“No somos una jaula de grillos, quien diga eso está engañando a la gente”. José Manuel Dolón, alcalde de Torrevieja (Alicante), se revuelve cuando se pone en duda la estabilidad de su mandato. No es para menos. Gobierna esta ciudad, casi colindante a Murcia y referente del turismo residencial valenciano, gracias a un pentapartito. Casi un hexapartito, porque Dolón, de Los Verdes, ocupa el sillón de alcalde gracias al respaldo de dos concejalas de Ciudadanos.
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, puso a Torrevieja como ejemplo -durante la campaña electoral para el 20D-, de una posible unión PSOE, Ciudadanos y Podemos para desbancar a los populares del Gobierno. La formación de Pablo Iglesias no concurrió a las locales en esta ciudad alicantina. Entre otras cosas, porque el propio alcalde se identifica con la formación morada. “Es que yo soy el alcalde de Podemos, el PP dice que Torrevieja tiene un alcalde de Podemos porque ellos se refieren a mí y a este gobierno”, se explica Durán. Luego matiza: “Soy un alcalde de un gobierno plural”.
La fórmula parece casi inverosímil. Torrevieja tiene un gobierno encabezado por Los Verdes y PSPV-PSOE, con cuatro ediles cada uno y una alcaldía rotatoria. El equipo lo completan dos concejales de Sueña Torrevieja (una escisión de los socialistas surgida durante las primarias), uno de APTCe (un partido creado en 2011 por un ex edil del PP que se separó del partido y que se define de derechas) y otro de Izquierda Unida.
¿Cómo es posible el entendimiento entre tantos partidos, escisiones de partidos, varias ideologías y hasta con crisis internas en sus ejecutivas? “Porque había un objetivo común, cambiar 27 años de gobierno del PP y eso pesa más que cualquier rencilla (…) Esto ha sido el paraíso del saqueo. No hay escándalo que no haya pasado por aquí”, explica el alcalde de Los Verdes.
La excepción para Ciudadanos
En la noche electoral, los partidos que habían estado años en la oposición vieron la posibilidad del cambio. Los candidatos iban de unas sedes a otras para felicitarse entre ellos. Era una fiesta a pesar de que era más que factible que el PP se mantuviera en la alcaldía con el apoyo de C’s. El misterio no se desveló hasta las once de la noche anterior al pleno de investidura. La portavoz del partido de Rivera, Pilar Gómez, anunció que apoyarían al alcalde de izquierdas. “Veníamos de una trayectoria de 28 años del PP, con el exalcalde en la cárcel y el pueblo solicitó un cambio”, dice.
Gómez reconoce que estuvieron hablando hasta el último momento y que al final siguieron la “directriz” de Alicante. “En Torrevieja debía darse un cambio, entendimos que había sucesos intolerables, la situación era bochornosa”, sostiene Emigdio Tormo, coordinador del partido en esta provincia.
La concejala socialista Fanny Serrano es directa cuando se habla de si sería trasladable la situación de Torrevieja, gobernada por un pentapartito de izquierdas (mayoritariamente) gracias al respaldo de C’s, a la situación del Congreso. “Torrevieja es un ejemplo, si se ha podido hacer aquí, se puede hacer en cualquier lugar”, dice. El alcalde se pronuncia en la misma línea: “Yo vengo de la izquierda radical de toda la vida, la propuesta que ha hecho el PSOE me parece que es inteligente y que recoge las aspiraciones porque mucha gente quiere la centralidad”.
Su compañero de gobierno, el edil de APTCe, sostiene por el contrario que lo que pasa en Torrevieja “no tiene nada que ver con lo que pasa a nivel provincial o en el gobierno del reino de España”.
Desde el PP, sin embargo, niegan rotundamente el entendimiento que profesan desde el pentapartito. “Aquello no funciona para nada, son partidos con perfiles muy extremos”, dice Eduardo Dolón, exalcalde, portavoz de la oposición y con vínculo familiar con el actual alcalde, José Manuel Dolón. El portavoz del PP critica sucesos como que el nuevo gobierno haya aprobado un asesor con un sueldo de 80.000 euros. Algo que, señala, no va en la línea de los proclamado por Albert Rivera. Por ello, van a mandar una misiva al líder de C’s para poner en conocimiento la situación de Torrevieja. “El apoyo de las concejalas de C’s va en contra de los principios de su partido, por eso nos dirigimos a Rivera”.
