de la declaración de su defendida ante el juez. "Ha salido como tenía que salir. Doña Cristina está ahora relajada, tranquila y satisfecha de haberse podido explicar". 

Finaliza la declaración de la infanta Cristina de Borbón después del interrogatorio de su abogado para limitarse a desvincularse de cualquier actividad de la sociedad Aizoon, que compartía al 50% con su marido.

La infanta era la última acusada en declarar. A partir de la semana que viene los acusados no tienen que acudir al resto de sesiones, y se retoma el día 8 de marzo con la declaración de los testigos.

Buenas tardes.

La infanta Cristina ha estado sentada en el banquillo durante una hora y cinco minutos. Se ha mostrado profesional, relajada y en una ocasión ha hecho reír a la sala. Ha sido cuando su abogado le ha preguntado en quién confía. Ella ha añadido: "¿Confiaba?" Hemos sabido que en Barcelona podía conciliar: llevaba a sus hijos al colegio por la mañana y los recogía por la tarde después de salir del trabajo

La infanta se ha desvinculado de cualquier gestión de la sociedad Aizoon. El administrador de la mercantil era su marido, no usó nunca las tarjetas de la empresa y ni siquiera le preguntaba. "No me interesaba hablar con él de estos temas".

He negado tener cuentas en paraísos fiscales ni su marido. Ahora tiene una cuenta en Suiza porque reside ahí pero está totalmente declarada.

Respecto de Aizoon, ha negado que acudiera nunca a ninguna junta de la sociedad. Las actas obligatorias de la empresa se las pasaban a firma y las firmaba "por la confianza” que tenía en su marido.

Ha negado haberse desgravado artículos personales y también ha negado "rotundamente" pagar al personal doméstico en efectivo.

La infanta señala a Carlos García Revenga ( su ex secretario), José Manuel Romero (conde de Fontao, ex abogado del Rey) y a Federico Rubio (asesor fiscal de Zarzuela)  como las personas que se ocupaban de asesorarles. "Todo lo que hacíamos estaba controlado", ha dicho.  

La infanta ha dicho que confía plenamente en su marido y que es inocente. "Siempre he creído que estaba bien asesorado", ha indicado.

"De ninguna de las maneras me propusieron hacer de escudo fiscal. Es más si me lo hubiesen propuesto no lo hubiese aceptado nunca", ha señalado. Es más, sería todo lo contrario porque al ser miembro de la Casa Real sería todo lo contrario, existía más control, ha indicado.

La Infanta Cristina ha aclarado que Julita Cuquerella era la secretaria de su marido. “Yo jamás le he dado ninguna instrucción”. Cuquerella es la devota y fiel secretaria que ha defendido al duque de Palma ante el juez y el fiscal.

La infanta ha dicho que aceptó ser socia de Aizoon al 50% porque se lo pidió su marido "y acepté". Se ha desvinculado de cualquier gestión de la mercantil. "Mi marido era administrador y tomaba las decisiones siempre asesorado por su asesor fiscal".

"¿Para que te necesitaba?", le pregunta su abogado. "Lo hice por confianza". En aquel entonces, en 2003, no existía ninguna prohibición de la Casa Real para formar esa sociedad. Es más, ha asegurado que pidió asesoramiento de su secretario Carlos García Revenga.

La infanta ha explicado que su jornada diaria era ir a trabajar y, si no tenía viajes para La Caixa, iba a recoger a sus hijos e ir a casa. Ha explicado que era su marido quien se ocupaba de la gestión económica de la familia. En su día a día también se encargaba de gestionar su agenda de representación para la Casa Real, una media de 100 actos al año.

"No tenia ni firma, ni poderes" en la firma, comenta Cristina de Borbón, que insiste en que  no tenía acceso al saldo de las cuentas de la sociedad. En cuanto a la tarjeta de Aizoon a su nombre, ha declarado: "Mi marido ha aclarado lo de la tarjeta, el bando la envió pero la custodiaba mi marido, no tuve nunca la clave y  nunca utilicé esa tarjeta".

La infanta ha declarado que ella se encargaba de gestionar la agenda familiar y los eventos que tenía como miembro de la Casa Real. Unos 100 actos al año ha matizado. Mi marido se encargaba de llevar la administración y gastos del hogar.

El abogado ha comenzado la declaración preguntado por su formación profesional. La infanta reconoce que es licenciada en Ciencias Políticas, pero que no tiene ninguna formación en asuntos fiscales ni tributarios.

La constitución de Aizoon "fue en el año 2003", recuerda la infanta. "Fui a la notaría y si no recuerdo mal el notario leyó la escritura -o lo que sea- y yo firmé en confianza", añade, tras confirmar su participación al 50% en la sociedad.

"Mi marido tomaba las decisiones en Aizoon, siempre asesorado por su asesor fiscal", ha declarado a infanta en el banquillo como respuesta a las  cuestiones planteadas por su propio abogado.

Manos Limpias exhibe facturas privadas que se imputaron a Aizoon como: alquiler de coches en Washington DC; fiesta de cumpleaños de Urdangarin (estufas de jardín, calefacción,  carpa); coaching para la Infanta; comidas; gasolina; vino de Baigorri y ramos de flores. Los escoltas guardaban todos los tickets. La infanta tiene la cara cada vez más seria.     

Virginia López Negrete exhibe facturas de cuando la infanta estaba en Washington DC. Algunas de las facturas resultan embarazosas, como la que tiene en la parte superior "Botas señora". Otra está dirigida a S.A.R. (Su Alteza Real, según describe en voz alta López Negrete). El abogado de la infanta intenta evitar, sin éxito, que Manos Limpias siga mostrando facturas.