Los primeros movimientos del PSOE después de la investidura fallida de Pedro Sánchez no han gustado a ningún grupo político. Los socialistas han acordado blindar el pacto de El Abrazo que firmaron con Ciudadanos de cara a iniciar las nuevas negociaciones, de tal modo que todos los pasos al frente que den a partir de hoy irán cogidos con la mano derecha a Albert Rivera. La estrategia, sin embargo, ya se ha encontrado con el rechazo absoluto de dos fuerzas de izquierdas, Podemos (69 diputados) e Izquierda Unida (dos). El Partido Popular ha dado un paso más allá ha acusado a Albert Rivera, “el número dos” de Pedro Sánchez, de “revivir el zapaterismo”.
La novedad de la estrategia de los socialistas es que Pedro Sánchez parte como el aspirante con más opciones: tiene el apoyo de 130 diputados, ocho más que el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy. El problema es que sigue siendo un apoyo insuficiente y ningún portavoz de las demás formaciones -excepto el PP- quiere sentarse a negociar si la condición es negociar a la vez con Ciudadanos.
En este nuevo escenario entra de nuevo en juego Rajoy, que ahora quiere intentar convencer a los socialistas de que la mejor opción de gobierno es una gran coalición con él al frente. Sin embargo, las aspiraciones de Sánchez y Rivera son precisamente las contrarias: echarle del Palacio de la Moncloa. Un gran pacto de fuerzas constitucionalistas con el líder del PP a la cabeza es, a día de hoy, “imposible”, según fuentes que firmaron el acuerdo entre PSOE y C´s.
La consigna de Rajoy es aguantar, aguantar y aguantar hasta que Sánchez ceda. Sin embargo, en el PP sorprendió la “dureza” con la que Albert Rivera pidió desde el Parlamento el pasado miércoles a los diputados conservadores que se rebelaran contra su líder. En las filas conservadoras se plantearon incluso marginar al de Ciudadanos porque “sus 40 diputados no son decisivos para dar el gobierno a nadie: ni a derechas ni a izquierdas”. No contaban con la nueva estrategia que ha impuesto el PSOE, de avanzar siempre junto a Ciudadanos, por lo que desde la dirección nacional de Génova han impuesto una nueva doctrina: asociar a Rivera con lo “peor” del socialismo que dejó a España en la ruina.
La vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, acudió este domingo al Congreso del PP de Lugo. Desde allí acusó a Rivera, “el número dos” de Sánchez, de formar “un tándem de perdedores”. Además, exigió al secretario general del PSOE que apoye la investidura de Rajoy o se retire y “deje de hacer perder el tiempo a los españoles”. La diputada catalana ha descrito a Rivera como una persona que durante la campaña electoral “jugó al disimulo” y no se sabía quién era y dónde se situaba.
“¿De dónde saca Iglesias tanto odio al PSOE?”
“Ahora soy de estos, ahora soy de aquellos; un pasito para adelante, un pasito para atrás; a la derecha, a la izquierda. Pero no se puede engañar constantemente a los españoles. Ahora ya sabemos quién es Albert Rivera. Es el 'número dos' de Sánchez y ha venido a la política a revivir el zapaterismo, la España de Zapatero y a que los españoles, no habiendo votado el PSOE, tengan al partido socialista en el Gobierno”.
A Pedro Sánchez también se le va a complicar intentar convencer a los partidos de izquierdas que apoyen un Gobierno del cambio. Pablo Iglesias no se plantea sentarse en una mesa de negociación donde esté Ciudadanos. “Después del fracaso de esta semana no tiene sentido insistir en lo que está claro que no funciona”. Pedro Sánchez se preguntaba este domingo de “dónde saca Iglesias tanto odio y rencor contra el PSOE”, mientras su 'número dos', César Luena, endurecía su discurso contra el líder de Podemos, a quien se dirigía llamándole por su nombre completo, Pablo Manuel, para dejar claro que él no es el Pablo Iglesias que fundó el Partido Socialista Obrero Español.
La decisión del Rey
Por no tener, Pedro Sánchez no tiene ni el apoyo de Izquierda Unida. Alberto Garzón también ha cerrado la puerta al socialista si la condición es negociar con Albert Rivera, ya que su política económica es incompatible con el programa naranja. “Nuestras políticas sociales nunca podrían llevarse a cabo si se sigue manteniendo las políticas de derechas que aparecen en ese pacto”.
Con este escenario encima de la mesa, el Rey Felipe VI se reúne este lunes con el presidente del Congreso, Patxi López, que solo podrá comunicarle que Pedro Sánchez no consiguió la investidura a la primera. La gran incógnita ahora es saber qué va a hacer el monarca: si va a iniciar otra ronda de contactos para confirmar si alguien tiene alguna opción de desatascar la situación o, por el contrario, dará un margen de tiempo para que todos los grupos políticos recapaciten sus posiciones.