Si Valle-Inclán levantase la cabeza, estaría orgulloso de lo que ha sucedido a las puertas del Congreso de los Diputados en los prolegómenos de la segunda sesión de investidura. En la carrera de San Jerónimo, junto a la plaza de las Cortes, se han reunido varios centenares de personas que se han dedicado a juzgar, con aplausos y abucheos, a los líderes políticos que llegaban al Parlamento, como si fuera una suerte de alfombra roja.
Una pancarta contra la "desunión" de la izquierda, con los logos de Podemos, PSOE e IU, estaba a pocos metros de otra que decía que "PSOE+Ciudadanos es un 2º PP parcheado". Y ambas convivían a su vez con otro cartel que expresaba mensajes contra los desahucios forzosos. Los empleados de la Embajada de México, situada frente al Congreso, incluso salían a la ventana para disfrutar del inesperado espectáculo.
Un grupo muy variado
El grupo era variopinto en edad e ideología. Y variadas han sido las opiniones. Así, cuando ha aparecido el líder del PSOE, Pedro Sánchez, acompañado de su equipo, se han escuchado tantos gritos a favor como en contra, con insultos y elogios por igual, sin una conclusión que pueda extraerse de forma sencilla. Unos gritaban "presidente, presidente" y otros, un poco más abajo, le atacaban con fiereza.
El segundo en llegar ha sido Albert Rivera, también flanqueado por sus más estrechos colaboradores, y nuevamente ha habido una división de opiniones entre los que estaban apostados frente al patio del Congreso. Unos vitoreaban y otros abucheaban, pero todos gritaban. Nadie entre los diputados y los periodistas entendía nada de lo que estaba pasando.
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, es quien menos gritos ha podido escuchar en esta especie de alfombra roja. No porque no se hayan producido, sino porque ha sido el único de los principales líderes políticos que ha llegado en coche hasta el patio del Parlamento.
"Vivas" a España frente a ERC
También Alberto Garzón ha escuchado a defensores y detractores por igual. Más duro ha sido el 'público' asistente contra el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, al que muchos han coreado "viva a España". Él ha respondido levantando el puño izquierdo. Y también por ello ha recibido unos cuantos aplausos.
Por último, a pocos minutos de que se iniciase el debate en el Congreso, ha aparecido por la carrera de San Jerónimo Pablo Iglesias, también junto a otros diputados de Podemos como Irene Montero o Carolina Bescansa. Nuevamente se han escuchado muchos abucheos, con algún 'espectador' desgañitándose al proferir insultos, pero igualmente otros muchos de los presentes aplaudían sin freno.
La mayoría de este grupo, tan variado como polarizado, ha empezado a disolverse cuando en el interior del Congreso se iniciaba la sesión. Se habían terminado los aplausos y los abucheos variados, se había acabado, en suma, el esperpento.