El 'Un, dos, tres'... Los años del despegue
Torrevieja estuvo dirigida durante 23 años (1988-2011) por Pedro Ángel Hernández Mateo, ahora en prisión condenado a tres años por amañar la contrata de recogida de basuras. Una adjudicación de casi cien millones. Ganó cinco comicios consecutivos. Cada vez que arrasaba en las urnas era llevado a hombros ante la patrona de la ciudad. No abandonó las Cortes Valencianas hasta que hubo sentencia en 2012.
Sus compañeros de bancada iniciaron una recogida de firmas para pedir su indulto. Ha sido el primer diputado valenciano del PP en entrar en prisión. En 2011 le sustituyó Eduardo Dolón, ahora en la oposición. Torrevieja está situada en La Vega Baja, una comarca donde ha campado la corrupción, que es escenario de casos como Brugal, y que llegó a ser bautizada como ‘La Vega Siciliana’.
Los años de Hernández Mateo al frente del ayuntamiento fueron los del boom inmobiliario de esta población. Eran los años en los que el mítico programa ‘Un, dos tres’ popularizó el apartamento en Torrevieja entre el mercado nacional. Los años de mayor producción inmobiliaria fueron 1988 y 1989, cuando se levantaron 20.000 nuevas viviendas. Y los veraneantes fueron llegando.
El resultado es que ahora esta localidad es un ejemplo paradigmático de modelo de desarrollo turístico residencial saturado. “No existe espacio para continuar la actividad constructora (…) El crecimiento ha sido tal que de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana del año 2000 se desprende que solo queda disponible para usos urbanos un 13% del municipio”, recoge un estudio de la Universidad de Alicante publicado en 2007 y que concluía que el sector turístico residencial de Torrevieja había alcanzado su “fase final”.
Tomás Mazón es profesor titular de Sociología del Turismo de esta universidad y uno de los redactores del estudio. “Torrevieja se quedó sin suelo, se propuso derribar urbanizaciones viejas y sustituirlas por torres al modelo Benidorm”, explica. El plan pretendía ampliar el parque hotelero, pero no se ejecutó. La localidad se lamenta de tener solo 1.600 plazas hoteleras y así no se puede dinamizar una economía en torno a un turismo que ahora es eminentemente de segunda residencia. “Mi turismo es residencial. No tengo planta hotelera para hacer promoción turística”, dice Fanny Serrano, regidora socialista encargada de Turismo y Urbanismo y quien relevará a Dolón en la alcaldía en los dos últimos años.
La única solución de desarrollo urbano pasa, según explican, por la rehabilitación y por levantar más alturas en un parque de un par de plantas básicamente. El nuevo gobierno intenta poner orden en un urbanismo descontrolado durante años.
Superficies comerciales como símbolo
¿Una imagen que sea símbolo del modelo turístico? El profesor Mazón responde al instante: “Las grandes superficies comerciales”. Parece algo sin sentido, pero lo tiene en el momento que visitas Torrevieja. Los adosados y chalets se levantan como pegotes ocupando una vasta superficie. Lo hacen en grupos, es decir, en urbanizaciones. Decenas de casas idénticas entre sí pero totalmente distintas de las del entorno. Más o menos horteras, más o menos tradicionales, pero con casi los únicos servicios que se acumulan en grandes superficies comerciales con supermerados, cadenas de comida rápida, lavaderos de coches, etc.
Extraña no ver apenas carteles en otros idiomas. En Torreblanca hay censados actualmente unos 94.000 vecinos (en verano se multiplican), de ellos más de la mitad son extranjeros. Hay 141 nacionalidades distintas.
En el centro urbano se concentran las oficinas inmobiliarias. Casi todas con carteles en inglés. José Juan Pérez ocupa una de ellas. La oficina se llama Summer Time Spain. “En Torrevieja ya hemos pasado la crisis, en 2015 subimos las ventas, la mayoría a nórdicos, belgas y franceses”, explica. Pérez comenzó en el negocio inmobiliario hace dos décadas. Lo hizo en Torrevieja, pero llegó la crisis y se fue a trabajar a Almería, siguiendo el rastro de las ventas. Hace 14 meses que ha regresado porque, dice, había oído vientos de cambio.
El último informe de la tasadora Tinsa sobre la vivienda en la costa constata el aumento de las compraventas. “Se animan algo las ventas, colocándose dos o tres unidades al mes por promoción”, recoge el documento que también sostiene que Torrevieja es uno de los mercados “donde han vuelto las grúas”. De momento, en el horizonte se ve un par, una de ellas funcionando.
Los precios, como en otros sitios, se han desplomado. Pérez asegura que las viviendas de dos habitaciones que se vendían por 150.000 euros ahora se compran por 70.000. En los carteles que cuelgan de las inmobiliarias los hay hasta por 45.000. También ha cambiado el perfil del comprador. “Es 100% extranjero”, dice. Hace unos años eran los rusos los que copaban el mercado. “Ahora ya no compran porque su moneda ha bajado e intentan vender sus casas o porque tampoco pueden mantenerlas, lo que compraron por 100.000 euros ahora al cambio les costaría 150.000”.
Una 'Ciudad de las Artes y las Ciencias'
No solo ha habido espacio para el ladrillo. Los años grandes del PP en Torrevieja también han dado para grandes obras que sobreviven en estado de abandono, semiabandono o que eran un bluf. Entre ellas, el Auditorio Internacional de Música. Un megaedificio digno de las grandes urbes, que costó 63 millones a la Generalitat, se inauguró en 2011 y que apenas ha tenido actividad desde entonces. “Esa es nuestra Ciudad de las Artes y las Ciencias”, replica Fanny Serrano. El alcalde señala que la Generalitat no se ha ocupado nunca de programar actos. “Teníamos seis colegios en barracones y se hizo esto”, se lamenta.
Toda su grandeza contrasta con el entorno. El auditorio se erige en medio de un descampado rodeado de todo tipo de basura: electrodomésticos, retretes, sillones… A lo lejos están las urbanizaciones. El descampado, aún así, es útil para pasear a las mascotas ante tanto espacio saturado de viviendas. Es lo que hace un vecino que tiene que acercarse en coche para soltar a su perro.
-“¿Qué venís a ver los desastres?
¿Hay muchos?” No hay respuesta. Solo se encoge de hombros.
La próxima regidora, Fanny Serrano, habla de otro proyecto que no pasó del papel. “Mirad, me lo guardo en el teléfono para decir: Este es el Calatrava de mi pueblo”, dice. Lo que guarda son los dibujos que el arquitecto Santiago Calatrava hizo sobre un supuesto proyecto para renovar el puerto. “600.000 euros nos costó la broma”, apunta el alcalde. Dolón sostiene que nunca hubo intención de que Torreviera tuviera un Calatrava. Era la época de los pelotazos. De aquello han quedado los dibujos, que se guardan en un edificio municipal.
El enojo por ser ser 'los más pobres'
No es la primera vez, pero el dato sigue provocando enfado e incredulidad. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha situado a Torrevieja como la ciudad con menor renta familiar de España con una media de 13.977 euros por hogar. El equipo de gobierno niega la estadística y alega a la particularidad de una población en la que una parte importante reside de forma habitual pero tributa en sus países de origen. “La verdad es que no nos lo creíamos cuando lo escuchamos”, dice Julia, una uruguaya que trabaja en un restaurante. Lleva diez años viviendo allí y asegura que no hay pobreza. “Es totalmente incierto, un bulo”, recalca Óscar, que trabaja en otro restaurante frente al puerto.
Torrevieja ha pasado de tener un paro que rondaba las 1.700 personas a contar con 9.300 en una década. La tasa en este tiempo ha pasado del 5% al 16%. El profesor Tomás Mazón insiste en la teoría de que los datos no son reales pero admite que el parón inmobiliario creó pobreza. “Se ha perdido la alegría de antaño donde trabajaban todos, como no hay planta hotelera era el ladrillo o nada”, explica. La ciudad, además, es víctima de la estacionalidad. En esta época en las terrazas hay gente, pero está lejos de estar llenas.
¿Puede este pentapartito tener durabilidad? Por el momento, tanto la portavoz municipal como el coordinador provincial de C's se reafirman en el apoyo. No hay motivos para una moción de censura que devuelva la alcaldía al PP. Pero son cautos a la hora de extraporlar esta situación al ámbito nacional. Una cosa es lo que ocurre en un Ayuntamiento y otra los pactos nacionales. "Gobernabilidad sí, pero no a cualquier precio", dice Tormo.